Yahoo Estilo Por qué ese cigarro te sienta mucho peor a ti que a tu novio
El tabaquismo tiene efectos nocivos diferentes en la salud masculina y femenina. Las enfermedades de reproducción, cardiovasculares, cáncer de pulmón y osteoporosis son frecuentes entre las mujeres fumadoras
La sociedad sigue siendo muy permisiva con este hábito, y los fumadores se buscan la vueltas para seguir haciéndolo a pesar de ser conocedores de los riesgos que entraña y de las restricciones cada vez mayores que se van implementando poco a poco.
Las consecuencias más conocidas tienen que ver con la salud respiratoria, puesto que se ha visto que el cáncer de pulmón está aumentando más en la mujer, mientras que está disminuyendo en el hombre.
En Estados Unidos, ya es la primera causa de muerte por cáncer entre las mujeres, mientras que en España se calcula que lo será para el 2022. Este cáncer se está diagnosticando cada vez a edades más jóvenes en mujeres, aunque con mejor pronóstico, según el informe The Health Consequences
of Smoking-50 Years of Progress. A Report of the Surgeon General, de 2014.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es otra de las temidas consecuencias del tabaquismo: se manifiesta con una mayor gravedad en las mujeres que han tenido un mismo nivel de exposición que los hombres al tabaquismo. Estas pacientes presentan mayor sintomatología (síntomas respiratorios, ansiedad y depresión) y precisan una mayor utilización de broncodilatadores de acción rápida por padecer una mayor obstrucción.
Pero el tabaquismo no solo daña la salud respiratoria, sino también la salud reproductiva, que se encuentra afectada en mayor medida en la mujer, ya que puede provocar mayor riesgo de infertilidad y patología obstétrica; a la salud ósea, puesto que la osteoporosis y la fractura de cadera por pérdida ósea es más frecuente entre las mujeres fumadoras respecto a las no fumadoras; y también puede conducir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, en particular debido al uso de anticonceptivos orales, y provocar isquemia y hemorragia cerebral con mayor frecuencia entre las mujeres fumadoras.
Todos estos datos se extraen de un estudio llevado a cabo a 6.354 individuos en la Unidad Especializada en Tabaquismo de la Comunidad de Madrid. Dicho estudio revela que la motivación para fumar es distinta entre hombres y mujeres; mientras que ellas fuman más por una recompensa positiva (52,29 por ciento ), los hombres lo hacen más por una recompensa negativa (48,44 por ciento) que por una positiva (47,71 por ciento).
También evidencia que “las fumadoras se plantean dejar de fumar más frecuentemente que el hombre y a edades más tempranas y tienen menor dependencia física por la nicotina que los fumadores. Sin embargo, fracasan más que los varones en su intento de abandonar el tabaco” , explica el Dr. Jiménez- Ruiz.
El grado de dependencia del tabaco de estos pacientes se ha evaluado mediante el Test de Fagerström, lo que ha permitido constatar que las mujeres tienen un menor grado de dependencia por la nicotina. En las mujeres de 40 o más años de edad, con 6 o más puntos en este test, se ha visto que la utilización de los parches de nicotina no es demasiado eficaz.
En este sentido, el estudio confirma que los tratamientos para dejar de fumar son más eficaces en los hombres que entre las mujeres.
“El tabaquismo tiene unas características diferenciales entre hombres y mujeres, así como diferencias epidemiológicas , en cuanto a las enfermedades asociadas a esta adicción, algunas de las cuales como la EPOC, las enfermedades cardiovasculares, ciertas patologías obstétricas y la osteoporosis afectan en mayor medida a las mujeres, y también en cuanto a la eficacia de los tratamientos de cesación tabáquica , que son más eficaces en los hombres que en las mujeres”, confirma el Dr. Carlos A. Jiménez Ruiz, neumólogo y presidente electo de SEPAR.
Otras conclusiones del trabajo fueron:
El 63 por ciento de los hombres deja de fumar con éxito gracias a las terapias sustitutivas frente al 59 por ciento de las mujeres
Las mujeres fracasan en el 40,6 por ciento de los c.asos al intentar abandonar el tabaco y los hombres en el 36,6 por ciento de los casos, por lo que el fracaso es más frecuente entre las féminas que entre los varones.
Las mujeres fuman por recompensa positiva y los hombres por recompensa negativa.
Las fumadoras se plantean dejar de fumar más frecuentemente que el hombre y a edades más tempranas y tienen menor dependencia física por la nicotina que los fumadores.
Se observa un aumento de la prevalencia del cáncer de pulmón en las mujeres. Se calcula que en 2022 será la primera causa de muerte por cáncer entre las mujeres españolas.
Diferencias epidemiológicas
En cuanto a la edad de inicio del tabaquismo es prácticamente la misma en ambos géneros: 14,6 años entre los chicos y 14,5 años entre las chicas, según la misma Encuesta ESTUDES. A edades más jóvenes, la prevalencia en hombres es del 25,3 por ciento y en mujeres, del 22,4 por ciento. En la mayor parte de grupos de edad los hombres fuman más que las mujeres, salvo en las edades de inicio en que ocurre lo contrario.
La cosa cambia a medida que van cumpliendo años. Así, de los 14 a los 18 años, se observa que las adolescentes fuman más que los adolescentes (9,1 por ciento en chicas, frente al 8,7 por ciento en chicos) Y, al llegar a los 18 años, ocurre lo mismo, pues fuma el 20,2 por ciento de las mujeres y el 18,1 por ciento de los hombres.
“Hemos comprobado que las mujeres jóvenes fuman con mayor frecuencia que los hombres jóvenes. Además, se inician de forma más precoz al consumo de tabaco”, puntualiza el Dr. Jiménez-Ruiz.
¿Fumas? ¿Cuándo y por qué empezaste? ¿Has intentado dejarlo?
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