Pelayo recula y pide perdón por su 'cachorro de lujo': "Voy a colaborar con una protectora de animales"

Ser influencer no es fácil y sabes que todo lo que hagas o digas va a tener una gran repercusión. Bien lo sabe Pelayo Díaz que no es la primera vez que sufre críticas feroces por sus comentarios o fotos en las redes sociales. La última polémica del estilista la ha causado su nueva mascota. Pelayo mostraba una foto en Instagram junto a su marido, Andy, y un precioso cachorrito, y anunciaba que una empresa que se dedica a la cría y venta de perritos de raza les había ‘regalado’ a su nueva mascota a la que han llamado Vidu.

MADRID, SPAIN - SEPTEMBER 25: (L-R)  Pelayo Diaz and Andy McDougall attend 'Hombre Unico 2019' awards at Fortuny Restaurant & Club on September 25, 2019 in Madrid, Spain. (Photo by Europa Press Entertainment/Europa Press via Getty Images)
MADRID, SPAIN - SEPTEMBER 25: (L-R) Pelayo Diaz and Andy McDougall attend 'Hombre Unico 2019' awards at Fortuny Restaurant & Club on September 25, 2019 in Madrid, Spain. (Photo by Europa Press Entertainment/Europa Press via Getty Images)

Las críticas no se hicieron esperar. Muchos comentaron que por qué habían comprado un perro cuando hay decenas de perros esperando a ser adoptados en una perrera; otros dijeron que lo estaban usando como cuando les regalan un bolso o un jersey; que solo lo hacían para dar publicidad a una empresa que supuestamente les habría pagado por hacerlo... Vamos que las redes ardían en comentarios negativos hacia la pareja y hacia la empresa que les había regalado el perro.

Una de las más críticas con ellos ha sido Lucía Etxebarría. La escritora escribía un post en el que comentaba sin pelos en la lengua: “Estas personas están promocionando - a cambio de dinero, suponemos - a una empresa que te trae, vía MRW, en un transportín, "cachorros toy de lujo" para que pases el confinamiento. Se supone que los compras, pero si las propias perreras no están permitiendo la adopción en confinamiento porque creen que la gente quiere adoptar en confinamiento o bien para salir a pasear o bien porque se aburre...”, aludiendo a que el perro de Pelayo y Andy no era más que un capricho más de una de las parejas más fashionistas de nuestro país que, obviamente, no podían adoptar un perrito sin raza porque no sería lo suficientemente cool para ellos.

“Si tanto te aburres con tu pareja ponte a leer un libro. O plantéate dejar a esa pareja. Pero no busques a un perrito que te alegre la vida porque los perros no están para eso. Son seres vivos con inteligencia y sentimientos, no juguetes”, añadía la escritora. Ante los comentarios y las acusaciones, Pelayo hizo un primer post a través de los stories de Instagram en el que lejos de pedir disculpas, echaba más leña al fuego con unas palabras que solo denotaban altanería.

“A todos los que criticáis y cuestionáis mi decisión, me gustaría ver si en vuestra casa tenéis zapatos o cinturones de piel, si en vuestra nevera hay carne, si el pollo es campero que cuesta mucho más, si los huevos que compráis son camperos, si usáis cremas que testan con animales... Cuando criticáis las acciones de otra persona tenéis que cubriros muy bien las espaldas y tenéis que estar muy seguros de lo que hacéis vosotros. Porque es muy fácil tirar la piedra y esconder la mano y criticar a una persona que libremente se expone aquí. Pero cuestionaros vuestras decisiones y contadme si vuestras cremas no han sido testadas. Analicemos todo”, decía sin rastro de haber entendido ninguno de los comentarios que sencillamente apostaban por la adopción y no por la compra de ‘cachorritos de lujo’ de criaderos.

