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Películas acusadas de estigmatizar enfermedades mentales

Películas acusadas de estigmatizar enfermedades mentales
Películas acusadas de estigmatizar enfermedades mentales

Los estereotipos son cosa de todos los días en Hollywood. Algunos más negativos que otros, encontrando una debilidad por los retratos negativos de pacientes con enfermedades mentales. La industria del cine tiene un largo historial de representaciones inexactas que tienen un efecto negativo importante y subestimado en la percepción de las personas con trastornos mentales, por parte del público y los propios pacientes. La frecuente estigmatización de estas enfermedades es tan antigua como Hollywood, que resulta sencillo pensar en películas, algunas muy populares, en las que hayamos visto la forma en la que retratan a alguien que padece una enfermedad mental.

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Es común encontrar personajes violentos, peligrosos y aterradores, pero también es posible que muchos no hayan pensado en esa representación como estigmatizante para los enfermos mentales. Sin embargo, después de ver una película con un maníaco homicida u otro psicótico violento involucrado, debemos considerar el efecto que estos tienen sobre las creencias estereotipadas hacia las personas que padecen de enfermedades mentales. Han sido demasiadas las instancias en las cuales es fácil decir que el villano que comete delitos lo hace porque está “loco”, sin al menos explicar su estado de salud mental de forma matizada.

No se necesita de un estudio para saber que una gran cantidad de película cae en estereotipos negativos, y aunque en la actualidad las producciones lo hacen con menos frecuencia, aún hay mucho por hacer. No es necesario estar "loco" para aparecer en el cine, pero la industria cinematográfica generalmente ha mostrado una visión inestable de la salud mental. No es que el cine evade aquí los temas tabú, sino que tiende a moverse de forma descarada del sentimentalismo al sensacionalismo. Según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales, aproximadamente uno de cada cinco adultos estadounidenses experimentan una enfermedad mental en el transcurso de un año (vía Science Direct).

La gran mayoría de las personas que se enfrentan a ellas no atacan con violencia ni tienen comportamientos muy extraños. Muchas personas manejan la ansiedad, la depresión y otros trastornos todo el tiempo, mientras mantienen una vida que se ve normal y pacífica. Los filmes que compartiremos a continuación han sido acusados de estigmatizar y perpetuar los estereotipos hacia las enfermedades mentales.

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Psicosis (96%)

Alfred Hitchcock también cayó en el estereotipo de que el villano de la historia es la persona que tiene algún tipo de desorden psicológico. Ciertamente entusiasmó a su público, y lo continúa haciendo décadas después de su estreno, pero Psicosis no hace más que fomentar representaciones aterradoras de personajes que puede asustar al público en el sentido de que pueden creer que todo lo que ven es real, favoreciendo además la confusión que suele haber entre el trastorno de identidad disociativo y la esquizofrenia.

Halloween (94%)

En algunas versiones, se le da una explicación sobrenatural o mágica al hecho de que Michael Myers es un asesino por naturaleza, pero en la original, de John Carpenter, el villano es psicópata por naturaleza y su comportamiento carece de una explicación racional más allá de que detrás de sus acciones hay una “maldad intrínseca” que es la descripción usada por un médico en el filme. Es irónico saber que llegó a un hospital psiquiátrico de pequeño por un asesinato y se convierte en el criminal que es cuando escapa de ese lugar.

El Silencio de los Inocentes (94%)

Hannibal Lecter es uno de los villanos más famosos y aterradores del cine, así que con él Hollywood parece decir que las enfermedades mentales convierten a las personas en monstruos. Tanto un psiquiatra talentoso como un asesino en serie (y caníbal), la mayoría de los rasgos de personalidad y comportamientos de Lecter pueden clasificarse como evidencia de trastorno antisocial de la personalidad, con un retrato exagerado de la enfermedad.

El Resplandor (92%)

La imagen que muchos evocan sobre una persona con una enfermedad mental es que se ve muy diferente a la persona promedio. Cabello despeinado, ojos desorbitados y la ropa hecha un desastre. Jack Nicholson en el papel de Jack Torrance es un cliché que ridiculiza a las personas con enfermedades mentales Es innegable el aspecto aterrador del actor, pero en la vida real la gran mayoría de personas parecen eso, personas, y pueden ser encontradas haciendo todo tipo de actividades cotidianas. Que padezcan de una enfermedad no quiere decir que no se parecen al resto.

Los Juegos Del Destino (92%)

Esta película tiene un poco más a su favor ya que presenta la disfunción de los personajes y la factura que una enfermedad mental le pasa a sus familias sin que la situación sea endulzada para el público. Sin embargo, Los Juegos del Destino termina siendo poco realista en cuanto se refiere a tratar y manejar una enfermedad mental. Aunque se puede decir que en cierto modo ayuda, en el mundo real el trastorno bipolar no se puede curar con libros, deportes y amor.

Guasón (91%)

La noción de que el deterioro mental conduce obligatoriamente a la violencia contra los demás, implícita en el personaje interpretado por el ganador del Óscar Joaquin Phoenix, es un retrato peligroso que contribuye al estigma. Arthur Fleck, que deja de tomar su medicación y sus actos de violencia son cada vez más frecuentes, no solo está mal informada sino que amplifica aún más el miedo y el desconocimiento hacia las enfermedades mentales.

La Naranja Mecánica (89%)

La ultraviolencia es uno de los aspectos principales del filme de Stanley Kubrick, el cual no sería posible sin Alexander DeLarge, el narrador y protagonista que lidera a una pandilla que lleva la delincuencia juvenil a un nuevo extremo cuando él y otros adolescentes sociópatas cometen horribles crímenes. DeLarge es capaz de ganarse la simpatía de la gente con su encanto, pero su comportamiento en general puede ser comparado con el de Hannibal Lecter y el Joker.

Una Mente Brillante (75%)

La película trata sobre la vida del ganador del Premio Nobel, John Nash. Su lucha contra la esquizofrenia paranoide, y la forma en que su enfermedad afectó a su carrera y las personas cercanas a él. Cierto tipo de alucinaciones son completamente normales, pero la historia presenta muchas de ellas de forma visual para jugar con el espectador a pesar de que esto no es algo que ocurre en realidad. Hasta cierto punto, la película implica que las personas con enfermedades mentales pueden superar esto si se esfuerzan lo suficiente y son persistentes, pero eso no es del todo cierto.

Fragmentado (75%)

Split es visto como un ejemplo horrible que promueve aún más el estigma en torno al trastorno de identidad disociativo y el miedo mal informado a las enfermedades mentales. Miles de personas intentaron boicotear la película, alegando que promovía estereotipos negativos y conexiones falsas entre esa enfermedad mental y la violencia. En el filme de M. Night Shyamalan, James McAvoy interpreta a un sujeto con 23 personalidades distintas y ninguna de ella parece realmente agradable.

Los Huéspedes (64%)

En esta película, que no es coincidencia que sea también de Shyamalan, la enfermedad mental se usa simplemente para asustar al público; no está de más decir que carece de precisión. El filme hace caso omiso al deterioro cognitivo y sacrifica cualquier posibilidad de que la historia haga un mejor retrato de las enfermedades mentales para provocar terror ante la idea de estar atrapado con pacientes fugitivos de un hospital psiquiátrico, y la verdad es que es muy poco probable que pudieran organizarse para cometer un asesinato.

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