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Paola Durante, su infierno, fama y nuevas revelaciones tras el asesinato de Paco Stanley

MEXICO CITY, MEXICO - NOVEMBER 20: Paola Durante poses for photos during Paola Durante Presentation of Her Book 'No todo es color de rosa'  on November 20, 2019 in Mexico City, Mexico.  (Photo by Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images)
Paola Durante con su libro autobiográfico No todo es color de rosa en el que narró la dolorosa experiencia de ser señalada como una presunta cómplice en el asesinato de Paco Stanley (Foto: Adrián Monroy/Medios y Media/Getty Images).

Cuando Paola Durante tenía 24 años, la televisión no le atraía en lo absoluto, su mundo profesional era el modelaje y ser porrista del equipo de béisbol Tigres. Pero un llamado para hacer promocionales para un nuevo programa de TV Azteca se convirtió en otra oportunidad que le garantizaba un nuevo ingreso económico y que también la hizo famosa, pero no de una forma positiva.

Era diciembre de 1998 cuando Durante apareció en el nuevo proyecto de Paco Stanley, Una tras otra, una copia de lo que ya había realizado en Televisa con ¡Pácatelas!. Llegó al programa gracias a la intervención del conductor que la conoció en la grabación de los promos y decidió que formaría parte del equipo de edecanes. Varias veces apareció junto a él en algunos segmentos publicitarios.

"Lo veía como un superhéroe... le tenía mucho respeto y a veces miedo porque era muy exigente, y yo era muy traviesa, porque siempre me llevé muy bien con los camarógrafos y jugaba, y él me volteaba a ver y me decía 'no entiendes'", dijo en una entrevista para SNSerio.

Pero la revista de variedades concluyó de forma abrupta el 7 de junio de 1999: Stanley fue asesinado. Por obvias razones, la fuente de trabajo también había llegado a su fin y volver al anonimato. Lo que no esperaba es que a partir de este homicidio, se convertiría en una figura reconocida y juzgada.

Paola Durante ha contado por más de dos décadas cómo fue involucrada en lo que muchos llaman el primer crimen mediático de México. Su último testimonio forma parte de la serie documental El show. Crónica de un asesinato donde revive ese año y medio de encarcelamiento y por el que casi ha estado obligada a ser parte de la televisión indefinidamente.

Entre tantas líneas de investigación que se presentaron, un testigo del caso la identificó como "la güera" que habría recibido órdenes de un par de narcotraficantes y que presuntamente transmitió a Mario Bezares para que facilitara el homicidio del conductor. Esto nunca se sostuvo y tiempo después fue exonerada.

Pero que las autoridades la hayan liberado no fue suficiente para recobrar su credibilidad, mucho menos alejarse de los reflectores a los que tanto aborrecía.

"Yo le decía a mi mamá 'me quiero ir lejos' (y ella me decía) 'no, no puedes, porque tú ya eres famosa y tú vas a trabajar en la tele, no puedes dejar la tele, ya eres famosa'", dijo frente a la cámara de Diego Enrique Osorno, director del documental.

Una de sus primeras apariciones tras dejar la cárcel fue en el extinto programa Otro rollo, donde acudió con el otro sospechoso del caso, Erasmo Pérez Garnica. Ahí dijo que su deseo era trabajar; en ese entonces no lo reveló pero había una razón muy fuerte para aceptar lo que le ofrecieran: su pequeña hija.

"No tuve los mejores tratos, cuando en un programa había que hablar de una venta era '¡quítenla, es una expresidiaria, ella no puede ser imagen de tal marca'", recordó. Eso la obligó a ocultar su tristeza y aceptar los rumores que escuchaba en la calle, donde la llamaban "asesina", incluso en los pasillos de TV Azteca donde trabajó un tiempo.

"Comencé a buscar proyectos, canté, hice revistas (para adultos) para demostrarme a mí misma que yo era alguien importante y que ese amor propio que yo no me tenía, al salir en una revista así era como 'guau, ¿puedes creer todo lo que lograste a pesar de que no era bueno para la sociedad, para mi familia?', se sentía como un reconocimiento", agregó.

En una entrevista para El Universal en 2015 aceptó, por ejemplo, que la relación que tuvo con su prima, la actriz Bárbara Mori, se había fragmentado en principio por la acusación en el caso Stanley y después por las decisiones que tomó fuera de prisión. "Duele mucho que una de las personas que más quieres se aleje de ti. Cuando salí de la cárcel fue cuando rompió el lazo familiar. Tal vez no pensamos igual, somos muy diferentes en la forma de hacer las cosas y en nuestra manera de llevar la carrera. Quizá a Barbi no le guste que yo pose desnuda en revistas, pero a ella se le han facilitado las cosas, y a mí no".

Poco a poco ha comenzado a sanar su pasado. Confía en que la serie de Osorno facilite el proceso ante la sociedad.

Días antes de su estreno confesó sus razones para hablar en este trabajo y oponerse a otros, como el proyecto que produce Amazon Prime Video. "Fue muy duro dar mi testimonio, nunca había ahondado tanto, viví muchos momentos catárticos, pero eso me sirvió de mucho para darme cuenta de la gran mujer que soy y de lo que fue mi mamá", su principal defensora hace 24 años.

"Quiero vivir en paz, estoy cansada de este paz, ya no quiero que me señalen. Estoy segura que la gente va a tener otro concepto de mí", dijo a Gustavo Adolfo Infante una vez que se dio a conocer el tráiler.

Aunque ahora se dedica a hacer algunas presentaciones musicales y convertirse en influencer, su deseo de alejarse de la televisión aún no lo logra. Hasta inicios de año tenía entre sus planes realizar su propia versión audiovisual sobre el conductor pero con el aval de Paul Stanley, que se ha negado a varios proyectos.

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