La princesa Amalia, heredera al trono de Países Bajos, vive encerrada en casa tras sufrir amenazas

Los reyes de Países Bajos en una imagen de archivo credit:Bang Showbiz
Los reyes de Países Bajos en una imagen de archivo credit:Bang Showbiz

La princesa Amalia de Países Bajos, primogénita de los reyes Guillermo y Máxima, lleva varias semanas recluida en la residencia real ante el temor de que salir a la calle pueda desembocar en un atentado contra su vida. Ha sido el propio monarca el que ha dado a conocer públicamente el momento tan preocupante que vive su hija mayor, quien no ha dejado de recibir amenazas que procederían de ciertos sectores del crimen organizado del país.

Los reyes se encuentran estos días en Suecia de viaje oficial. En unas breves declaraciones a los medios, tanto Guillermo como Máxima han hablado con franqueza sobre el miedo que les invade en relación con la seguridad de su hija, quien cursa sus estudios universitarios en Ámsterdam. La reina consorte, por otro lado, ha querido elogiar a Amalia por la fortaleza con la que está sobrellevando estas terribles circunstancias. "Estamos muy orgullosos", ha indicado.

El pasado mes de septiembre, coincidiendo con el inicio del curso académico, la casa real tuvo que solicitar el refuerzo de las medidas de protección en el día a día de la princesa, de 18 años. No obstante, finalmente se decidió que Amalia abandonaría el inmueble que ocupaba en la capital neerlandesa para regresar con sus padres al palacio Huis ten Bosch, ubicado a las afueras de La Haya y dotado de mejores condiciones para garantizar su integridad física. Las labores de protección corresponden ahora al servicio secreto de Países Bajos.

El diario De Telegraaf asegura que el acoso y la intimidación que vive la princesa proviene de un grupo muy concreto de la mafia holandesa, el que dirigía el mediático Ridouan Taghi. A este conocido traficante de drogas se le imputan al menos diez asesinatos vinculados a sus oscuros negocios y hace dos años fue encarcelado en una prisión de máxima seguridad, a la espera de que se iniciara el juicio. La fiscalía solicitó una pena de cadena perpetua para él y, después de que el juez ordenara su aislamiento total, cortando sus comunicaciones telefónicas con su familia, comenzaron las amenazas contra la princesa.