Después de unas horas, el influencer parecía recapacitar y volvía a subir una foto de su perro con un post algo más sensato y en el que claramente expresaba su malestar por los comentarios que se habían generado. “Vidu fue un regalo, no una compra. Un regalo esperado porque hacía mucho tiempo que deseábamos tener un perrito. Ni Andy ni yo fomentamos la compra ni el tráfico animal, solamente compartíamos de una manera transparente nuestra ilusión por tener a Vidu. No llegó en una bolsa con agujeros, como algunas fotos manipuladas muestran”, aclaraba.

“Quiero aprovechar para pedir disculpas, nunca fue nuestra intención ofender a nadie. Somos dos personas que se aman y que dieron la bienvenida en su hogar a un perrito con toda la ilusión del mundo. Estoy todavía dándole forma pero también quiero comunicar mi intención inmediata de colaborar con una protectora de animales y aportar mi granito de arena”, concluía dando muestra de su arrepentimiento y dejando caer que ahora sí quiere ayudar a una protectora de animales.

Pelayo y su curso a 1.500 euros

Esta no es la primera vez que Pelayo Díaz forma un gran revuelo por alguno de sus posts en las redes sociales. En el año 2014, el exnovio del fallecido David Delfín decidió anunciar un curso para bloggers e influencers digitales en el que enseñaría cómo elegir adecuadamente los eventos a los que asistir. La polémica llegó al darse a conocer el precio de esta masterclass de tres mañanas: 1.500 euros por alumno. El curso estaba cerrado para 15 personas por las que el exnovio del también diseñador Nicolas Ghesquière se habría embolsado 22.500 euros.

Las criticas le llovieron y muchos aseguraron entonces que Pelayo no estaba a la altura para dar un curso de ese tipo y mucho menos por ese precio. Finalmente, su masterclass no tuvo una gran acogida y el curso no se llegó a impartir por falta de matriculados.

Dulceida y los niños en África

Muchos son los famosos que también han generado polémica con algunos de sus posts en las redes sociales. Una de las más sonadas fue la que provocó Dulceida durante un viaje por África. La instagrammer y empresaria y su mujer, Alba Paul, emprendían un viaje por Sudáfrica en abril de 2018 para promocionar unas becas para estudiar inglés, pero la atención se centró en varias fotos que desataron la ira de los internautas. La primera fue una instantánea de Alba dándose un relajante baño... en un lugar, Ciudad del Cabo, donde se estaba padeciendo entonces la peor sequía de su hisotoria y donde desde hacía meses se había limitado el uso del agua en acciones cotidianas como lavarse el pelo o tirar de la cisterna en el wc. “Mira que inteligentes, se van a Sudáfrica en plena sequía y a hacerse fotitos en la bañera llena, se la pela que este todo el país con restricciones de agua” o “¿Se van a quedar sin agua y tu te bañas? Dónde está tu ética o moral”, son algunas de las críticas que les llovieron... y finalmente retiraron la fotografía.

Pero hubo más fotos... y más polémicas. Dulceida decidía subir a sus stories de Instagram una fotografía en la que se veía a un grupo de niños africanos luciendo unas gafas de Miss Hamptons con su nombre grabado que ella les había regalado. “¡Una hora con ellos no ha sido suficiente! Feliz por haberlos hecho sonreír”, escribía Dulceida y añadía: “Ahora tienen nuestras gafas de recuerdo, yo sus sonrisas y el tiempo con ellos”. Y de nuevo críticas durísimas hacia la influencer que parecía estar ‘usando’ a esos niños en evidente situación de pobreza para publicitar unas gafas de sol por las que evidentemente le pagaría algo la marca.

