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¿Puede la comida (sana) librarte del cáncer?

Cuidando la dieta no eliminas la posibilidad de sufrir cáncer, pero sí que la reduces. Un oncólogo experto en nutrición nos dice qué comer para prevenir el cáncer colorrectal, el de mama y el gástrico

Seguir unos hábitos de vida saludables reduce hasta en un 51 por ciento las posibilidades de sufrir cáncer gástrico. (Foto: Getty)
Seguir unos hábitos de vida saludables reduce hasta en un 51 por ciento las posibilidades de sufrir cáncer gástrico. (Foto: Getty)

El cáncer es una enfermedad multicausal y muchos de estos factores están relacionados con el estilo de vida (seguir una dieta correcta, no sufrir obesidad, no consumir alcohol ni tabaco y hacer ejercicio físico semanalmente), cuestiones modificables que pueden condicionar o no su desarrollo.

En este sentido, el doctor Carlos Albert González, investigador emérito de la Unidad de Nutrición y Cáncer del Instituto Catalán de Oncología, señala que seguir unos hábitos de vida saludables: “Reduce en un 37 por ciento las posibilidades de sufrir cáncer colorrectal, en un 27 por ciento el de mama y en un 51 por ciento el cáncer gástrico”.

Se recomienda tomar menos de 500 g a la semana de carne roja –no más de 70 g al día o 2-3 raciones semanales– y tomar carnes procesadas sólo ocasionalmente. (Foto: Getty)
Se recomienda tomar menos de 500 g a la semana de carne roja –no más de 70 g al día o 2-3 raciones semanales– y tomar carnes procesadas sólo ocasionalmente. (Foto: Getty)

Hay alimentos que han mostrado una influencia más directa en la prevención o en el desarrollo de diferentes tipos de cánceres:

  • El consumo en exceso de carnes procesadas es un cancerígeno reconocido para los tumores de colon y recto y se perfila como un cancerígeno en los casos de cáncer de estómago y de páncreas.

  • En el caso de las carnes rojas existe, desde hace un tiempo, bastante acuerdo entre la comunidad científica sobre su influencia en el desarrollo de cáncer colorrectal, pero, actualmente, se ha sabido que aumenta también el riesgo de cáncer de páncreas, de esófago y de pulmón.

Por otro lado, en cuanto a los tumores más vulnerables al tipo de alimentación son el colorrectal que es, a su vez, uno de los que más incidencia presenta; el cáncer gástrico que, a pesar de que tiene una incidencia menor, suele tener peor pronóstico; los de esófago; y los de mama.

En esta última tipología, que tiene una incidencia muy alta, podemos observar que la nutrición es importante, pudiendo reducir en torno a un 15 por ciento de los casos”, advierte el profesional.

Otro de los aspectos que resalta el doctor González es que a pesar de que España ha sido siempre un referente para la dieta mediterránea, “desde hace años se ha ido abandonando este hábito y el registro de casos ha ido aumentando consecuentemente”.

Las frutas y las verduras tienen una función “protectora” contra el cáncer. (Foto: Getty)
Las frutas y las verduras tienen una función “protectora” contra el cáncer. (Foto: Getty)

Asimismo, el investigador señala que también existen grupos de alimentos que reducen el riesgo de sufrir enfermedades oncológicas.

  • En el caso de las hortalizas, está demostrado que disminuyen los tumores colorrectales, los de faringe-laringe, el de hígado y el de pulmón.

  • Las frutas son beneficiosas para la prevención de los casos de colorrectal, faringe laringe y mama.

  • Y recientemente se ha conocido que las fibras y cereales integrales reducen el riesgo de los casos de mama.

No obstante, el doctor González, hace hincapié en que no existe ni dietas, ni alimentos milagrosos que puedan curar el cáncer, “pero sí es cierto que seguir una dieta saludable y evitar el aumento de peso, puede evitar una recurrencia o mejorar su pronóstico”.

Recuerda: Una dieta correcta, no sufrir obesidad, no consumir alcohol ni tabaco y hacer ejercicio físico podría prevenir también hasta en un 37 por ciento las posibilidades de sufrir cáncer colorrectal y en un 27 por ciento el de mama.

Además, el excesivo consumo de carne roja no solo podría influir en el desarrollo de cáncer colorrectal, sino que también aumenta el riesgo del de páncreas, esófago y pulmón.

El cáncer de tiroides, un tumor sobrediagnosticado
Este tipo de cáncer tiene a su vez varias clasificaciones: carcinoma papilar, folicular, medular y
anaplásico. Según los profesionales, el papilar está sobrediagnosticado. En torno a un 98 por ciento de los microcarcinomas papilares son poco activos, apenas son agresivos, no van presentar complicaciones y no se van producir metástasis.

El sobrediagnóstico de este tipo de cáncer puede repercutir de manera negativa en el paciente, no por la agresividad del tumor, sino por la ansiedad e incertidumbre que puede acarrear el propio término y las connotaciones de esta enfermedad.

Este sobrediagnóstico afecta en gran mediad a la incidencia del cáncer de tiroides en nuestro país. “Estudios realizados en Navarra, Galicia y Murcia aseguran que la incidencia ha ido creciendo en los últimos años y actualmente es en torno a 14 mujeres y 6 varones por 100.000 personas al año”, comenta.

En cuanto al tipo de tratamiento, difiere del de otros cánceres, tanto es así, que no se emplea quimioterapia. El procedimiento más habitual es la extracción de la glándula tiroidea y, posteriormente el tratamiento con yodo raioactivo. “Si la operación es exitosa, la comorbilidad es prácticamente nula. En algunas ocasiones pueden tocarse los nervios de las cuerdas vocales, pero es muy extraño en manos de un cirujano con experiencia”, concluye el doctor Galofré.

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