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Un grupo de pediatras aconseja cómo hablarle a un niño con sobrepeso

Perry Klass es pediatra y colaboradora de The New York Times. Recientemente ha escrito un artículo en el que recoge algunos consejos sobre cómo hablar a un niño con sobrepeso según una guía pediatrica de publicación reciente. Se centra sobre todo en lo que debe decirse o no en la consulta, pero es extrapolable a otros ámbitos. Palabras como ‘obeso’ y ‘gordo’ deberían estar prohibidas.

‘Gordo’ y ‘obeso’ son términos que deberían estar desterrados para referise a niños con problemas de peso. (Foto: John Moore/Getty Images)
‘Gordo’ y ‘obeso’ son términos que deberían estar desterrados para referise a niños con problemas de peso. (Foto: John Moore/Getty Images)

Como reconoce Klass al comienzo de su texto, el hablar de un niño con sobrepeso sobre este problema cuando se encuentra delante es un tema sensible. Básicamente porque si no se eligen bien las palabras que se usan, el pequeño paciente puede sentirse mal y conseguirse el efecto contrario al deseado.

La colaboradora de The New York Times cita una nueva declaración de política emitida conjuntamente por la Academia Estadounidense de Pediatría y la Sociedad de Obesidad titulada ‘Estigma experimentado por niños y adolescentes con obesidad’ publicada por la revista Pediatrics que recomienda prohibir las palabras ‘gordo’ y ‘obeso’.

En su lugar, esta guía aconseja a los profesionales de la medicina que hablen con expresiones como ‘peso’ o ‘masa corporal’. Otra opción que manejan también es, por ejemplo, ‘peso no saldable’. Términos más neutrales y sin las connotaciones negativas que implican los anteriores. Citando al doctor Stephen J. Pont, profesor asistente de la Universidad de Texas Dell Medical School, Klass recuerda que “la culpa no motiva el cambio, solo hace que las personas se sientan mal, y cuando las personas se sienten mal, no tienden a estar motivadas hacia un comportamiento saludable”.

Otro de los consejos que se dan, que se usa también en casos de discapacidad, es colocar a la persona por delante de la afección. Aunque es cierto que esta recomendación en el vocabulario tiene más sentido en países de habla inglesa donde el adjetivo se coloca delante del sustantivo, no deja de ser importante el hecho de que siempre será más recomendable hablar de niños con exceso de peso que de obesos o gordos como definición.

Así, la clave está en modificar el lenguaje –para quienes no lo hagan ya- y hablar en términos neutrales, sin connotaciones negativas y poniendo por delante la salud del paciente y lo importante de los hábitos saludables. El valor de esto va más allá de un simple cuestión de delicadeza en el lenguaje.

Como señala la doctora Rebecca Puhl, psicóloga clínica y profesora del departamento de desarrollo humano y estudios familiares de la Universidad de Connecticut y una de las autoras de estas recomendaciones, “el peso es actualmente una de las razones más frecuentes de burla o acoso”. Algo que a veces tiende a olvidarse. Los médicos se centran en la importancia de un peso saludable olvidándose del las implicaciones sociales y emocionales del sobrepeso.

Las recogidas por Klass son recomendaciones para médicos que pueden aplicarse fuera de la consulta, porque, como explica la doctora Mary Jo Messito, directora del programa de obesidad infantil del Bellevue Hospital, “lo pero que se puede hacer entrar en una habitación con una niña de 11 años y decir: tu hijo es obeso”. Y pone también como ejemplo una situación vivida por ella misma en la que una madre intentaba concienciar a su hijo de su sobrepeso recordándole que a su tío tuvieron que operarle por ello y casi muere. Sin duda, ese no es el camino.

Al final, lo importante tanto dentro como fuera de la consulta de pediatría es enviar un mensaje positivo sobre nutrición y salud y no centrarlo todo solo en estar delgado. Eso y, en el caso de ser necesario, ir introduciendo pequeños cambios alimenticios y de movimiento poco a poco. Probar una nueva verdura, ir andando al colegio…