Qué podemos aprender del 'percance' de salud de Melanie

No es un retoque estético, sino un rebrote del cáncer de nariz que padeció hace años. Los expertos nos dicen cómo evitar el efecto ‘rellamada’, la reaparición de un tumor maligno tras un periodo (más o menos largo) de ausencia de enfermedad

Esta imagen de una irreconocible Melanie Griffith hizo saltar todas las alarmas. Muchos pensaban que la cirugía estética era la responsable de su rostro hinchado y esos protuberantes labios, pero esa ‘mancha’ en la nariz señala a otro culpable. (Foto: Getty)
Esta imagen de una irreconocible Melanie Griffith hizo saltar todas las alarmas. Muchos pensaban que la cirugía estética era la responsable de su rostro hinchado y esos protuberantes labios, pero esa ‘mancha’ en la nariz señala a otro culpable. (Foto: Getty)

Tras el revuelo que se había formado en los últimos meses por el ‘sospechoso’ aspecto que presentaba el rostro de la oscarizada actriz, que parecía indicar que se había sometido a un nuevo retoque estético, ella misma ha zanjado los rumores aclararando que, en realidad, se ha sometido a una intervención quirúrgica para eliminar un carcinoma de células basales en su nariz.

La cosa viene de lejos. En en 2009 su representante confirmaba a Associated Press que se había sometido a una cirugía para eliminar las primeras etapas del cáncer de piel de su rostro. Y lo que le ha pasado ahora es que ha sufrido lo que se conoce como ‘recidiva‘, repetición de una enfermedad poco después de terminada la convalecencia.

<span class="foto-texto">Así apareció Melanie Griffith en el célebre Baile de la Ópera de Viena, celebrado el pasado miércoles, en calidad de “invitada” de Richard Lugner, de 85 años. (Foto: Getty)<br></span>
Así apareció Melanie Griffith en el célebre Baile de la Ópera de Viena, celebrado el pasado miércoles, en calidad de “invitada” de Richard Lugner, de 85 años. (Foto: Getty)

Según los expertos, el cáncer de piel está considerado el cáncer más frecuente que existe en la población de raza blanca. En concreto, las personas con piel muy clara, pelirrojas y con poca tolerancia al sol tienen más posibilidades de sufrir este tipo de tumores.

El pronóstico del cáncer de piel es por lo general muy bueno; la mayor parte de los pacientes se curan, con la excepción de los casos de melanoma, un tipo de tumor de piel con mucho peor pronóstico, ya que produce metástasis con mucha frecuencia.

Nueve de cada diez casos de melanoma de desarrollo esporádico se deben a la exposición solar y tan solo el 10 por ciento a factores genéticos; la mayor parte se podrían evitar simplemente con medidas de prevención.

La cara oscura del sol
La radiación solar que contiene los invisibles rayos UV es la causante del daño sobre la superficie cutánea expuesta, el cual, debido a la exposición prolongada y al paso del tiempo, es capaz de generar diferentes tumores en la piel.

Entre ellos el carcinoma de la epidermis es el tumor más frecuente del ser humano, con una mayor presencia en personas de piel clara. Los dos tipos más frecuentes de tumores de la piel son el carcinoma baso celular (el que sufre la exmujer de nuestro Antonio Banderas) y el carcinoma escamoso.

El primero es, con gran diferencia, el más abundante y se caracteriza por su aparición en los lugares de insolación, como la cara, y la enorme rareza de diseminarse a distancia. Por su parte el carcinoma escamoso es más agresivo, con una tendencia mayor a invadir en profundidad y a producir metástasis, primero en los ganglios regionales y, después, en órganos a distancia.

A pesar de su menor incidencia, el melanoma maligno que nace de las células pigmentarias de la piel es el más agresivo de todos, especialmente cuando se diagnostica en fases avanzadas.

Uno de los mayores especialistas en el tema, el prestigioso Dr. José Ramón Germà LLuch, director científico en el Instituto Catalán de Oncología, se remonta en el tiempo para explicarnos el origen de esta enfermedad y nos cuenta que después de 80 años de sucesivos viajes hasta 160.000 convictos fueron llevados a las tierras de Australia y Tasmania. Eran presos de tez y ojos claros, obligados a vivir en las lejanas posesiones australianas, cambiando así el cielo gris de Gran Bretaña por las soleadas tierras de las antípodas. “Basta solo con comparar el color de piel de los descendientes de aquellos reos y el tono oscuro de los maoríes para comprender por qué Australia es el país con la incidencia de melanoma más alta del planeta“, añade el experto.

Uno de los casos más preocupantes es del actor australiano Hugh Jackman, de 47 años, que ha confirmado a través de su cuenta de Instagram que ha sido operado, por sexta vez, de cáncer de piel. Otro carcinoma basocelular descubierto en una revisión rutinaria.

