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Paul Weller aprovechó el confinamiento para producir música a la altura de su estirpe

Paul Weller
Paul Weller

Artista: Paul Weller. Álbum: Fat Pop Vol. 1. Temas: “Cosmis Fringes”, “True”, “Fat Pop”, “Shades of Blue”, “Glad Times“, “Cobweb / Connections”, “Testify”, “That Pleasure”, “Failed”, “Moving Canvas”, “In Better Times”, “Still Glides The Stream”. Edición: Polydor. Nuestra opinión: muy bueno.

La pandemia del coronavirus produjo efectos diferentes en el mundo de la música popular. En el caso de Paul Weller es conveniente y justo hablar de un aprovechamiento integral del tiempo: en menos de dos años -entre 2020 y hoy-, este elegante veterano de la dinastía mod grabó tres discos: On Sunset, en el cual además de sus clásicos coqueteos con el soul se animaba con el R&B, las orquestaciones fastuosas y la electrónica, An Orchestrated Songbook, un amplio recorrido por su repertorio -temas de The Jam, de The Style Council y de su carrera solista- llevado a cabo con el respaldo de la Orquesta Sinfónica de la BBC, y este Fat Pop, Vol.1 donde se lo nota suelto, cómodo, ágil y muy inspirado para crear grandes melodías y juguetear con diferentes estados de ánimo. Que haya sido anunciado como un primer volumen generó, obviamente, la expectativa de una continuación que; en atención a este primer paso, deberíamos celebrar.

Los puentes con la música negra siguen tendidos, como siempre: lo prueban tracks como “Glad Times”, “In Better Times” y sobre todo “Testify”, una cohesiva y sensual actualización del sonido que patentó Curtis Mayfield en los años 70. Pero eso no es todo. La colaboración familiar (más concretamente la de su hija Leah) decantó en una viñeta pop deliciosa -”Shades Of Blue”, el tema más escuchado del álbum en Spotify-, y la canción que le da nombre al disco es un caleidoscopio sonoro que podría catalogarse como primera inmersión exitosa en el universo del trip hop que podría formar parte del menú de Gorillaz.

Luego están los homenajes y los puntos de vista sobre la actualidad. Con la mirada puesta en el pasado, “Moving Canvas” es un animado tributo (¡escuchen esos vientos!) a un ícono indiscutible del punk, Iggy Pop (“Te encontrás con su mirada y te convertís en piedra”, dice la letra), mientras que en “Cobweb/Connections” Weller se prueba el vestuario glam del Bowie de Hunky Dory. Cuando pone el foco en la actualidad, consigue que “True” reluzca como gesto generoso de un artista experimentado con una banda joven de Liverpool de la que se ha declarado abiertamente fan, The Mysterines, liderada por Lia Metcalfe, invitada especial en el tema. “That Pleasure”, por su parte, pone de relieve un apoyo explícito a los reclamos del Black Lives Matter. El cierre del viaje musical es muy refinado: “Still Glides The Stream”, una pieza de épico pop orquestal que encajaría bien en discos de Pulp, The Divine Comedy o Serge Gainsbourg.

Activo y muy conectado con el presente, Weller estaba en plena gira por el Reino Unido cuando un integrante de su banda contrajo coronavirus y se vio obligado a suspender fechas hasta marzo. A partir de ese mes tiene conciertos programados en Inglaterra y otros países de Europa (Alemania, Bélgica, Austria, Francia, Italia). Los tiempos han cambiado drásticamente respecto de la época dorada de Stanley Road (1995), cuando todavía empujaba el viento de cola de la explosión de The Jam y alcanzaba el número uno en las listas de ventas británicas y el premio mayor de los Brit Awards, pero el espíritu de este venerable lord del pop inglés sigue intacto.

A la vez que logró optimizar su rendimiento durante el largo confinamiento produciendo material que está lejos de convertirse en descartable (algo de lo que muchos de sus colegas famosos en todo el planeta quizás no puedan jactarse: son días de proliferación de “descartes”, “hallazgos” y experimentos de bajo vuelo), también se hizo un tiempo para dar su punto de vista sobre los aprendizajes que nos debería haber dejado la crisis: “Si va a haber algún cambio, debería ser para proteger y apreciar la sanidad pública. Pagarles a las enfermeras y a los médicos como se merecen. Espero que algo bueno salga de todo esto”, dijo hace unas semanas en una entrevista que seguramente no leyeron los exaltados que provocaron un inusitado (y vergonzoso) escándalo en un centro de hisopado en Mar del Plata. Y “Failed” habla justamente de eso: en lugar de esquivar las balas y echarle la culpa a los demás, Weller se interroga con seriedad: “Me odio a mí mismo / Solo soy un cobarde / Si todo fuera distinto ahora / ¿Qué tan diferente sería yo? / Si pudiera cambiar algo / ¿Seguiría el mismo patrón completo de siempre?”.