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El origen de la hepatitis aguda infantil es todavía un misterio después de 894 casos, decenas de trasplantes y 18 muertes

325 millones de personas en todo el mundo sufren de hepatitis crónica
La OMS identificó 894 casos sospechosos de hepatitis aguda infantil de origen desconocido; un 30% requirieron hospitalización - Créditos: @Istock

LONDRES.– La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya identificó 894 casos sospechosos de hepatitis aguda infantil de origen desconocido en el mundo, de los cuales un 30% requirieron hospitalización y un 5%, trasplante. Por el momento, provocó 18 muertes. Pero sigue siendo un misterio su causa y procedencia. Ni siquiera está claro que sea un fenómeno nuevo, o uno al que se le está prestando más atención y esto provoque más detecciones.

La OMS quiere reforzar la investigación y pidió a los países miembros datos más completos sobre los casos que localicen, según anunció Philippa Easterbrook, experta del programa de hepatitis del organismo, en el Congreso Internacional del Hígado, que se celebró días atrás en Londres.

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Entre las incógnitas sobre esta enfermedad, una es si realmente ahora hay más casos globales que en otros momentos. La alerta saltó en el Reino Unido, que con 262 diagnósticos sí detectó un número por encima de lo esperado. Pero en el país con más pacientes registrados, Estados Unidos (290) se publicó un estudio que concluye que no se vio un repunte: hay tantas hepatitis agudas de origen desconocido en niños como en el pasado. Lo mismo sucede en España.

“Estamos viendo una variedad de situaciones en el mundo, con dos países que informan la mayoría de los casos [Estados Unidos y Reino Unido] y muchos otros con solo unos pocos. Algunos nos decían que sí [veían un aumento] porque tienen buenos datos de vigilancia que muestran esto, pero otros nos dicen que no. Y hay muchos que simplemente no tienen la capacidad de comparar”, explica Easterbrook, que pide mejorar la calidad en la recolección de los datos. “Necesitamos informes más detallados que nos permitan conocer exposiciones [a patógenos] en el pasado, el historial [del paciente] y cómo progresa la enfermedad mientras está hospitalizado”, reclamó.

María Buti, directora del programa de Políticas y Salud Pública de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado, recuerda que las hepatitis agudas graves de etiología desconocida en niños no son nuevas: “Tuvimos casos de muertes y trasplantes. Todos los años vemos este tipo de pacientes. Lo nuevo es la cantidad, particularmente en el Reino Unido. En otros países europeos hay pocos, son esporádicos, y a veces tenemos información incompleta. Es cierto que hay casi 900 diagnósticos en todo el mundo, pero solo la mitad tienen una documentación completa”.

Los especialistas también están buscando una característica común en todos los casos, pero por el momento no la hay. La inmensa mayoría no están conectados entre sí, no localizaron una toxina que esté presente en el cuerpo de todos los niños afectados, tampoco un virus o una condición genética que afecte a todos ellos, aunque es necesario seguir buceando en esos datos incompletos. Esto es lo que quiere ahora solucionar la OMS para dar con la raíz del problema.

Relación con el Covid

Una de las líneas de investigación es la presencia de adenovirus. No parece ser la única causa, ya que solo estaba presente en el 52% de los niños infectados, pero se estudia su influencia, que puede estar detrás del agravamiento de los síntomas. Por su coincidencia en el tiempo, el Covid es otra sospechoso: aunque únicamente un 10% de los infectados tenía la enfermedad (que era lo esperable dadas las tasas de transmisión), lo que investigan los científicos es si puede manifestarse después de haber pasado la infección. Una hipótesis sobre los casos con peor pronóstico es una coinfección con ambos patógenos. Pero para saber si es la buena, de nuevo, son necesarios datos más precisos de los que tienen.

“Es una información difícil de recopilar y de interpretar, dado que sabemos que a principios de este año había tasas muy altas de transmisión del coronavirus, tanto en la población adulta como en la infantil. Se especuló con que sea una variante del síndrome inflamatorio multisistémico que ocurre en raras ocasiones, informado en algunos niños uno o dos meses después de pasar el Covid, pero los casos que se reportaron con hepatitis no parecen ajustarse a estas características”, abunda Easterbrook.

Está descartada como sospechosa la vacuna contra el Covid, a la que al principio miraban especialmente los contrarios a las inyecciones: la gran mayoría de los casos se produjo en niños menores de cinco años, que no habían recibido el inmunizante.

Uno de los obstáculos en la investigación es que los casos no están relacionados entre ellos. Solo ocurre con cuatro de los casi 900: dos conectados por una guardería y otros dos, entre hermanos. No hay, pues, una forma de trazarlos y dar con esta causa común que buscan los investigadores.

Desde la anterior actualización de datos de la OMS, a finales de mayo, se detectaron 244 nuevos casos, aunque muchos de ellos no son nuevos, sino que se diagnosticaron de forma retrospectiva. “Una de las buenas noticias es que no estamos viendo un incremento”, dice Buti.

Sea cual fuere la causa, e independientemente de si realmente estamos ante un aumento de casos o se trata de una mayor detección, los investigadores esperan que la alerta internacional que la OMS lanzó a principios de mayo con las hepatitis agudas en niños sirva para buscar más casos, rastrearlos y dar con posibles orígenes y soluciones. “Ahora la mayoría de los médicos están atentos cuando encuentran síntomas y saben que podemos estar ante una hepatitis aguda”, zanja Buti.

Por Pablo Linde