Qué pasa exactamente en nuestro cuerpo cuando nos atraviesa un rayo

Un tercio de las personas que son alcanzadas por un rayo no sobrevive al impacto debido al alto voltaje y 3 de cada 4 tiene secuelas. Ser alcanzado por un rayo puede provocar quemaduras, rotura del tímpano, daño ocular, paro cardíaco y paro respiratorio. (Foto: Getty)
Un tercio de las personas que son alcanzadas por un rayo no sobrevive al impacto debido al alto voltaje y 3 de cada 4 tiene secuelas. Ser alcanzado por un rayo puede provocar quemaduras, rotura del tímpano, daño ocular, paro cardíaco y paro respiratorio. (Foto: Getty)

Hace unos días un hombre de 40 años estuvo a punto de morir al atravesarle un rayo el cuerpo de arriba abajo mientras trataba de refugiarse bajo el árbol de una tormenta. Un error habitual que puede resultar fatal si no se recibe atención médica inmediata.

En España mueren cada año entre 10 y 15 víctimas por el efecto de los rayos. Curiosamente, los hombres tienen cinco veces más probabilidades que las mujeres de que les caiga un rayo, según afirma el Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), junto con los niños y adultos jóvenes entre 15 y 34 años, especialmente los que trabajan o realizan actividades al aire libre.

Se estima que el 10 por ciento de las personas a las que les cae un rayo mueren, en su mayoría debido a un ataque cardiaco. Sin embargo, cuando se recibe asistencia médica a tiempo, el 90 por ciento de los alcanzados por un rayo sobrevive, aunque es común que experimenten cambios y daños en su cuerpo y en su mente más o menos graves.

El efecto de las descargas eléctricas de los rayos sobre el cuerpo humano se conoce como 'ceraunopatía', y la 'Ceraunomedicina' es el estudio médico (tanto en sus aspectos físicos, como en los efectos psicológicos) de las víctimas alcanzadas por un rayo durante una tormenta eléctrica, es decir, que padecen una ceraunopatía.

Solo con conocer las magnitudes físicas que se alcanzan en un rayo, podemos deducir el daño que puede hacer:

  • Puede alcanzar hasta 29.000 grados centígrados de temperatura, unas cinco veces la superficie del sol (5.ooo grados Celsiuus).

  • La intensidad de la corriente eléctrica es variable, pero puede llegar hasta 200.000 amperes.

  • Produce un violento, repentino y enorme movimiento expansivo del aire al calentarlo tanto súbitamente, lo que ocasiona el trueno característico.

  • El diámetro de la chispa eléctrica es de entre 3 a 5 centímetros.

El mayor riesgo que tenemos si somos alcanzados por un rayo es sufrir una parada cardiovascular. En este caso, solo una reanimación cardiaca y respiratoria inmediata puede salvar a la víctima.

Las heridas más graves ocurren en el sistema circulatorio, los pulmones y el sistema nervioso central, pero los rayos también afectan a otros sistemas del cuerpo y pueden causar una serie de afecciones neurológicas y daño cerebral.

Además, una persona puede caer en coma, experimentar dolor y entumecimiento o debilidad en las extremidades, sufrir lesiones en la médula espinal o desarrollar trastornos del sueño y de la memoria. Y esto no es todo. Un rayo también puede causar daños en el oído y pérdida de audición, o causar vértigo, daño corneal y hasta ceguera.

Todo esto ocurre porque cuando un rayo nos alcanza pasa a través del cuerpo una gran cantidad de energía de manera muy rápida y repentina. Es mucho voltaje; una quemadura eléctrica en su forma más simple.

Al atravesar el cuerpo el rayo causa una herida de entrada y salida, como un disparo. En su recorrido viaja por el sistema nervioso, a través del tejido, dañando todo a su paso y pudiendo provocar heridas y quemaduras internas, daños de órganos y del sistema nervioso.

Dependiendo de la intensidad del rayo y de lo rápido que se pueda acceder a los servicios médicos, puede resultar fatal o causar daños y perjuicios permanentes. La mera fuerza de ser rozado o golpeado por un rayo puede hacer que la ropa y los zapatos salgan despedidos, chamuscados o destrozados. Este tipo de trauma también puede causar hemorragia interna y, a veces, puede resultar en fracturas de huesos.

Otras lesiones causadas por los rayos incluyen traumatismo cerrado, síndromes neurológicos que generalmente son transitorios, y problemas cardíacos. Por ejemplo, puede causar arritmias cardíacas, Además es habitual que se produzcan lesiones musculares, oculares (cataratas inducidas por rayos) y cutáneas, según apuntan los CDC.

Además de la corriente eléctrica, la temperatura extremadamente alta del rayo es lo que causa quemaduras y hasta cicatrices que marcan a la víctima. Este tipo de lesiones tatuadas en la piel se conocen como 'figuras de Lichtenberg' (descargas eléctricas ramificadas o patrones radiales arborescentes). Parecen tatuajes naturales de forma ramificada (aquí puedes ver algunas imágenes) y son el resultado de la ruptura de los vasos capilares, que ocurre cuando la corriente del rayo viaja a través del cuerpo. Apenas duran unas horas o unos días.

Sin embargo, algunas personas que han sido atravesadas por un rayo se quedan con problemas médicos de por vida que pueden ser debilitantes, incluido el dolor crónico y problemas de memoria y cognitivos.

Los rayos pueden causar lesiones de diversas maneras:

  • Descarga eléctrica directa, que frecuentemente es mortal.

  • Lesiones por contacto: Cuando el rayo hace descarga sobre un objeto, como por ejemplo, un automóvil o un poste de metal, que la víctima está tocando.

  • Descarga lateral: Cuando el rayo rebota de un objeto, como un árbol o una persona.

  • Corrientes en el suelo: Si el rayo cae en el suelo cerca de una persona, la corriente se traslada del lugar de impacto a la víctima por medio del suelo.

  • Serpentina: Cuando el aire está cargado de electricidad durante una tormenta eléctrica, las serpentinas o estallidos de energía pueden saltar hacia arriba desde los objetos que se encuentran cerca del suelo. A veces estos estallidos se desplazan hacia arriba a través de las personas y lesionan a sus víctimas.

  • Lesiones por estallidos: El efecto del estallido de los rayos, o sea, los truenos, pueden causar lesiones primarias, como la ruptura de los tímpanos, o lesiones terciarias, como traumatismos cerrados cuando la víctima cae o es arrojada

Cómo podemos protegernos

La respuesta adecuada a los rayos y las tormentas es buscar refugio rápidamente. Dentro de casa se aconseja alejarse de puertas, ventanas, equipos eléctricos, lavabos y grifos.

Si la tormenta te pilla en la calle, nunca debes buscar refugio debajo de un árbol o saliente rocoso. Cuanto más alto y frondoso sea más posibilidades tenemos de que nos alcancen los rayos porque todo lo que tiene por arriba lo tiene por abajo con las raíces, y el árbol es un medio muy rápido y con muy poca resistencia para el desplazamiento de un rayo. Así que si te cobijas abajo estás en el área de influencia de las raíces y te llegará toda la descarga eléctrica. Por eso, si nos sorprende una tormenta eléctrica y no podemos refugiarnos, lo ideal es ponerse de cuclillas o incluso apoyarnos en un solo pie.

Además, es importante no hablar por el móvil ni manipular cables u objetos que conduzcan la electricidad y es aconsejable que sigas moviéndose hasta que encuentres un refugio seguro como un edificio o un coche.

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