Los siete pecados que confiesa Belinda; la gula, el peor de todos
CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 2 (EL UNIVERSAL).- Una amante de las películas gore y de la comida, así es Belinda, quien se define como una mujer "pecadora". Admite que es la gula su mayor debilidad, el pecado con el que más se identifica, pues le gusta la gastronomía.
Estos son los siete pecados capitales que confiesa la cantante a EL UNIVERSAL.
Gula: "No hay algo que no coma", aunque después recordó que no le gusta el caviar, ni el pescado, incluido el atún.
"Todo el chocolate blanco me encanta, me gustan las pastas, todo lo que tenga que ver con risotto, con trufa me gusta mucho, las hamburguesas del McDonalds me fascinan, que ya tengo mi Beliburguer, me gusta de todo".
Ira: En ocasiones ha confesado tener un carácter muy, por lo que la ira también la define.
"Me hacen enojar las injusticias, las mentiras, los maltratos a los animales, a las personas, a los viejitos, los robos, muchas cosas, pero también hay otras que me hacen igual de feliz".
Pereza: Cuando no trabaja, se relaja viendo películas y series en su casa, piensa que es la mejor manera para recuperar energías después de tanto trabajo.
"Me gustan las películas de terror, acabamos de ver Terrifier, que es una cinta de estilo gore, que no les recomiendo si no les gusta la sangre o las cabezas rodando o esas cosas, es muy fuerte, pero me encanta, es de un payaso asesino".
Envidia: Se considera envidiosa, particularmente de las personas que aún tienen a sus abuelitas, pues la suya (Juana Moreno) falleció en febrero de 2021.
"Cuando veo a alguna mujer con una abuelita, tengo una envidia de que yo quiero una porque ya no tengo abuelitas y las extraño. Si tú tienes una y te consciente y te da mucho cariño te voy a envidiar. Mi mejor Navidad fue la última que pasé con mi abuelita, hace tres años".
Lujuria: ¿Qué es lo que más le atrae de un hombre? "La personalidad, la inteligencia, la humildad, la sencillez, que me haga reír y que sea buena persona, es lo más importante y eso me da toda la lujuria del mundo".
Avaricia: Le fascinan los perfumes; el olfato es uno de los sentidos que más le da placer.
"El perfume es algo mío y de nadie más, no lo presto".
Soberbia: Es el menor de sus pecados, asegura.
"Cuando sé que alguien es hipócrita y ha hablado mal de mí y se acerca como si nada pasara, entonces sí le digo bye".