La película de DreamWorks que todavía no me puedo creer que exista
Son muchas las películas infantiles que pasaron a la historia por su contenido oscuro, ambiguo o sorprendentemente adulto. Los casos más chocantes los encontramos sobre todo en los 80 y los 90, cuando el cine era mucho más laxo y despreocupado en cuanto a lo que mostraba a los niños y en Hollywood se producían películas para toda la familia que hoy en día serían impensables.
Pero no hace falta remontarse tan atrás para encontrarse uno de esos films. En 2007, DreamWorks estrenó una película insólita que a día de hoy cuesta creer que se estrenara. Estoy hablando de Bee Movie, aventura animada que en su día pasó sin pena ni gloria, pero que con el tiempo acabó haciéndose viral por su contenido, digamos, surrealista. Han pasado 15 años y aun resulta increíble que una película así exista.
Los diez primeros años de historia de DreamWorks Animation están marcados por la transición entre la animación tradicional y el cine realizado íntegramente por ordenador, con películas tan diferentes como El príncipe de Egipto o Madagascar en su haber. El estudio consiguió imponerse a la todopoderosa Disney y se alzó como su principal competidora durante estos años, gracias sobre todo al fenómeno Shrek. Pero en su filmografía nos encontramos unos cuantos títulos que llaman la atención, no tanto por su éxito, sino por lo diferente de sus propuestas.
Bee Movie llegaba a los cines con el estudio ya asentado como una gran fuerza comercial en todo el mundo. Las películas de Shrek arrasaban en taquilla y pronto llegarían los éxitos de Kung Fu Panda y Cómo entrenar a tu dragón. Pero en medio de aquellos gigantes apareció un inesperado héroe diminuto, una abeja neurótica con la voz (en inglés) del famoso cómico y actor Jerry Seinfeld, envuelta en una disparatada batalla legal contra los humanos. La película tuvo una moderadamente buena acogida en la taquilla, recaudando $293 millones en todo el mundo (Box Office Mojo), pero no tardó en desaparecer de la consciencia colectiva. Hasta que el boom de las redes sociales la rescató del olvido.
En Bee Movie, una abeja recién graduada de la universidad llamada Barry B. Benson se enfrenta a la dura realidad de su futuro: trabajar toda su vida en la colmena produciendo miel. Barry sueña con salir de allí y vivir libre en el mundo exterior. Durante un viaje fuera de la colmena, la abeja se ve envuelta en un incidente y es salvada por Vanessa (voz original de Renée Zellweger), una humana que trabaja como florista en Nueva York. Mientras la abeja y la mujer entablan una estrecha relación, Barry descubre que las personas consumen miel y decide interponer una demanda a la especie humana entera, llevándola a juicio por sus atrocidades contra las abejas.
Una trama original, desde luego, pero también bastante rocambolesca, con la que el estudio se desviaba ligeramente de la típica aventura infantil para dar al público una historia diferente y, en cierto sentido incluso arriesgada y rompedora. Las piezas encajan cuando descubrimos que Seinfeld no solo pone voz al protagonista, sino que también participa en el guion. Al igual que Woody Allen prestó su personalidad al protagonista de Antz (Hormigaz), la primera película animada de DreamWorks y prima espiritual de esta, Seinfeld imprimió a Bee Movie y a Barry con sus rasgos e idiosincrasias, otorgando a la película un toque de comedia adulta que en su día pasó algo desapercibido. Salvando las distancias, muchos diálogos y ese componente cotidianamente absurdo detrás de la película lleva el sello de la serie por la que se hizo famoso, Seinfeld.
La película fue un éxito comercial, pero la repuesta del público no fue precisamente entusiasta y la crítica de la época también le dio una acogida más bien tibia. El consenso en la web agregadora de críticas Rotten Tomatoes dice “Bee Movie tiene sus momentos divertidos, pero su extraña premisa y su anodina ejecución la convierten en una película olvidable”. La opinión generalizada la colocaba por debajo de otras propuestas animadas recientes, un trabajo más bien mediocre comparado con otros, que no parecía destinado a ser una de las joyas de la corona de DreamWorks. Sin embargo, el tiempo acabaría convirtiéndola en algo diferente: un fenómeno viral.
Bee Movie nació en el umbral de la revolución de las redes sociales. Cuando se estrenó, todavía no estábamos en Twitter comentando todo lo que veíamos hasta el más mínimo detalle, por eso su efecto no se sintió hasta unos años más tarde. Aproximadamente en 2015, Internet la rescató del olvido y la convirtió en meme. La película experimentó un estallido de popularidad gracias a absurdos vídeos de YouTube (Bee Movie entera, pero cada vez que alguien dice “abeja” se acelera un 15% acumula más de 6 millones de reproducciones) o análisis humorísticos de su guion en Facebook. La película se volvió especialmente popular en la plataforma Tumblr, de donde surgían la mayoría de memes y fenómenos virales de la época.
