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Pescados, miel y algunas chelas: Alimentos que no sabías que tienen microplásticos

El plástico nos rodea, más que rodearnos, nos acorrala: nos lavamos los dientes y está en algunas pastas; desayunamos y algunas sales contienen microplásticos; queremos comer un aguachile y el pescado traído de Veracruz trae pequeñísimos pedazos; ¿quieres relajarte con una cerveza alemana? ¡Nada de eso!

Si hiciéramos la cuenta de todos los alimentos y productos de belleza y aseo personal que contienen plástico, ¿adivina qué? Terminaríamos comiéndonos una tarjeta de crédito a cucharadas cada semana.

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Hoy es Día Internacional Contra el Cambio Climático y, una vez más, necesitamos hacernos conscientes de que lo que consumimos -y cómo lo hacemos- tiene un impacto ambiental.

Así que ahí te van algunos datos interesantes:

Primero lo primero. Debemos saber que los microplásticos son partículas diminutas de plástico que miden unos 5 milímetros y pueden derivarse de esas bolitas pequeñitas que están en los geles de baño o que se desprenden de las llantas cuando hacen fricción con el piso (esos son los microplásticos primarios), o de la degradación de bolsas (esos son los secundarios).

Checa: Este hombre no come nada que tenga que comprar y vive de lo que le da la naturaleza… ¡en una ciudad!

Ahora sí. Vamos por lo bueno.

¿De dónde sacamos el dato de la tarjeta de crédito? El año pasado, la organización internacional WWF publicó el análisis Evaluación de ingestión de plástico de la naturaleza a las personas con info muy reveladora.

Una tercera parte del plástico que se utiliza termina en la naturaleza, lo que genera 100 mil millones de toneladas cúbicas” y sí, tooodo eso termina, de una u otra forma, en la naturaleza.

Poco a poco, esos residuos llegan también en nuestro organismo.

La Universidad de Newcastle, en Australia, hizo un análisis de lo que la contaminación plástica significa para la dieta humana y estima que en promedio una persona termina consumiendo 5 gramos semanales. Sí, como si cada domingo masticáramos una tarjeta de crédito y la tragáramos.

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¿Cómo puede ser posible? A través del agua (embotellada y de la llave), pescados que comemos, cerveza, sal y otros alimentos y bebidas.

Es importante señalar que los análisis que mencionaremos en este texto, incluido el de WWF, son apenas el inicio de una mirada más atenta sobre cómo el plástico llega a nuestro organismo y el daño que puede hacernos, pero necesitan hacerse investigaciones más concluyentes.

Pescados plastificados

Una investigación publicada por Green Peace México, en la que colaboraron científicos de la UNAM, la Universidad Autónoma de Baja California Sur y la Universidad Veracruzana, estimó la cantidad de microplásticos en los estómagos de peces que se venden para consumo humano.

El análisis revela que se estudiaron 755 peces de 66 especies. De esos, 20% tenían al menos una pieza de algún “polímero”.

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Los principales plásticos encontrados fueron:

  • Celofán: tiene usos como envoltorio de regalos, alimentos y también usos industriales tales como las cintas autoadhesivas. Fue el tipo de polímero predominante.

  • Etilvinilacetato: se usa como adhesivo, revestimiento, así como en espumas sintéticas.

  • Nailon: comúnmente se transforma en fibras para ropa, alfombras, cuerdas y líneas de pesca.

  • Poliacrilato: usado en textiles, equipos para pesca, pinturas y cauchos sintéticos.

  • Poliestireno: usado como plástico rígido para contenedores de comida, flotadores y boyas de pesca.

Mira: Resolvemos 5 dudas sobre la prohibición de bolsas de plástico en CDMX

  • Poliéster: utilizado en instrumentos eléctricos, así como en algunos tipos de ropa y fibras de cepillos dentales.

  • Polietileno: tiene diversos usos que incluyen la elaboración de botellas, bolsas de supermercado, empaques pequeños de un solo uso y contenedores de uso industrial.

  • Polipropileno: utilizado para elaborar contenedores rígidos, tapas de botellas y ciertos tipos de cuerdas usadas en embarcaciones.

Un estudio de Green Peace revela cuánto plástico hay en el pescado de México. Foto: Unsplash
Un estudio de Green Peace revela cuánto plástico hay en el pescado de México. Foto: Unsplash

Foto: Unsplash

Plástico dulce como la miel

En un análisis de 19 muestras de miel tomadas en Alemania, México, Francia, Italia y España se encontraron partículas distintas al polen.

El estudio publicado por el Centro Nacional de Información de Biotecnología de Estados Unidos, encontró fibras y fragmentos coloreados en todas las muestras investigadas.

“Las fuentes se identifican tentativamente como ambientales”, dice el análisis y explica que las partículas “han sido transportadas por las abejas a la colmena, se han introducido durante el procesamiento de la miel o ambas cosas”.

Sí, las abejitas llevan microplásticos al panal y, sorpresa, se encontraron un promedio de 540 fragmentos por cada kilo de miel.

Se encontraron microplásticos en miel. Foto: Shelby Cohron | Unsplash
Se encontraron microplásticos en miel. Foto: Shelby Cohron | Unsplash

Foto: Shelby Cohron | Unsplash

¿Cerveza para relajarte?

Esto es un poquito más alejado de México pero, como los alimentos con plástico, igual te va a sorprender: en un estudio de 2014 hecho a 24 cervezas alemanas, se encontraron fibras de microplástico ¡en todas!

Años más tarde, en 2018, investigadores estadounidenses publicaron el artículo Contaminación antropogénica del agua de la llave, cerveza y sal de mar, y encontraron que también había algunos fragmentos en las marcas de Estados Unidos de los Grandes Lagos del norte.

En esas chelas hallaron en promedio 4.05 partículas por litro y hubo otras marcas donde había hasta 15.7 partículas por litro. ¿De qué tamaño? de 100 micrómetros… es decir, la milésima parte de un milímetro.

Lo que explica el análisis es que se eligieron, en su mayoría, cervezas tipo pilser pues las que están hechas a base de trigo y las stout tienden a obstruir los filtros.

¿Cuánto podríamos ingerir al año? Si nos bebiéramos una lata de 350 mililitros de cerveza a diario por un año, terminaríamos con 520 partículas de microplásticos en nuestro cuerpo.

También se han hallado microplásticos en cervezas alemanas y estadounidenses. Foto: Kyryll Ushakov | Unsplash
También se han hallado microplásticos en cervezas alemanas y estadounidenses. Foto: Kyryll Ushakov | Unsplash

Foto: Kyryll Ushakov | Unsplash

¿Hay algo que podamos hacer? Sí. Primero hay que ser conscientes de que el 40% de todo el plástico que producimos en el mundo son embalajes, empaques, envases y contenedores y sólo se usan una vez.

Puede que estés pensando, “oye, Animal MX, pero si nos ponemos a reciclar todo cambiará”, mmm… pues en México sólo se recicla 5% del plástico y de ese mínimo porcentaje, 70% se procesa gracias a la economía informal.

Exacto. Hace falta que la industria se comprometa mucho más y asuma la responsabilidad de los desechos que produce.

Si das clic aquí, puedes impulsar la campaña de Oceana, una organización civil internacional centrada en la conservación de los océanos, para presionar al Senado para que la legislación mexicana empuje a las empresas a tomar sus responsabilidades.