Dulceida tuvo que pedir disculpas también en esta ocasión: “Es totalmente falso que comerciáramos con las gafas de sol que les dimos a los niños. Es más, no tengo ninguna colección de gafas en este momento, ni colaboro con ninguna marca de gafas de sol, por tanto, es absolutamente incoherente que yo buscara lucrarme con esa publicación. Simplemente nos pidieron las gafas y se las regalamos, todo lo demás es falso”, explicó. “Mi intención en ningún momento ha sido la de hacer daño con estas fotografías, ni mucho menos utilizar a la gente de la tribu y lamento mucho si alguien se ha llevado esa impresión. Estamos haciendo un safari turístico por África y en la ruta nos llevaron a conocer a la tribu, una experiencia maravillosa que volvería a repetir”, quiso recalcar.

Bisbal, Casillas, Ramos... ellos también la liaron

Iker Casillas es uno de los porteros más valorados del mundo, pero en eso de las redes sociales no estado muy afortunado en más de una ocasión. Si su mujer Sara Carbonero siempre trata de ser correcta y no entrar en polémicas, él no quiere morderse la lengua y mucho menos si se meten con su hijo. En una ocasión, Casillas llamó “hijo de la gran puta” a un usuario de Instagram que había comentado cruelmente que por qué no metía a su hijo en el agua para ver si flotaba cuando aún era un bebé. Iker le contestó como cualquier padre hubiera hecho, aunque las formas, sin duda, no fueron las más adecuadas.

Su excompañero del Real Madrid, Sergio Ramos también ha sido uno de los más criticados por sus comentarios en las redes sociales. El marido de Pilar Rubio hace mucho que no nos deleita con sus peripecias tuiteras, tal vez instruido por un buen community manager, pero hubo un tiempo en el que eran continuas. Un día se lo ocurrió decir que jugaba de “medio retrasado” y claro, las bromas, memes y chascarrillos no se hicieron esperar. Pero ahí no acaban sus ocurrencias. Otro día trató de animar a las jugadoras de waterpolo de la Selección Española para que ganaran un partido que se había celebrado... ¡20 días antes! Ya pueden imaginar cómo le llovieron los chistes al bueno de Ramos.

Por su parte David Bisbal metió la pata hasta el fondo en Twitter. El almeriense, con toda su buena voluntad, lamentó la poca gente que visitaba las pirámides de Egipto... días después de que el país sufriera un terrible atentado terrorista. Su comentario dio lugar a la creación del hashtag #TurismoBisbal y su post se hizo viral y aún a día de hoy sigue generando risas y es utilizado por los tuiteros más chistosos cuando sucede algo similar.

La foto de la polémica

Una de las grandes polémicas en redes la protagonizó Francisco Rivera en 2016. El torero, ni corto ni perezoso, decidió subir una fotografía con su hija Carmen, que entonces tenía cinco meses, en brazos mientras toreaba una vaquilla. Fran aseguró que eso era una ‘tradición familiar’. “Debut de Carmen, es la 5 generación que torea en nuestra familia. Mi abuelo toreo así con mi padre . Mi padre toreo así conmigo, y yo lo he hecho con mis hijas Cayetana y ahora con Carmen #orgullodesangre”, escribía junto a la instantánea.

Muchos apoyaron al torero, sobre todo los aficionados al mundo del toro, pero también muchos otros criticaron que Rivera Ordoñez pusiera en peligro de manera innecesaria a un bebé de apenas unos meses de edad. Parece que a Fran poco le importaron las críticas porque un par de años después bajó a su hija a la plaza de toros para dar una vuelta al ruedo sobre sus hombros, otra escena que no gustó nada de nada entre los antitaurinos.

Tampoco gustaron comentarios del torero sobre las mujeres en algunas de sus intervenciones en Espejo Público, como cuando se hizo público un video sexual de una trabajadora que posteriormente se quitó la vida. “Hay una máxima, que yo se la digo a mi hija mayor sobre todo: no se pueden mandar vídeos de ese tipo. Los hombres, y soy hombre y lo digo, no somos capaces de tener un vídeo así y no enseñarlo”, dijo el torero, provocando la ira de miles de mujeres que le acusaron de machista. Luego lo aclaró diciendo que la mujer era la víctima.

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