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¿Qué relación hay entre la comida y el cáncer de mama?

Nuevas investigaciones señalan la importancia de la dieta y de comer lo justo para prevenir el tumor más frecuente entre las mujeres españolas

La calidad de la dieta afecta a tu salud, pero no basta con comer sano, comer más de lo que necesitas duplica el riesgo de cáncer de mama. (Foto: Getty)
La calidad de la dieta afecta a tu salud, pero no basta con comer sano, comer más de lo que necesitas duplica el riesgo de cáncer de mama. (Foto: Getty)

El cáncer de mama, con 32.825 casos nuevos en 2018, es el tumor más frecuente en mujeres españolas, y constituye el 29 por ciento de los casos de cáncer en mujeres, por lo que se considera un problema importante de salud pública.

Aunque existe clara evidencia de que la obesidad y la ganancia de peso son importantes factores de riesgo de cáncer de mama (sobre todo en mujeres postmenopáusicas), pero las pruebas respecto a la restricción calórica son menos concluyentes.

Ahora un estudio español sugiere -tras analizar los datos de casi un millar de mujeres con cáncer de mama atendidas en 23 hospitales españoles- que comer poco puede incrementar nuestra esperanza de vida, prolongando nuestra longevidad, o al menos a ayudarnos a cuidar de nuestra salud.

Para que la restricción calórica moderada actúe como factor protectos frente al cáncer debe llevarse a cabo durante la etapa fértil de la mujer. (Foto: Getty/Istock)
Para que la restricción calórica moderada actúe como factor protector frente al cáncer debe llevarse a cabo durante la etapa fértil de la mujer. (Foto: Getty/Istock)

El trabajo, liderado por las doctoras Marina Pollán y Virginia Lope, investigadoras del Centro Nacional de Epidemiología y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), demuestra que una ingesta calórica excesiva podría aumentar el riesgo de cáncer de mama, mientras que la restricción calórica podría ejercer un efecto preventivo.

La investigación, publicada en la revista Scientific Reports’ del Grupo Nature, recoge el testigo de estudios experimentales previos que mostraron que la limitación de la ganancia de peso por restricción calórica ejerce un efecto preventivo sobre el cáncer de la glándula mamaria.

Para demostrarlo reclutaron a 973 mujeres recién diagnosticadas de cáncer de mama y otras 973 sanas de entre 18 y 70 años. Las participantes respondieron un cuestionario de frecuencia alimentaria, a partir del cual se estimó la ingesta media diaria de energía (Kcals/día) durante los 5 años previos a la entrevista, y un cuestionario epidemiológico con información sobre estilos de vida y otra información relevante para el estudio.

El objetivo de esta investigación, llevada a cabo en 23 hospitales de nueve Comunidades Autónomas, fue evaluar la asociación entre el riesgo de cáncer de mama y el consumo deficitario o excesivo de calorías en función del índice de masa corporal, la actividad física y la tasa metabólica basal de cada mujer participante.

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Menos calorías

Los resultados mostraron que las mujeres con un consumo calórico por debajo de lo esperado, de acuerdo a sus necesidades energéticas individuales, presentaron un menor riesgo de desarrollar un cáncer de mama, siendo este efecto mayor en mujeres premenopáusicas.

Por el contrario, las mujeres cuyo consumo calórico excedía el 40 por ciento de los valores esperados presentaron casi el doble de riesgo que aquellas participantes con una ingesta energética dentro de los niveles adecuados. Este último efecto fue especialmente pronunciado en mujeres postmenopáusicas y en mujeres con una baja adherencia al patrón de dieta mediterránea.

Además, el estudio ofrece datos sobre el riesgo de cáncer de mama vinculado a la dieta en cada subtipo de tumor.

“Los resultados revelan que, por cada 20 por ciento de aumento de la ingesta calórica relativa (ingesta observada versus ingesta esperada), el riesgo de desarrollar un tumor de mama con receptores hormonales positivos o un tumor HER2+ se incrementa en un 13 por ciento, siendo esta cifra de un 7 por ciento en tumores triple negativos”, señala el doctor Miguel Martín, presidente del Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama.

Este es el primer estudio epidemiológico que explora la asociación entre el riesgo de cáncer de mama y el efecto del consumo excesivo o deficitario de calorías de acuerdo con los requerimientos energéticos individuales de cada mujer. Los autores concluyen que una restricción calórica moderada, en combinación con la realización de ejercicio físico de forma regular, podría ser una buena estrategia para la prevención del cáncer de mama.

“Este es el primer estudio de este tipo y queremos realizar más trabajos en este sentido. Y con esta misma metodología también publicamos hace unos meses otro trabajo que relacionaba la ingesta calórica excesiva con la densidad mamográfica, que es otro marcador de riesgo del cáncer de mama. Encontramos esta misma relación, lo que nos induce a pensar que estos resultados hay que trasladarlos a la población: comer de más es un factor de riesgo importante del cáncer de mama”, concluye la doctora Pollán.

¿Aplicas la teoría de que siempre es mejor quedarse siempre con un poco de hambre o sueles comer hasta que te llenas?

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