¿Pies fríos? Imposible llegar al orgasmo

Ya, ya. Los preliminares, crear un ambiente adecuado, oler ‘a limpio’, saber cómo, cuándo y durante cuánto tiempo debes estimular su clítoris… Lo que quieras, si sus pies están como un témplano de hielo, batacazo

<strong>¡No vayas directo al grano! Prueba a darle un buen masaje en los pies en vez de céntrarte tanto en su vagina y su clítoris.<br></strong>
¡No vayas directo al grano! Prueba a darle un buen masaje en los pies en vez de céntrarte tanto en su vagina y su clítoris.

El orgasmo femenino siempre ha sido una preocupación para el hombre que lo consideran el indicador natural de que el acto sexual ha sido satisfactorio. Pero es menos mucho menos habitual (y visual) que el masculino ya que olo ocurre cuando confluyen al unísonodistintos factores. Sólo el 25 por ciento de las mujeres alcanza el orgasmo durante el acto sexual. Una lástima, pero así es.

Para los despistados que andan preguntándose por qué a veces sí y otras muchas su pareja no consigue llegar al clímax (“¡qué demonios necesitará, si lo he intentado todo”), recopilemos datos.

Primero y principal, si ella no está a gusto olvídate. Quiero decir que además de estar bien contigo y con ella misma (la autopercepción es muy importante para las mujeres, no gustarnos nos delimita bastante), tiene que estar ‘a buenas’ con el resto del mundo o ser capaz de apartar cualquier pensamiento negativo, preocupante o que le estrese. Sino, ya puedes hacer filigranas que será difícil que se inmute.

El bloqueo mental sería según la ciencia uno de los escollos a salvar para que ella llegue al orgasmo. Es decir que si no llega a desactivar su hemisferio cerebral izquierdo, o lo que es lo mismo, no deja que sus pensamientos fluyan libremente, la mujer no llegará al orgasmo.

Vamos que su estado emocional es importante. Tanto como la temperatura corporal, y más concretamente, la de sus pies. Y no hay muchos hombres que en pleno acto sexual se detengan en esta parte de la anatomía femenina. Tirán más al pecho, pezones, culo… Pero resulta, querid@s, que algunas investigaciones aseguran que las áreas del cerebro de los pies y los genitales se encuentran muy próximas y conectadas.

Es más, un curioso experimento realizado por un grupo de científicos de la Universidad de Groningen (Holanda) comprobó que las mujeres que hacían el amor con los calcetines puestos tenían un 30 por ciento más de posibilidades de alcanzar el orgasmo que aquellas que no los utilizaban.

La investigación supone que la calidez que producen los calcetines a los amantes permitiría que el cuerpo se mantenga relajado en el acto sexual.

La excitación y el deseo (de ambos) pueden crecer al presionar y estimular ciertos nervios localizados en los pies, que están conectados con el resto del cuerpo.
La excitación y el deseo (de ambos) pueden crecer al presionar y estimular ciertos nervios localizados en los pies, que están conectados con el resto del cuerpo.

El descubrimiento fue realizado prácticamente por casualidad cuando el doctor Gerst Holstege analizaba la actividad cerebral al momento del orgasmo. Se trataba de examinar con un escáner de emisión de positrones (TEP) los cerebros de 13 mujeres y 11 hombres cuando experimentaban un orgasmo. “No hicieron el amor de la forma habitual, ya que esto resultaba técnicamente imposible. En el escáner sólo hay espacio para una persona”, explica Holstege.

Cada voluntario o voluntaria se colocaba bajo el escáner mientras su pareja le masturbaba. ¿Qué tiene que ver esto con los pies fríos? “En realidad, nada, excepto que, después de dos horas de mentiras bajo el escáner, casi todos los voluntarios se habían descalzado, por lo que, transcurrido un cierto tiempo, se les enfriaban los pies”, aclara Holstege.

Entonces decidieron aprovisionar a los supuesto amantes de calcetines, ya que tener los pies helados en cualquier situación no es algo agradable. “No hay relación entre los calcetines y el sexo, que yo sepa, aparte del hecho de que todo el mundo quiere practicarlo en las circunstancias más agradables, y eso incluye no tener los pies helados”, añade el experto.

Según otro experimento realizado en Gran Bretaña, el 80 por ciento de las parejas que hacían el amor con las medias puestas llegaban (ambos) al orgasmo, mientras que sólo el 50 por ciento de las que lo hacían completamente desnudas lo lograban.

No hay mejor remedio que un buen masaje para olvidarse de los malos rollos.
No hay mejor remedio que un buen masaje para olvidarse de los malos rollos.

¿Solución? Antes de entrar a saco y lánzarte sobre ella quizás deberías sopesar la situación, mirarle a la cara y observar cómo se mueve. Si está tensa y algo le ronda la cabeza, te convendría dedicarle un poco más de tiempo a vuestro próxim encuentro sexual y empezar por dándole una friegas, es decir, unas carantoñas por aquí, unas caricias por alla, unos besitos en el cuello y, lo más importante, un masaje relajante en los pies para que vaya entrando en calor y no esté tan tensa.

Y es que en nuestros pies confluyen miles de terminaciones nerviosas. Prueba a acariciarlos con ayuda de un aceite esencial para que las manos pueden deslizarse suavemente recorriendo todas las zonas: empeine, talones, tobillos y por supuesto la planta, donde se esconden algunas de esas terminaciones conectadas directamente no sólo con los órganos genitales sino también con el cerebro, que será el que reciba esas sensaciones tan estimulantes.

Para que no falles: tras unas caricias iniciales, puedes realizar masajes circulares con los dedos o con la lengua. Juega con cada dedo, estirándolos, haciendo pequeños círculos e introduciendo los de tus manos entre los huecos, ¡o la boca! En Japón, hace cientos de años, las geishas podían conseguir el orgasmo masculino con sólo chupar el dedo gordo del pie, ¿te atreves?

Ten en cuenta que la línea que forma la base de los dedos es uno de los puntos más sensibles del pie, pasa tu índice por ella y verás su reacción.

Los más puestos aseguran que el punto erógeno por excelencia de la planta del pie se puede encontrar doblando los dedos hacia abajo, observando la línea que se forma en la base y presionando, a continuación, con la palma de tus manos los laterales para marcar otra segunda línea vertical. El punto de intersección entre ambas líneas resultará irresistiblemente estimulante si se presiona con suavidad. El talón y los tobillos son otras de las zonas erógenas más excitantes para las mujeres.

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