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OBITUARIO-El príncipe Felipe, la figura controvertida en el corazón de la monarquía británica

Por Michael Holden

LONDRES, 9 abr (Reuters) - El príncipe Felipe, un oficial de la Marina con un estilo directo de hablar, quien como diligente consorte de la reina Isabel ayudó a modernizar la monarquía británica, probablemente será recordado como una persona pública brusca.

Franco e irascible, Felipe vivió a la sombra de la mujer con la que se casó en la Abadía de Westminster en 1947 y siempre caminó un paso detrás de la reina en los miles de eventos ceremoniales a los que asistieron durante su reinado, el más largo de la historia británica.

Aunque no tenía un papel oficial, Felipe, el duque de Edimburgo, fue una de las figuras más influyentes en la familia real durante más de 70 años. Murió el viernes a los 99 años.

Si bien era criticado por su conducta y sus comentarios a veces bruscos, los amigos decían que como el confidente más cercano de la reina Isabel II, aportando sensatez, inteligencia impaciente y una energía incansable a la monarquía.

"Él fue, simplemente, mi fortaleza y apoyo durante todos estos años", declaró Isabel en un inusual tributo personal a Felipe en un discurso por el 50 aniversario de bodas en 1997.

"Yo, y toda su familia, y éste y muchos otros países, le debemos mucho más de lo que él alguna vez reconocerá, o que alguna vez sepamos", agregó.

Si Felipe albergó frustración en su vida como consorte, nunca lo mostró públicamente.

Pero en una airada entrevista con la BBC para conmemorar su cumpleaños número 90, reveló que en la primera época le costaba encontrar un rol que cumplir.

"No tenía precedentes. Si le preguntaba a alguien '¿qué esperas que haga'?, todos se quedaban en blanco, no tenían idea, nadie tenía mucha idea", recordó.

Nacido en una era de deferencia a la monarquía, Felipe ayudó a Isabel a navegar la agitación política y social en el siglo XX para adaptar la monarquía a una época diferente.

A veces enfrentando una corte profundamente tradicional, Felipe reformó el palacio e intentó aprovechar el creciente poder de la televisión para proyectar la influencia real.

Presionó para que la coronación de la reina en 1953 fuera televisada y detrás de escena eliminó comportamientos anticuados que veía como conservadores. Fue el primer miembro de la realeza en dar una entrevista de televisión.

Sin embargo, más tarde en su vida Felipe fue criticado por obstaculizar la habilidad de la monarquía para adaptarse a los tiempos y sus detractores le adjudicaron en parte su manera controladora al fracaso de sus hijos en sus propias familias.

La pareja tuvo cuatro hijos: Carlos, el príncipe de Gales (nacido en 1948), la princesa Ana (1950), el príncipe Andrés (1960) y el príncipe Eduardo (1964), tres de cuyos matrimonios terminaron en divorcios.

FORTALEZA Y APOYO

Para Isabel, Felipe fue un marido comprensivo que, según cortesanos, era el único que la trataba como un ser humano.

Pese a rumores sobre infidelidad, la pareja permaneció unida y en los primeros tiempos claramente se querían y respetaban. Celebraron su 70 aniversario de bodas en noviembre de 2017.

Sin embargo, Felipe, el hijo del exiliado príncipe Andrés de Grecia, descendiente de la tatarabuela de Isabel, la reina Victoria, y primo tercero de su esposa, nunca se ganó completamente el corazón de todos los británicos.

Isabel era la soberana, pero en términos familiares Felipe era visto como el jefe de familia.

Cuando la princesa Ana primero, luego el príncipe Andrés y finalmente el príncipe Carlos sufrieron divorcios, los observadores de la realeza apuntaron a Felipe como un padre dominante y frío, particularmente con sus hijos varones.

Cuando la popularidad de la Casa de Windsor se hundió luego de la muerte de la primera esposa de Carlos, la princesa Diana, en 1997, el duque fue acusado de dificultar a la monarquía adaptarse a una nueva Gran Bretaña.

FIGURA CONTROVERTIDA

Felipe también fue el miembro más controvertido de la familia británica hasta que las penurias de sus hijos y sus esposas acapararon los tabloides en la década de 1990.

