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Por qué DiCaprio debería ganar un Oscar por ‘The Revenant’ sin verla

La premisa de este post suena extraña y, hay que reconocerlo, poco ortodoxa. Cómo es posible argumentar que un actor debería ganar un Oscar por una película que ni siquiera hemos visto aún. Vamos a intentar argumentarlo y después, al final de este texto, que cada uno decida si estamos en lo cierto o no.

(Foto: © 2015 - Twentieth Century Fox)

Primero y más importante de todo, Leonardo DiCaprio hace años que debería tener un Oscar en alguna estantería o baño de su casa. Nominado ha estado en solo, y decimos solo, cuatro ocasiones como actor. Por What’s Eating Gilbert Grape, The Aviator, Blood Diamond y The Walf of Wall Street. El resto de sus interpretaciones pasaron desapercibidas para una Academia de Hollywood empeñada en ignorarle.

No se acordaron de él por actuaciones tan ‘nominables’ como las de Gangs of New York, The Departed, y Shutter Island. Pero, claro, la dirección de todas ellas corrió a cargo de Martin Scorsese y sabido es que la relación entre la Academia y Scorsese no es precisamente fluida. De Django Unchained y The Great Gatsby mejor ni hablar.

Segundo, y entramos ahora en materia más allá de los números. Estos días DiCaprio anda por ahí hablando de The Revenant, de Alejandro González Iñárritu, que tendrá un estreno limitado el día de Navidad en Estados Unidos, y ha avisado al respetable de que “algunas de las escenas que he tenido que rodar, como el ataque del oso, están entre las cosas más difíciles que he hecho en mi vida”.

Para esta película ha hecho cosas como sumergirse en ríos helados, dormir en pieles de animales muertos y comer carne de búfalo. Básicamente lo que ha hecho es pasarlo mal en el rodaje y eso se observará en la pantalla. En el tráiler se le ve en algunas escenas que le han puesto al límite, demacrado y con un aspecto descuidado (no es para menos tratándose la película de la historia de un colonizador de principios del siglo XX al que los suyos abandonan tras el ataque de un oso).

A tenor de las imágenes y de las declaraciones, está claro que DiCaprio lo ha pasado muy mal rodando The Revenant y eso suele gustar mucho a quienes votan en los Oscar. Cuanto más sufrimiento, más posibilidades. Si eso se acompaña con una pérdida extrema de peso la cosa está (casi) hecha.

(Foto: © 2015 - Twentieth Century Fox)

Tercero y último (por ahora). México vive un idilio con la Academia, que últimamente mira mucho y con muy buenos ojos a los directores mexicanos. En 2014 Gravity, de Alfonso Cuarón, consiguió siete estatuillas y que Sandra Bullock, que había sido galardonada con la estatuilla cuatro años antes, fuese nominada por segunda vez en toda su carrera. Un año después, en la pasada gala, Birdman, de Alejandro González Iñárritu, ganó cuatro Oscar, entre los que estaban Guión, Película y Director. Si el romance sigue adelante, Iñárritu podría conseguir con una sola colaboración lo que Scorsese no ha logrado con cinco. La sexta está por venir.