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Cinco películas con Jude Law a propósito de El tercer día, su nueva miniserie de HBO

El estreno de la miniserie El tercer día por HBO coloca el carisma de Jude Law en un extraño escenario, el de una comunidad de costumbres ancestrales que habita en los contornos de una isla perdida en el territorio británico. Si en sus últimas apariciones en televisión, vestido con el blanco atuendo papal de las sátiras de Paolo Sorrentino -The Young Pope y The New Pope-, había ejercitado la ironía que desde sus comienzos habitaba sumergida tras su belleza, ahora se vislumbra su costado más enigmático, teñido de un hermético existencialismo que parece el verdadero signo de ese insular apocalipsis. Algo de ese imaginario turbulento también se filtra en la nueva película de Sean Durkin (Martha Marcy May Marlene), The Nest, anunciada para fines de septiembre en los cines abiertos del mundo y unos meses después como desembarco en streaming. Convertido allí en un ambicioso empresario que decide mudar a su familia de los Estados Unidos a Inglaterra a comienzos de los 80, Law deconstruye todas las aristas de su esquivo carácter, ese que se hizo presente de alguna u otra forma en todos sus personajes. Repasar algunas de sus creaciones menos conocidas, cuya esencia parece siempre protegida por una apariencia confiada y estable, permite explorar los distintos pliegues de su condición de actor.

El talentoso señor Ripley (Anthony Minghella, 1999)

De la primera etapa de la carrera de Jude Law, previa a la década del 2000, se destacan tres interpretaciones: el condenado diseñador de videojuegos de la Existenz de David Cronenberg, el trágico amante de Kevin Spacey en la sureña Medianoche en el jardín del bien y del mal de Clint Eastwood y, por supuesto, el playboy Dickie Greenleaf en la versión de Minghella de la célebre novela de Patricia Highsmith. Greenleaf había tenido el rostro bronceado de Maurice Ronet en la francesa A pleno sol, en la que René Clement convirtió la desencantada mirada de la autora en una fábula moral. Minghella, por su parte, decide atenerse a la letra del libro, modelar el distante atractivo de Tom Ripley en la figura clásica de Matt Damon, y sellar el destino de Greenleaf en la belleza única de Law. Su cabello casi cristalino y su luminosa sonrisa parecen llamar a la envidia de Ripley en cada una de sus apariciones, en cada rayo de sol que cae sobre su piel. Law consigue convertir a Greenleaf, ese nombre usurpado que imaginó Highsmith como una vestidura más de su carismático villano, en toda una presencia, signada por las oscuridades de ese último verano. Disponible en Cablevisión Flow y Movistar Play.

Inteligencia artificial (Steven Spielberg, 2001)

La historia de un androide que quiere convertirse en un niño de verdad le permitió a Steven Spielberg modelar una de sus películas más complejas y menos populares. En esa fábula de sueños rotos, casi como la tecnológica versión de Pinocho imaginada por Stanley Kubrick, David (Haley Joel Osment) es un robot con emociones verdaderas. Como su espejo inverso, el Gigolo Joe de Jude Law resulta puro artificio, un hombre de lata y maquillaje definido por su cabello perfecto y rígido. El misterio de la inteligencia artificial nunca es tan complejo para Spielberg como el que habita en el corazón humano. Y sorteando todos los posibles sentimentalismos, acompaña a David en la búsqueda de ese amor para el que fue programado. En el acto central de la película, David y Gigolo Joe deambulan por una feria en la que los androides son destruidos por los hombres. Esa inesperada empatía que David buscaba en los humanos que lo abandonaron la encuentra en uno de su misma especie, habitado por esa extraña supervivencia que define a los marginales. Disponible en Fox Premium, Cablevisión Flow, DirecTV Go y Movistar Play.

El aviador (Martin Scorsese, 2004)

No debe haber una película de Scorsese más incomprendida que El aviador. Quizás la olvidada Kundun, consideraba una veleidad histórica al estilo de El último emperador de Bertolucci, especie de mácula permitida a todos los grandes creadores. Pero El aviador es una película crucial en el universo de Scorsese y lo es por su deformada interpretación del Hollywood del pasado, atravesado por sus grandilocuencias de espectador infantil que modelaba el mundo en una sala de cine. El Howard Hughes de DiCaprio es una figura monstruosa en todos los sentidos, desbordante de energía en un mundo de mesura, caprichoso y extravagante en un mundo de mandatos exigentes y previsibles. Y si la Katharine Hepburn de Cate Blanchett nace de la inolvidable interpretación de La adorable revoltosa, caricatura hawksiana de esa mujer tiránica y devoradora, el Errol Flynn de Jude Law es lo más cercano al imaginario de aquella estrella del cine de aventuras, amante inagotable, borracho irascible y tempestuoso. Law habita esa máscara de su personaje con una ambición que rara vez volvería a revelar. Disponible en HBO Go y DirecTV Go.

Efectos colaterales (Steven Soderbergh, 2013)

Como en la reciente Unsane (2018), filmada estratégicamente con la cámara de un celular, Efectos colaterales es la exploración interna de un estado de paranoia. Al empezar, Soderbergh nos anticipa los resultados de un extraño experimento: manchas de sangre dispersas en un departamento. El relato vuelve al comienzo y sabemos que la terapia que inicia la joven Emily Taylor (Rooney Mara) para lidiar con la prisión de su marido y su depresión crónica la lleva a explorar los vericuetos de una mente alterada que resulta ser su peor enemiga. El psiquiatra de Emliy es el mismísimo Jude Law, con esa apariencia de seguridad clínica que sujeta en su enigmática expresión el armazón de todo su poder. Así como Soderbergh desnuda las ambiciones más salvajes del capitalismo contemporáneo en la vertiente de la ciencia psiquiátrica, también enreda el relato hasta convertir a cada uno de sus personajes en una pieza extraviada dentro de un misterio insondable. Y Law resulta el personaje más opaco, representante de ese entramado crítico y con promesas de tragedia que apenas vislumbramos en su interior. Disponible en HBO Go, Cablevisión Flow y DirecTV Go.

Anna Karenina (Joe Wright, 2012)

Luego de las magistrales Orgullo y prejuicio y Expiación, deseo y pecado, Wright cierra su trilogía con Keira Knightley con la más ambiciosa adaptación de la célebre novela de León Tolstoi. Si Clarence Brown había convertido a la historia en un vehículo para la consagración de Greta Garbo, ahora en su versión sonora, Joe Wright convierte a la mismísima representación en su estrella, llevando a la adúltera Anna de Knightley a deambular por un teatro único de pasiones y secretas tragedias. Colorida, virtuosa y rabiosamente iconoclasta esta nueva Anna Karenina le ofrece al mustio Karenin literario la radiante apariencia de Jude Law. En esas coordenadas, el conde Vronsky resulta un niño caprichoso, febril oponente a la burguesa rutina que ofrece el matrimonio. Así, Wright cambia las claves del juego y lo lleva a su terreno, vestido con los colores del más ardiente melodrama, que vive de mentiras y de excesos, que muere como Anna bajo el fuego de la pasión. Disponible en Claro Video, Google Play y Apple TV.