Parkinson: por qué a las mujeres les afecta de manera diferente a los hombres

La enfermedad de Parkinson se manifiesta con temblores en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara. Sin embargo, aunque compartan algunos, las particularidades de la mujer hacen que esta tenga síntomas diferentes a los hombres. (Foto: Getty)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que los casos de enfermedad de Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa englobada dentro de los denominados 'trastornos del movimiento' (MDS, en sus siglas en inglés), se han duplicado en los últimos 25 años. Suele comenzar alrededor de los 60 años, pero puede aparecer antes.

Los hombres con una edad superior a los 50 años representan el perfil principal de los afectados de párkinson. Sin embargo, aunque ellos tienen entre 1, 5 y 2 veces más posibilidades de tener esta enfermedad, los expertos advierten que también debemos conocer las características específicas de las mujeres con párkinson para poder identificarlas y frenar su progresión cuanto antes.

En este sentido, los expertos señalan una serie de factores determinantes en el desarrollo y la aparición del párkinson en mujeres adultas como el rol del estrógeno, los cambios tras la menopausia o circunstancias como el embarazo.

“Parece que las mujeres tenemos, en relación con el párkinson, un fenotipo más benigno debido al efecto de la presencia de estrógenos”, cuenta la enfermera Natividad Mariscal, coordinadora del grupo de trastornos del movimiento de la Sociedad Española de Enfermería Neurológica (SEDENE). “Todo apunta a que los estrógenos ejercen un rol protector contra el daño dopaminérgico, pero para tener una evidencia científica de esto es necesario realizar más estudios”, añade.

De hecho, existen investigaciones contrapuestas al respecto. Algunas consideran que, tras la menopausia y la consecuente reducción de las hormonas de estrógeno, aumentan las posibilidades de desarrollar párkinson. Otros trabajos científicos, sin embargo, defienden que no hay evidencias suficientes de que exista esta correlación. De ahí la necesidad de contar con datos y resultados más sólidos al respecto.

Una reivindicación que tiene una justificación real, y que también explica por qué la enfermedad de Parkinson es mucho más común entre los hombres que entre las mujeres. Y es que si bien es cierto que los estudios demuestran que ellos tienen entre 1, 5 y 2 veces más posibilidades de tener esta enfermedad con respecto a ellas, hay que matizar que la mayoría de las investigaciones científicas sobre párkinson se han centrado históricamente en la franja de pacientes con mayor incidencia de la enfermedad: hombres entre 50 y 80 años.

Por lo que no es de extrañar que científicos e investigadores como Adrienne Keener, científica del Ronald Reagan UCLA Medical Center (California, EE.UU), hayan caído en el cuenta de lo necesario que es investigar los trastornos del movimiento también en mujeres para reducir su impacto y las limitaciones asociadas al párkinson.

En cuanto a las particularidades que sufren las mujeres con párkinson, Mariscal señala que “las mujeres en edad fértil sufren un empeoramiento de sus síntomas una semana antes de la menstruación y durante la misma, como fatiga, dolor, malestar y cambios en el estado de ánimo”.

En cuanto al embarazo, "hay síntomas no motores como la ansiedad, la depresión, las alteraciones del sueño o el estreñimiento que les pueden afectar de forma más notoria, pues son síntomas que están presentes tanto en el embarazo como en la enfermedad de Parkinson. También pueden tener problemas de movilidad por el aumento de peso o la inestabilidad”, añade esta experta.

Es decir, que los síntomas motores aparecen más tarde en las mujeres y tienen una mayor probabilidad de desarrollar un tipo más benigno de la enfermedad de Parkinson. Los temblores son un primer síntoma común a hombres y mujeres asociado con caídas recurrentes y síndromes de dolor más severos, pero los síntomas no motores como la fatiga, la depresión, las piernas inquietas, el estreñimiento, el dolor, la pérdida del gusto o del olfato, el cambio de peso y la sudoración excesiva son más frecuentes y graves en las mujeres.

Por el contrario, los pacientes masculinos con Parkinson muestran problemas posturales más graves y tienen peores capacidades cognitivas generales, y que el sexo masculino es el principal factor de predicción del deterioro cognitivo leve y su progresión más rápida. También tienen mayor riesgo de desarrollar 'camptocormia' (flexión anormal y severa del tronco al estar de pie o al caminar).

Así lo confirma un estudio 2020, que concluye que en etapas iniciales las mujeres presentan temblores pero sufren una degeneración más lenta de los músculos, mientras que los hombres suelen desarrollar cambios en la postura o el equilibrio como síntomas tempranos.

Por otro lado, a pesar de la ausencia de más datos respecto al párkinson en mujeres adultas, se sospecha que también afecta a otras etapas de su vida, como puede ser la crianza de los niños. “La falta de estudios hace que sea desaconsejable la lactancia materna”, advierte Mariscal.

Otra diferencia entre hombres y mujeres con párkinson reside en la vida sexual. La alteración en este ámbito es uno de los síntomas no motores que trastocan la calidad de vida de los pacientes y sus parejas.

Aunque los hombres puedan sufrir síntomas como la disfunción eréctil, la reducción de la libido predomina fundamentalmente en ellas, y va asociada a síntomas como la baja autoestima, alteraciones urinarias, dificultades para alcanzar el orgasmo e insatisfacción sexual.

En definitiva, aunque el riesgo de desarrollar esta patología es dos veces mayor en los hombres que en las mujeres, estas experimentan una progresión más rápida de la enfermedad y una tasa de supervivencia más baja. Además, aparte de los síntomas distintivos del párkinson en hombres y mujeres, también existen diferencias en la respuesta a las terapias farmacológicas y a la estimulación cerebral profunda, y en su evaluación personal de la calidad de vida en comparación con los hombres.

Las últimas cifras disponibles, recogidas en el último informe realizado por la OMS sobre este tema, reflejan que más de ocho millones y medio de personas sufren párkinson en todo el mundo. Se estima, además, que para 2040 se superará la cifra de 12 millones de personas afectadas por esta enfermedad. Algunos estudios consideran que esta situación alcanzaría el nivel de pandemia, debido a su aumento progresivo a nivel global causado por el envejecimiento de la población.

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