¿Qué codiciado metal impulsa con más fuerza tu corazón?
Cables eléctricos, monedas, tuberías… son objetos que se relacionan de forma inmediata con el cobre. Sin embargo, este mineral posee unas propiedades únicas que hacen de su ingesta diaria un gran aliado contra las enfermedades cardiovasculares
El cobre es un micronutriente necesario para la óptima salud del corazón. Diversos estudios demuestran que una deficiencia de cobre puede causar trastornos del músculo cardíaco y conducir a un bombeo ineficiente del corazón, alteración de la circulación sanguínea y niveles elevados de colesterol.
Por ejemplo, según varios estudios realizados en la Universidad de Arizona y los centros de investigación nutricional del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, un déficit de cobre en nuestra dieta puede provocar un aumento de los niveles de colesterol “malo” (LDL) en sangre, mientras que una dieta variada, con alimentos ricos en cobre, nos ayudará a regular los valores de
colesterol. Un nivel alto de colesterol está asociado a la enfermedades coronarias.
El cobre está presente en alimentos como el chocolate, el marisco, las legumbres, las nueces o
el vino blanco
Por otro lado, las dietas bajas en cobre también tienen efectos negativos sobre el sistema cardiovascular. El cobre mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos, lo que ayuda a mantener un nivel adecuado de presión sanguínea. Si la estructura elástica se debilita, la aorta y las demás arterias no pueden funcionar correctamente.
Una dieta rica en cobre también contribuye a prevenir la arterioesclerosis y la hipertensión. Asimismo, el cobre contribuye a mejorar el tono y la elasticidad del músculo cardiaco. Este mineral es
necesario para la producción de colágeno y elastina, dos moléculas proteicas indispensables para su correcto funcionamiento: el colágeno, que actúa como agente cohesionador de las células que forman las paredes del corazón, y la elastina, que es la que aporta elasticidad a las fibras musculares del corazón.
Es por ello que el Instituto Europeo del Cobre participa en la campaña “Comparte tu poder” con la que la Federación Mundial del Corazón celebra el Día Mundial del Corazón.
En dicha campaña se anima a ciudadanos y organizaciones a contar de qué manera previenen estas enfermedades- y así “compartan su poder con los demás”-. El Instituto Europeo del Cobre colabora explicando cómo una dieta sana y equilibrada que contenga los valores dietéticos recomendados (VDR) para el cobre, desempeña un papel fundamental para un correcto funcionamiento del sistema cardiovascular.
¿Y cuál es la ingesta diaria de cobre recomendada?
Los médicos y los nutricionistas comparten que el cobre es fundamental para gozar de buena salud.
Muchos de los alimentos que forman parte de una dieta sana y equilibrada -como frutas, verduras,
legumbres, cereales, mariscos, carnes, pescados y frutos secos- contienen cobre. Incluso también lo
podemos encontrar en alguno de esos “caprichos” que, en pequeñas dosis, nos permitimos de vez en
cuando, como el chocolate negro o el vino blanco.
Aquí tienes los 10 alimentos ricos más en cobre:
Pescado.
Verduras.
Frutos secos.
Víceras y carne roja.
Chocolate negro.
Frutas.
Marisco.
Legumbres.
Cereales.
Vino
Este mineral tiene un papel protagonista en el aporte de energía, así como en la formación de pigmentos de la piel y el cabello. Sin embargo, en caso de que el cobre se acumule en los tejidos, puede provocar un efecto contrario de agotamiento.
Para que esto no ocurra debes consumir la cantidad adecuada, que según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), varía en función de la edad: desde el miligramo aconsejado para los niños, pasando por los 1,3 miligramos de una mujer adulta, a los 1,5 miligramos de los hombres adultos y las mujeres embarazadas.
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