Paloma Cuevas y Ana Soria, la nueva ilusión de Enrique Ponce: vidas (casi) paralelas

La noticia de su separación ha sido el bombazo informativo del verano. Pocos son los que, de primeras, se esperaban la confirmación de esta noticia por parte de Paloma Cuevas y Enrique Ponce, aunque con el paso de las horas se ha sabido que la pareja, que este octubre habrían celebrado su 24 aniversario de casados, ya llevaba varios meses (incluso algunos dicen que más de un año) separados como matrimonio y que solo convivían por el bien de sus dos hijas y para terminar de solucionar algunos flecos económicos. Otro nombre ha saltado a la palestra en los últimos días: el de Ana Soria, la nueva ilusión, como él mismo ha dicho en Sálvame, del torero.

Ana Soria y Paloma Cuevas tienen más en común de lo que podría parecer.
Ana Soria y Paloma Cuevas tienen más en común de lo que podría parecer.

Dos bellezones andaluces

Pese a que en un primer vistazo puede ser que nada une a Paloma Cuevas y a la nueva pareja de Ponce, empezando porque les separan más de 25 años de diferencia (Paloma tiene 47 y Ana apenas 22), lo cierto es que estas dos mujeres tienen muchas cosas en común y hasta podríamos decir que han llevado vidas (casi paralelas). Para empezar porque ambas son dos mujeres nacidas en Andalucía. La que fuera mujer del diestro y madre de sus hijas Paloma y Bianca, de 12 y 8 años respectivamente, nació en Córdoba el 11 de septiembre de 1972. Por su parte, Ana vino al mundo en Almería hace 22 años. Tanto una como la otra llevan a Andalucía por bandera y además pueden presumir de una belleza andaluza que solo da esa tierra (cada una a su manera: Paloma es morena y tiene unos enormes ojos avellana espectaculares, y Ana es rubia de ojos claros).

Paloma y Ana: aficionadas a la moda

Segunda coincidencia: tanto la exmujer de Enrique Ponce como su nueva novia han hecho sus pinitos como modelos. Paloma se dedicó en su juventud a posar como modelo para diferentes marcas y tras su boda con Enrique Ponce comenzó a pertenecer a una realeza que nada tiene que ver con los reyes y reinas sino con la del mundo del toro. Desde su boda en 1996, Cuevas ha sido elegida cada año como una de las mujeres más elegantes de nuestro país por diferentes publicaciones y siempre ha demostrado su estilo clásico y atemporal en cada evento, boda o fiesta glamurosa a la que ha tenido que asistir sola o en compañía del que ha sido su marido hasta ahora.

VALENCIA, SPAIN - OCTOBER 15:  Paloma Cuevas attends Arts, Sciences and Sports Telva Awards 2015 at Palau de Les Arts Reina Sofia on October 15, 2015 in Valencia, Spain.  (Photo by Europa Press/Europa Press via Getty Images)
Paloma Cuevas lleva años siendo elegida una de las mujeres más elegantes de España. (Photo by Europa Press/Europa Press via Getty Images)

Además, Paloma ha protagonizado alguna campaña de joyas de Yanes -siempre de manera benéfica-, firma con la que ha colaborado también como diseñadora de alguna colección, ya que es íntima de una de las herederas, Cristina Yanes. La cordobesa es símbolo de elegancia con su melena siempre perfectamente arreglada y semiondulada, con maquillajes suaves con los que sabe sacar partido a su espectacular belleza, con sus trajes de grandes firmas como Valentino y Óscar de la Renta y luciendo de manera excepcional diseños de Eduardo Ladrón de Guevara, su diseñador fetiche (de él era por ejemplo el traje dos piezas -vestido y abrigo- nude que Paloma llevó a la boda de Felipe y Letizia en 2004 y que la hizo figurar entre las mejor vestidas de la jornada) y para el que es imagen.

Huye de los diseños estridentes, de las transparencias vulgares y de los diseños demasiado ajustados para triunfar siempre con vestidos que le sientan como un guante y que cualquier mujer desearía tener en su armario. Sin duda, Paloma Cuevas siempre ha presumido de una figura envidiable que marca practicando ejercicio en su cortijo de Jaén y hasta la hemos visto divina en traje de baño o bajando impecable del barco en Mallorca tras una jornada en alta mar, algo de lo que pocas pueden presumir.