El duque fue atacado por sus opiniones sobre todo, desde la energía nuclear a la defensa del medio ambiente. Sus críticos lo consideraban hipócrita por dirigir el World Wide Fund for Nature mientras participaba en deportes como la caza de faisanes.

"Pienso que hay una diferencia entre estar preocupado por la conservación de la naturaleza y ser un protector de conejos", dijo a la BBC.

Fueron esos comentarios tan directos los que llamaron más la atención. Una declaración sobre "ojos achinados" durante una visita a China en la década de 1980 se volvieron un símbolo de su manera muchas veces imprudente, que contrastaba con la forma controlada de la reina.

Quienes lo conocían decían que su reputación escondía una inteligencia sofisticada, devoción por su familia, amor por los deportes y dedicación a su rol como miembro de la realeza.

Al descender de una familia real que había perdido su trono, sabía que las monarquías podían fracasar si perdían el respeto del pueblo.

Philippos Schleswig-Holstein Sonderburg-Glucksburg nació en la mesa de la sala de su casa en la isla griega de Corfú el 10 de junio de 1921, el quinto hijo y único varón del príncipe Andrés de Grecia.

Sus padres se exiliaron cuando tenía 18 meses y viajaron desde Corfú con el bebé durmiendo en una cuna hecha improvisadamente con cajas de naranja.

Felipe tenía sangre británica y alemana por su madre, la bisnieta de la reina Victoria. Su madre era la princesa Alicia de Battenberg, quien se hizo monja después de separarse de su esposo, quien murió prácticamente en la quiebra en 1944.

El duque fue educado en Gordonstoun, donde su hijo el príncipe Carlos fue más tarde un alumno reacio y se naturalizó ciudadano británico, luciendo y hablando como un caballero inglés. Pero para sus detractores, seguía siendo "Phil el griego".

UN APUESTO JOVEN MARINERO

Felipe se unió al Royal Naval College en Dartmouth como cadete en 1939. Sirvió en buques de guerra durante la Segunda Guerra Mundial, participó en el arribo aliado a Sicilia y estuvo en la Bahía de Tokio cuando Japón se rindió en 1945.

Él e Isabel se conocieron por primera vez en el matrimonio de un primo de Felipe en 1934. Cinco años más tarde, el apuesto marinero llamó la atención de su futura esposa cuando la princesa tenía 13 años y visitó Dartmough con sus padres.

"El color se fue de su rostro y luego se sonrojó. Ella lo miró fijamente y durante el resto del día lo siguió a todas partes. Estuvo enamorada desde el comienzo", recordó más tarde el fallecido lord Mountbatten, tío de Felipe.

La pareja se casó en la Abadía de Westminster el 20 de noviembre de 1947, en una ceremonia a la que asistieron jefes de estado y miembros de la realeza de todo el mundo.

Felipe siguió con su carrera naval hasta 1951, luego se tomó una licencia y se dedicó a tiempo completo a sus deberes públicos cuando Isabel se convirtió en reina un año después.

DISPUTAS MARITALES

Los rumores de actividades extramaritales y una pelea con la reina fueron firmemente rechazados en la década de 1950.

En su biografía de la reina, Robert Hardman dijo que durante una gira real por Australia en 1954, un equipo de camarógrafos vio a Felipe huyendo de un chalet con un par de zapatillas y una raqueta volando por el aire detrás suyo.

El equipo destruyó la película y luego la misma reina se les acercó y, según Hardman, les dijo. "Me disculpo por ese pequeño interludio pero, como saben, ocurre en todos los matrimonios".

Décadas más tarde, su nieto el príncipe Enrique dijo que la reina había dependido de Felipe. "Personalmente, no creo que ella hubiera podido hacerlo sin él", afirmó.

Años más tarde, Felipe se alejó de los deberes reales cuando su corazón se deterioró. En agosto de 2017, se retiró totalmente de la vida pública activa.

Consultado sobre si sentía que había sido exitoso en su rol, Felipe dio una típica respuesta indiferente.

"No podría importarme menos", dijo. "¿A quién le importa lo que yo piense sobre eso? Quiero decir, es ridículo", agregó.

(Editado en español por Lucila Sigal)