El efecto dominó la llevó a ocupar la actualidad de las webs de cine y a ser analizada por medios especializados, ya recategorizada como fenómeno de Internet e icono millennial. Es decir, se llegó a hablar mucho más de la película entonces que cuando se estrenó, aunque fuera más bien en un contexto de broma y no tanto para elogiarla. Pero, ¿por qué tanto revuelo? ¿Qué tiene Bee Movie para obsesionar a los espectadores y convertirse en un tema de conversación tan apasionado en Internet?
Fácil, uno de los argumentos más raros que se recuerdan en el cine de animación y una surrealista relación interespecie en el centro de su historia. La mayor parte del tiempo, Bee Movie es una simple película de aventuras y comedia para toda la familia, con acción, color y diversión para distraer a los más pequeños. Pero bajo su dulce envoltorio, nos encontramos una trama mucho más sugerente y adulta de lo que parece a simple vista, con inauditos chistes sobre incesto y otras alusiones maduras que solo los adultos pueden entender.
Y no solo eso. El film esconde bajo su fachada un claro comentario social sobre el capitalismo, el comunismo y el sistema laboral, además de un mensaje ecológico y animalista que básicamente nos recuerda que el mundo de se acabaría sin las abejas. En ese sentido, que el clímax de la película sea un juicio (guiño, intencionado o no, al polémico final de Seinfeld, que también acababa en un juzgado) es otro de esos toques subversivos que la diferencian de otras cintas animadas. Claro que, lo que más llamó la atención del público que la redescubrió y la catapultó a la fama viral no fue nada de eso, sino la relación entre Barry y Vanessa, una historia ¿de amor? entre un insecto y una humana.
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Después de salvarle la vida, Vanessa y Barry desarrollan una atracción mutua que, atención, pone celoso al novio de Vanessa, lo que lleva a su ruptura. Se puede decir que la humana y la abeja básicamente mantienen un affair emocional y platónico. En un momento de la película, los dos empiezan a flirtear con música romántica de fondo e incluso se dan “la mano”. Pero eso no es todo, en una secuencia posterior, Barry sueña que tiene una cita en el parque con la humana. Ahí es donde corroboramos que no estamos ante una inocente cinta de animación al uso.
Esos y otros detalles sorprendentemente macabros (hay varias muertes explícitas, de insectos y de la propia Vanessa en la fantasía de Barry), diálogos cargados de dobles sentidos sexuales y guiños culturales adultos (incluida una fijación obsesiva y aleatoria con Ray Liotta que los niños simplemente no pueden entender) convierten a Bee Movie por momentos en una comedia para adultos encubierta de aventura infantil. De hecho, puede que esa sea la clave por la cual en su momento no convenció al público a la crítica. Y es que no está muy claro para quién está hecha.
Debo reconocer que, después de su regreso al imaginario colectivo gracias a su repentino estatus viral, he vuelto a la película varias veces en Netflix, donde está disponible desde hace tiempo, y cada vez no he dado crédito a lo que veía en pantalla. Pero lo mío con Bee Movie no es nada comparado con un usuario de Netflix en el Reino Unido que, según desveló la plataforma en 2017 (sin dar nombres, claro), vio la película 357 veces en el transcurso del año (The Times); un dato que sirvió para aumentar aun más su extravagante leyenda.
Los 80 y los 90 tienen la fama en lo que se refiere a películas infantiles o familiares que en realidad escondían un trasfondo mucho más adulto y, e incluso en algunos casos, cuestionable. Pero lo cierto es que la primera década de los 2000 tampoco se queda corta. Aquella también fue una época caracterizada por propuestas animadas experimentales y diferentes, ideas como la de Bee Movie, que ahora vemos definitivamente de otra manera.
Y no solo nosotros, sino también su protagonista y co-creador. Durante una entrevista en el programa The Tonight Show en 2021 (es decir, 14 años después del estreno), Seinfeld se disculpó oficialmente por el inapropiado trasfondo sexual de la película: “Pido perdón por lo que parece ser un incómodo y sutil aspecto sexual en 'Bee Movie'. No fue algo intencionado, pero después de que saliera, me di cuenta de que no era realmente apropiado para los niños, porque parece que la abeja siente atracción por la chica. No queremos explorar eso como idea en el entretenimiento infantil” (IndieWire).
Bee Movie es una fascinante rareza dentro de la historia del cine de animación digital. Pese a ser olvidada casi inmediatamente después de su estreno, se acabó revalorizando con el tiempo. Pero en este caso, no fue por su calidad redescubierta o por la fuerza de la nostalgia, sino por su chiflado argumento, sus referencias sexuales y su cualidad para convertirse en meme con efecto retroactivo. La película se hizo tan popular que muchos se preguntaron si se animarían con una secuela para aprovechar el tirón, pero Jerry Seinfeld respondió con un rotundo no, claramente queriendo pasar página de aquello.
Con el auge de las redes sociales y la creación de los memes, el público dio a Bee Movie y su inusitado argumento la atención que no tuvo en su día, analizando cada momento extraño, cada diálogo subido de tono y cada subtexto maduro para sacar una conclusión unánime: ¿En qué estaban pensando?
Bee Movie está disponible para ver en streaming en Netflix y Prime Video.