Ana Soria, una belleza andaluza que ha enamorado a Enrique Ponce.
Ana Soria, una belleza andaluza que ha enamorado a Enrique Ponce.

Por su parte, la nueva novia de Ponce también ha soñado en algún momento con ser modelo y actriz. Rubia, con ojos claros y un cuerpo de infarto, Ana Soria intentó hace un año presentarse al certamen de belleza Miss Almería para probar suerte en ese mundillo. Además ha hecho algún trabajo puntual como modelo amateur en su tierra. El estilo de Ana poco tiene que ver con el de Paloma, pero es que debemos recordar que se llevan 25 años. La veinteañera sigue las tendencias más actuales pero también tiene un estilo clásico como el de Paloma, refinado y elegante para su edad. Le gusta lucir jeans ajustados y abrigos XXL a la última moda, vestidos fluidos y veraniegos en tonos vibrantes que destacan su bronceado; luce una melena rubia bien cuidada y lisa, y como accesorios elige siempre pequeños collares dorados y anillos minimalistas muy acorde a su forma de vestir depurada pese a su corta edad.

Las dos han ido a la universidad

Entre Paloma y Ana hay más similitudes. Las dos han optado por estudiar una carrera universitaria. Ana está a punto de terminar la carrera de Derecho en la Universidad de Granada. Desde hace cuatro años, la joven vive en un colegio mayor en la ciudad andaluza y suele volver los fines de semana a Almería para ver a sus padres y a su hermano Jose (Paloma también tenía un hermano menor, Victoriano, que fallecía en 2014 como consecuencia de un infarto y dejaba tanto a Paloma como a sus padres sumidos en una gran tristeza), un par de años menor que ella.

Ana sigue los pasos de su padre, Federico Soria, que es un conocido abogado de la ciudad y gran amigo del juez Baltasar Garzón desde su etapa en Almería a principios de los años 80. La madre de Ana, Rosa Moreno, es empresaria e hija de otro emprendedor, José Luis Moreno, famoso en la ciudad por haber fundado varias panaderías. El sueño de la joven novia de Enrique Ponce es heredar el bufete de abogados de su padre y continuar con su labor dentro del ámbito del Derecho Mercantil.

Ana Soria estudia Derecho en la Universidad de Granada.
Ana Soria estudia Derecho en la Universidad de Granada.

Paloma Cuevas no estudió Derecho pero sí Empresariales y además vivió una temporada en Boston, en Estados Unidos, por lo que es bilingüe en inglés. Aunque no ha trabajado en un banco, sí que ha emprendido varios negocios como una exclusiva tienda de mobiliario infantil ubicada en el barrio de Salamanca en Madrid en la que han comprado los muebles para decorar las habitaciones de sus hijos personajes como David Bisbal.

La cordobesa también ha sido la encargada de controlar en algún momento las cuentas de Enrique Ponce, como cuando hace unos años, según contó este martes Gema López en Sálvame, fue ella la que descubrió que alguien del equipo más cercano al torero les estaba “sisando” dinero. Además, el padre de Paloma, el que fuera torero en los años 60 y apoderado de toreros como Ortega Cano o el propio Enrique Ponce, Victoriano Valencia, fue el primer torero en tener una carrera universitaria. Victoriano se licenció en Derecho en la Universidad de Salamanca, algo poco habitual en aquella época en el mundo del toro.