Pero a pesar la agresividad solar incrementada por el cambio climático es posible disfrutar con seguridad del clima soleado siguiendo un par de normas básicas:

  1. Proteger nuestra piel y, sobre todo, la de los menores con atuendos adecuados.

  2. Realizar exposiciones moderadas y usar protectores solares con la frecuencia e intensidad necesarias.

Además, los expertos insisten en recordarnos que las familias tienen un rol muy activo en la prevención de la insolación excesiva.

La doctora Ana Mañas, jefe de Servicio de Oncología Radioterápica en el Hospital Universitario La Paz y ex presidenta de laSociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), resalta que “todos nos tenemos que proteger la piel, pero más los pacientes que hayan sido tratados con radioterapia o los que hayan tenido un cáncer de piel. Ellos han de tener especial cuidado con la exposición solar e intensificar las medidas de protección”.

Por eso, desde la SEOR se recomienda que durante el primer año desde que termina el tratamiento, no se tome el sol en la zona tratada y se proteja la piel con cremas solares de alta protección. Además no debemos olvidarnos de la autoexploración, y es necesario acudir a la consulta dermatológica, en donde se realizarán controles fotográficos y dermatoscopia manual o digital.

Otro de los motivos que justifican el uso la protección solar es evitar lo que los profesionales llaman el efecto ‘rellamada’. “Hay que evitar que la piel que fue irradiada se irrite por el contacto con el sol ya que el efecto es similar a si estuviera siendo irradiada de nuevo”, explica la doctora Mañas.

Melanie Griffith, posando orgullosa con un cartel de la película en Viena (c) Instagram. (<span class="asset-item-link"><span class="asset-item-author">BangShowbiz</span></span>)
Melanie Griffith, posando orgullosa con un cartel de la película en Viena (c) Instagram. (BangShowbiz)

La SEOR recomienda varios aspectos esenciales para prevenir estos tumores:

  • Ante cualquier lesión sospechosa, acudir al médico lo antes posible. Realizarse revisiones periódicas de la piel ayuda al diagnóstico precoz, lo que permite curar hasta el 95 por ciento de los cánceres de piel, cuando no son melanomas.

  • Evitar la exposición en las horas centrales del día.

  • Usar gorras, sombreros y gafas, que protegen de los rayos UVA y UVB.

  • Para saber elegir un fotoprotector adecuado, éste tiene que ser de amplio espectro, que proteja de los rayos UVA, UVB e infrarrojos.

  • Proteger especialmente a los niños y nunca exponer a menores de tres años.

  • Después de esa edad, vestirles siempre con camiseta, pantalones y gorra. El poliéster deja pasar menos los rayos que el algodón.

  • Tener en cuenta la altitud. La Dra. Mañas recuerda que “cada 100 metros que se sube, la radiación solar aumenta entre un 10-15 por ciento. El reflejo en la hierba aumenta un 5 por ciento la radiación, el agua un 30 por ciento, la arena un 10 por ciento y la nieve un 85 por ciento”.

  • Evitar los centros de bronceado en cabinas.

  • Hay que valorar situaciones especiales, como el caso de las mujeres embarazadas, los alérgicos al sol o aquellos con enfermedades cutáneas previas y antecedentes personales de tratamientos oncológicos.

Y por último, ten en cuenta que hay muchos factores que modifican la intensidad de las radiaciones solares, como la latitud (cuanto más cerca estemos de los trópicos, más cortos son los rayos del sol y más radiación recibimos); la altitud (en las montañas, los rayos atraviesan menos atmósfera y recibimos más radiación); y la hora del día (entre las 12:00 y las 16:00, los rayos son más perpendiculares y afectan más, aunque esté nublado).

Opciones de tratamiento: cirugía y radioterapia

La mayoría se resuelven con una sencilla intervención quirúrgica, sobre todo el carcinoma basocelular. Sin embargo, algunas veces pueden conllevar problemas y llegar a producir recidivas o incluso metástasis ganglionares.

La principal forma que tenemos de prevenir el cáncer de piel es reduciendo la exposición solar y acudiendo de forma periódica al dermatólogo para hacer diagnóstico precoz de la enfermedad.

Todos los tipos de cáncer de piel, salvo el melanoma, se pueden abordar quirúrgicamente y/o con radioterapia como tratamientos únicos; la radioterapia puede ser externa o braquiterapia.

Son muchos los pacientes que se tratan con cirugía pero, según la Dra. Mañas, “una gran cantidad de personas eligen previamente tratarse con radioterapia porque deja menos secuelas físicas y resulta menos invasiva. En ocasiones la cirugía también es insuficiente y precisa tratamiento posterior con radioterapia. En las zonas donde es más frecuente su presentación como en la cara, las manos o el cuero cabelludo, la cirugía puede dejar cicatrices, con resultados menos estéticos”.

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