¿Por qué tienes tanto apetito? Estas 4 causas te sorprenderán

Detrás de esas ganas de comer y comer como si no hubiese un mañana, se esconden varias cuestiones que nada tienen que ver con el apetito en sí. Es que, muchas veces, un hambre voraz se desencadena por otros asuntos, como la necesidad de incorporar más proteínas en la dieta o la falta de sueño.

Foto: frantic00/iStock
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Podrías estar más hambriento que de costumbre porque…

Bebes alcohol muy seguido

Cada vez que bebes esa cerveza helada que tanto te gusta le estarías enviando señales al cerebro que aumentan el apetito, incluso si estás lleno, según un estudio realizado en ratones que fue publicado en 2017 en el journal Nature.

Los investigadores les inyectaron alcohol a los ratones, provocando actividad en neuronas cerebrales que conducen a la ingesta de alimentos, llamadas péptidos relacionados con el agutí, o AgRP. Como resultado, los ratones tendían a comer en exceso, explicó Denis Burdakov, investigador principal del estudio.

Pero cuando bloquearon a propósito las células AgRP, los animales ya no comían más después de ser inyectados con alcohol. Eso significa que existe una gran posibilidad de que el alcohol provoque el aumento de la actividad en esas regiones del cerebro.

A propósito, el experto aclara que si bien el estudio no fue realizado en humanos es posible que esté en juego el mismo mecanismo, ya que nosotros también tenemos neuronas AgRP.

"Tal vez la comida hace que sea más fácil para el cuerpo procesar el alcohol", aclaró Burdakov.

Estás deshidratado

Así es, a veces piensas que tienes hambre, cuando en realidad tu cuerpo solo te está pidiendo líquidos.

Según la dietista Alissa Rumsey, la confusión ocurre en el hipotálamo, la parte del cerebro que regula tanto el apetito como la sed. "Cuando comienza la deshidratación, los cables se cruzan en el hipotálamo, lo que te lleva a agarrar una bolsa de patatas fritas cuando realmente necesitas una botella de agua", aclaró la experta en la revista Health.

Para evitarlo, sugirió beber suficiente agua durante el día. "Si tienes hambre y no has bebido mucho líquido, intenta beber un vaso de agua y esperar de 15 a 20 minutos para ver si el hambre disminuye", aconsejó.

Necesitas dormir más

Dormir poco y mal no solo te haría estar fastidioso durante el día, sino que podría darte mucho más apetito de lo normal.

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"Dormir muy poco puede llevar a niveles crecientes de grelina, una hormona que estimula el apetito, así como a niveles reducidos de leptina, una hormona que causa sensación de plenitud", explicó. Rumsey.

Después de dormir mal, es probable que tengas fatiga y falta de claridad mental. Entonces, tu sistema, desesperado por una inyección de energía, provoca ansias de carbohidratos con azúcar, incluso si no tienes hambre.

Le faltan proteínas a tu dieta

Tras comer un plato de salmón con vegetales te sientes súper lleno, ¿verdad? Esto mismo, no sucede cuando ingieres un sándwich, ¿cierto?

Resulta que las proteínas magras y las grasas saludables mantienen a raya el hambre. "No solo las proteínas permanecen en el estómago y te hacen sentir satisfecho, sino que también se ha demostrado que tienen un efecto supresor del apetito", aclaró Rumsey y recomendó consumir al menos 46 gramos (1,62 onzas) de proteínas al día si eres mujer y 56 gramos (1,96 onzas) si eres hombre.

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¿Qué puedes ingerir? Yogur griego, huevos, carne magra y granos enteros.

Si tienes dudas y antes de hacer cambios en tu dieta y estilo de vida, consulta con un especialista de la salud.