BARCELONA, SPAIN - NOVEMBER 24:  (L-R) Enrique Ponce and Paloma Cuevas pose during a photocall for 'Fifth Gala Against HIV 2014' at the Museu Nacional d'Art de Catalunya on November 24, 2014 in Barcelona, Spain.  (Photo by Miquel Benitez/WireImage)
Enrique Ponce y Paloma Cuevas han sido uno de los matrimonios más admirados durante más de dos décadas. (Photo by Miquel Benitez/WireImage)

El mundo del toro les cambió la vida

Precisamente, la tauromaquia es la afición que más une a Paloma Cuevas y a Ana Soria. Por supuesto, la cordobesa ha vivido el mundo del toro casi desde que nació, ya que su padre fue torero y después apoderado de algunas de las figuras más importantes de las plazas de las últimas décadas. Cuando sólo tenía dos añitos, su padre, Victoriano Valencia, aseguraba que cogía “el capote de forma sorprendente para su edad y no tiene miedo de los toros”. La pasión de Victoriano creció dentro de su hija mayor, Palomita, como la llaman en la familia, y cuando ya tuvo uso de razón siempre acompañaba a su padre a las plazas y veía los toros desde la barrera o en el mismo callejón para vivir con la máxima emoción un mundo que siempre la ha atraído.

Ella siempre soñó con casarse con un torero y de hecho algunos aseguran que antes de Enrique Ponce mantuvo una breve relación con José Ortega Cano, torero al que llevaba la carrera su padre. A Ponce lo conoció tras un festejo y ella convenció a su padre para que lo convirtiera en una estrella del toreo siendo su apoderado. Nada más conocerse, Paloma y Enrique se enamoraron, lo suyo fue un flechazo. Él era un torero emergente, elegante y educado; ella, una niña bien que se movía a las mil maravillas tanto en el campo rodeada de naturaleza como en los eventos más sofisticados al lado de personajes de la alta sociedad andaluza.

Y Paloma, como muchas otras mujeres de toreros, se dedicó tras casarse en 1996 en la Catedral de Valencia y ante más de mil invitados, a formar una familia y a dar su apoyo siempre a su marido. Más de una vez ha comentado su sufrimiento al esperar en casa a su marido mientras toreaba, porque ella no iba a las corridas de toros de su esposo, y cómo ese miedo creció una vez que nacieron sus dos hijas Paloma y Bianca. “Ahora no solo tengo miedo por mi marido, también por el padre de mis hijas”, decía Paloma hace unos años. Junto a Paloma, Enrique creció como hombre y como torero, y juntos asistían a fiestas exclusivas y alfombras rojas de los eventos de moda más glamurosos, pese a que Enrique siempre se ha mostrado tímido ante la prensa.

El mundo del toro unió a Paloma y Enrique y parece que el toro también les ha separado, ya que Ana Soria contactó con el torero por redes sociales para preguntarle sobre su trabajo en las plazas y ahí surgió la química entre ellos. Y es que Ana es, como Paloma, una gran aficionada a los toros también desde pequeña. El padre de Ana le ha inculcado a la joven esta pasión, ya que él mismo suele acudir a la plaza de Almería para ver corridas siempre que puede e incluso ha llevado algunos casos de toreros de la zona como abogado. Tanto su padre como su abuelo son seguidores además de la figura de Enrique Ponce, por el que han mostrado su admiración en más de una tarde toros bajo un sol abrasador.

Ana Soria, apasionada del mundo del toro desde niña.
Ana Soria, apasionada del mundo del toro desde niña.

Algunas amigas de la joven han asegurado estos días en Sálvame que Ana siempre se ha relacionado con personas de clase alta de la ciudad ya que su familia es adinerada y que su sueño siempre había sido conocer a un torero, algo que ha conseguido tras contactar a Ponce por redes y después conocerse después de un festejo taurino. Ponce ha conocido ya a los padres de Ana durante un encuentro en Mojácar, donde la joven veranea cada año y donde su familia tiene un apartamento junto a la playa, y algunos dicen que ya estarían pensando en boda.

El abuelo de Ana, José Luis, hablaba el fin de semana en el programa Viva la vida y aseguraba que su nieta es una joven “responsable, trabajadora, muy buena y ordenada” y que él está encantado de que mantenga una relación con el torero. “Estoy muy contento porque ahí está su felicidad y eso es lo que más me importa. A mí Enrique Ponce me cae muy bien. Le he seguido porque soy aficionado a los toros, me encanta la relación porque él es un caballero y una persona excepcional. No le conozco en persona pero he hablado con él un par de veces”, explicaba. Ana ha ido a la plaza con su padre desde niña y ahora es más que probable que la veamos en la grada sufrir como lo hacía Paloma por su novio torero.

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