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El gran premio de la cocina: el fuerte reto de Carina Zampini a una participante

La conductora tuvo que pedirle silencio a una de las participantes porque no dejaba hablar al jurado.

La octava temporada de El gran premio de la cocina viene picante. Los y las participantes de la competencia están muy altaneros y se enfrentan al jurado cada vez que pueden.

Es que el premio de los 400 mil pesos y las expectativas por llegar a la gran final, hacen que tanto el equipo rojo como el equipo verde discutan y defiendan cada uno de sus platos. Además, a eso hay que sumarle que todos son ex participantes y que vienen por la revancha.

Desde que comenzó la competencia los cocineros agregan comentarios, se enojan y debaten las devoluciones de Christian Petersen, Felicitas Pizarro y Mauricio Asta. Y si bien el jurado un poco se divierte con las respuestas, muchas veces deben pedir silencio, porque tanta justificación invisibiliza su opinión.

El plato de milanesas de calabaza que desató el momento incómodo cuando su autora desacreditó lo que decía Pizarro.

En este caso, en el momento en el que la presidenta del triunvirato del sabor estaba por realizar su dictamen sobre el plato de Ana, integrante del equipo rojo, ella no paraba de hablar y eso generó una fuerte incomodidad.

El menú eran milanesas de calabaza con guarnición, y si bien ella decía que las cocinaba desde siempre, cuando Pizarro le aconsejó que las pase un rato antes por el horno para que se ablanden y luego las haga fritas, ella aceptó.

Ana, la participante del equipo rojo, con vergüenza luego de que la conductora le pidiera silencio.

Pero en el momento de la devolución, Ana negó no saber cómo hacerlas y sostuvo que ella las hacía sin pasarlas por el horno "porque me lo enseñaron con mucho tiempo", indicó. "Pero tuviste 45 minutos para prepararlas", le respondió tajante la jurado.

Todo ese diálogo se dio de forma caótica porque Ana no dejaba de hablar, así que al instante la conductora Carina Zampini, visiblemente cansada de la situación, sentenció: "Está buenísimo que defiendan sus platos, que respondan al jurado, que se sientan cómodos, pero la verdad es que a veces es preferible escuchar al jurado y callar".