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Premios Globo de Oro 2021: Anya Taylor-Joy se transformó en una de las grandes protagonistas de la noche

Anya Taylor-Joy en una escena de la exitosa serie Gambito de dama
Netflix

Con un peinado que evocaba a Veronica Lake, una de las grandes divas de la edad de oro de Hollywood, y una sonrisa gigante y fresca, Anya Taylor-Joy se transformó en una de las grandes ganadoras de la 78ª entrega de los premios Globo de Oro. La joven protagonista de Gambito de dama se impuso en una de las categorías más peleadas: la de mejor actriz de televisión en drama, un rubro en el que tenía como contrincantes nada menos que a Nicole Kidman (The Undoing), Cate Blanchett (Mrs. America), Shira Haas (Poco ortodoxa) y Daisy Edgar-Jones (Normal People).

En su discurso, la actriz que nació en los Estados Unidos pero fue criada en la Argentina, le agradeció a los creadores de la serie que se convirtió en la más vista de Netflix, pero también a Kidman, con quien acaba de filmar The Northman, una prometedora película de terror. “Gracias a todos. Y a vos, Nicole, con quien pasé mucho tiempo durante esta cuarentena. Gracias a la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood por el premio. Gracias a Netflix y también a nuestro increíble elenco y equipo”, comenzó diciendo, visiblemente emocionada.

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Y continuó: “Tengo que agradecer a mis amigos y, por supuesto, a Scott Frank por haberme dejado ser parte del proyecto y por darme este hermoso personaje. Es increíble que todos hayan visto esta serie. ¡Yo la haría una y otra vez! Aprendí mucho haciéndola y estoy muy agradecida. Gracias al público por haberla visto y por haber recibido tan bien a este personaje”.

La actriz de 24 años consiguió así igualar a Angelina Jolie en el hito de haberse convertido en la más joven en conseguir este galardón. En Gambito de dama, Taylor-Joy interpreta a Beth Harmon, quien luego de haber quedado huérfana transita su niñez y preadolescencia en un hogar en el que barbitúricos forman parte del menú diario y donde los niños y adolescentes viven sin ningún tipo de contención. En ese contexto adverso y con el trauma de la muerte de su madre a cuestas, Beth encuentra sus momentos de consuelo en sus partidas de ajedrez con el señor Shaibel (Bill Camp), el conserje del lugar, quien se convierte en el primer maestro del juego que obsesiona a la pequeña en sus noches de desvelo, y le da un propósito en su vida adulta.

En una reciente entrevista concedida a LA NACION, Taylor-Joy explicó qué fue lo que la llevó a aceptar la propuesta: ”Lo que me pasó al leer el guion fue que sentí que podía entender lo que hacía, su proceder, y me gustaba la posibilidad de contar su historia, desde mi lugar, apropiadamente. Lo pensé de este modo: la manera en la que ella se vincula con el ajedrez es la misma con la que yo me relaciono con el arte, con la actuación. Sentimos las cosas del mismo modo. Las dos le ponemos mucha pasión a lo que hacemos, y somos tenaces y resolutivas”.

Además de su fuerte historia, el personaje supuso para ella un gran desafío: el de transmitir desde lo gestual, más allá de las palabras. “Tuve mucha suerte en mi carrera, porque nunca estudié actuación, pero pude trabajar con grandes directores que me brindaron muchos consejos que siempre recuerdo, y uno de ellos tenía que ver con confiar en que mi cuerpo podía hacer lo correcto en determinadas escenas. Comunicarse a través de lo gestual es fascinante también, y en este caso fundamental al tratarse del mundo del ajedrez. La gente me pregunta cómo hice para que el juego sea interesante de ver, y mi respuesta es siempre la misma: porque para quienes lo están jugando es interesante, entonces lo experimentan con entusiasmo, con emoción, con frustración, con todo el espectro de emociones. Una vez que entrás en esa lógica, podés transmitirlo”, explicó. El resultado, al parecer, no solo convenció al público sino también a los miembros de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood.