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Proyectos increíbles de mujeres indígenas que vale la pena conocer

Desde hace 37 años, cada 5 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena para reconocer a todas esas mujeres indígenas que luchan por la supervivencia de su cultura.

No solo hoy, sino todos los días vale la pena conocer y reconocerlas. Por eso te compartimos el trabajo de nueve mujeres indígenas fuertes, creativas e inteligentes.

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Amelia Chan Díaz

“Todos nosotros, los que estamos en el lecho del río Colorado, usamos casi la misma vestimenta y la usamos como adorno para nuestras danzas”.

Es artesana del pueblo Cucapá, una de las poquísimas que aún resguardan el patrimonio cultural de las comunidades de los márgenes del río Colorado, al norte de México.

Gracias a las enseñanzas de su mamá, Amelia confecciona los pectorales de chaquira que visten los miembros de su comunidad en las danzas tradicionales y su trabajo ha tomado tanta relevancia que ha sido expuesto en ferias nacionales y recibe pedidos para exposiciones y ventas internacionales.

El tiempo que le toma hacer un pectoral puede ir de dos semanas hasta dos meses y se hace con chaquira de vidrio, que compra en Ciudad de México; pero antes de la llegada de los españoles, en su comunidad los hacían con huesos de pescado y conchas y vestían faldas de corteza de sauce.

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Además de pectorales, Amelia también hace aretes, collares, pulseras, medallones para hombre, entre otras artesanías.

Del pueblo Cucapá quedan pocas comunidades repartidas en Baja California y Sonora, en México; y Arizona, Estados Unidos, y el idioma cucapá se considera en vías de extinción, pues en el último registro (de 2010) solo existían 145 hablantes.

Encuéntrala en Facebook como @amelia.c.diaz.3

Amelia Chan Díaz, de la tribu cucapá. Día Internacional de la Mujer Indígena.
Amelia Chan Díaz, de la tribu cucapá. Día Internacional de la Mujer Indígena.

Foto: Cortesía Amelia Chan

Jessica Marjane

Es activista, abogada y asesora jurídica que trabaja por las infancias y juventudes trans.

Jessica creció acompañada de su abuela, una mujer otomí fuerte que la educó en el amor y felicidad.

Durante su proceso de transición, Jessica comenzó a ver que no todas las personas de la comunidad LGBTI+, especialmente las personas trans, son arropadas y apoyadas por sus familias. Más tarde, en su formación como abogada, se fue haciendo más consciente de la discriminación e injusticia de las que son víctimas.

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Por eso fundó la organización Red de Juventudes Trans, un proyecto transfeminista que tiene como brújula principal “lo afectivo como política radical y transformadora”.

La encuentras en Twitter como @jessicamarjane.

Marcelina Bautista

“Vamos a empezar a cambiar esas percepciones de que no podemos llegar más allá, esas actitudes condescendientes. Ahora no hay límites”.

A los 14 años Marcelina viajó de su natal Nochixtlán, Oaxaca, a la Ciudad de México para ganarse la vida como trabajadora del hogar.

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Sin hablar español, solo mixteco, y con una enorme determinación de salir adelante, Marcelina aprendió el idioma y se involucró en proyectos religiosos que finalmente la llevaron por el camino de los derechos humanos.

En el 2000 fundó la asociación civil Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH) y posteriormente el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (Sinactraho).

La encuentras en Twitter como @MarceBautistaB.

Las mujeres detrás del Hotel Taselotzin

“Taselotzin viene de taselotl, que significa retoño. El hotel para nosotras es como un retoñito o una plantita a la que hay que cuidar.”

Juana María Nicolasa Chepe y Rufina Edith Villa Hernández pertenecen a Masehual Siuamej Mosen Yolchicuauani, “mujeres indígenas que se apoyan”, en náhuatl.

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Desde 1985, esta organización agrupa a más de 100 mujeres indígenas nahuas de Cuetzalan, Puebla, para trabajar en conjunto, sostenerse y tener un ingreso independiente al de los hombres.

Diez años después decidieron emprender el proyecto del Hotel Taselotzin, un lugar ecológico 100% administrado por ellas, ideal para descansar, comer rico, entrar al temascal y comprar artesanías elaboradas por las familias de seis comunidades en Cuetzalan.

Las encuentras en Facebook como @hoteltaselotzin.

María Leydi

“Las culturas indígenas estamos bajo la amenaza de desaparecer en muchas partes del mundo y eso duele mucho”.

María Leydi es una tiktokera de 20 años de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, fiel defensora y orgullosa de sus raíces Quechua y Aymara.

Decidió crear su cuenta en TikTok para sobrellevar la cuarentena y crear videos divertidos, pero nunca esperó recibir críticas por ser indígena, su apariencia física y grabar en el campo.

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Su cuenta, actualmente con más de 80 mil seguidores, está llena de videos con increíbles -y merecidas- respuestas a comentarios ofensivos. El objetivo de María es seguir usando esta red para visibilizar y defender el trabajo de los y las indígenas.

María Leydi dice que seguirá subiendo videos hasta que las personas aprendan a apoyar a los pueblos originarios en vez de criticarlos.

Síguela en TikTok, está como @marialeydi21.

@marialeydi21

Responder a @fernando_lopez1234 no es la primera vez que leo comentarios así

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♬ sonido original – marialeydi21

Anabela Carlón Flores

Es una abogada y activista indígena de la tribu Yaqui en México. Su pueblo, Loma de Bácum, al sur de Sonora, está en resistencia por la construcción de un gasoducto. De concretarse, la obra pasaría por sus tierras.

Anabela ha estado en el corazón de esta lucha: creando conciencia, organizando la respuesta de la comunidad y, como abogada capacitada, encabezando el caso legal, según cuenta New Internationalist.

De la mano de la organización InsightShare, Anabela aprendió a hacer videos para reflejar lo que sucede en su comunidad y compartirlo con otras. ¡Es un trabajo colaborativo!

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Checa este video que hizo con La Marabunta Filmadora, una colectiva encabezada por mujeres Yaqui y Comcaac, quienes también organizan entrenamientos de video para seis comunidades indígenas que nunca han tenido acceso a este recurso:

Youalli Pérez Montero

Tiene 19 años, nació en la Ciudad de México, pero desde muy pequeña vive en Tlaxcala, lugar de origen de su padre, quien le ha inculcado la cultura tlaxcalteca.

Desde los 4 años descubrió su gusto por el canto y sus primeras participaciones cantando fueron en el Carnaval de Tlaxcala.

Desde 2015 forma parte del proyecto IPB+ Youalli, el cual mezcla la música electrónica con lenguas indígenas, de ahí el concepto de etnotrónica. Ella canta en idioma náwatl, mientras que su papá se encarga de crear los arreglos musicales.

Youalli también participa en la composición de las letras que ella define como una poesía de la vida.

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El objetivo de su proyecto es acercar a los más jóvenes al idioma náwatl utilizando ritmos de la música electrónica, así como despertar la curiosidad por aprender, aunque sea un poco del vocabulario de esta lengua indígena.

Checa su trabajo:

Lorena Ramírez

Esta joven corredora rarámuri tiene 25 años, nació en Guachochi, Chihuahua, y es reconocida por sus victorias en diferentes ultramaratones de 100 kilómetros, cosa que le ha permitido competir a nivel internacional con sus vestidos cosidos a mano y unas sandalias que han recorrido más de 500 kilómetros.

En 2019, Netflix estrenó el documental Lorena, la de pies ligeros, donde la atleta dice que no le gustaría vivir en ningún otro país porque extrañaría su hogar.

“Me gusta mi tierra y todo lo que la rodea”, explica en el documental. “Seguiré corriendo mientras pueda y mientras tenga la fuerza”.

Además, dice que ella seguirá corriendo con sus sandalias y nunca usaría tenis porque “se sienten mal” y “la gente que sí usa tenis siempre va detrás de mí”.

¿No has visto el documental? ¡Ya es hora! Va el tráiler:

Marahí López

En la ciudad de México, exactamente en la calle de Dr. Atl 176, en la colonia Santa María la Ribera, hay un pedacito de Oaxaca llamado Comixcal, un restaurante fundado por la chef Marahí López, originaria del municipio Juchitán de Zaragoza.

Comixcal busca mostrar la cocina tradicional desde la visión de aquellas personas (abuelas, madres, tías, cocineras y cocineros) que han transmitido conocimiento a través de la alimentación”, dice Marahí a Animal MX.

“También es importante tener en cuenta la cadena de consumo local, como una herramienta de empoderamiento de la cocina tradicional y de las mujeres que trabajan en ella: proveedoras, productoras que garantizan la calidad y autenticidad de lo que ofrecemos en Comixcal; no sería comida tradicional oaxaqueña sin los ingredientes, las recetas y el valor humano que rodea cada uno de los platillos y bebidas que servimos”, explica Mara.

Animal Gourmet te cuenta: Comixcal, un restaurante que fue centro de acopio por los sismos en septiembre 2017

Si quieres saber más de Comixcal puedes seguir la página oficial del restaurante en Facebook y en su cuenta de Twitter @comixcal.