Que sus músculos no te engañen, saben actuar

Nadie lo duda a estas alturas de actores como Brad Pitt, Will Smith, Hugh Jackman y Russel Crowe, por ejemplo. Son guapos, están cachas (cuando el papel lo requiere se machacan en el gimnasio aún más si cabe) y, además de todo eso, son grandes actores. Han dado sobradas muestras de ello y, pese a ser carne de taquilla y blockbusters en muchas ocasiones, su talento siempre acaba imponiéndose. Tienen sus pinchazos, como todos, pero eso no cuestiona su capacidad dramática.

(Foto: © 2013 - Universal Pictures)

No es así en otros casos de actores más jóvenes o de nuevo cuño que han irrumpido en los últimos años en el panorama internacional. Su imponente físico ha ido por delante de su talento. Al público, por decirlo así, le han entrado por los ojos. Pero debajo de todas esas capas de músculos bien definidos se encuentran buenos actores en potencia que lo han demostrado cuando el guión les ha dado una oportunidad.

Dos buenos ejemplos serían Chris Hemsworth y Zac Efron, tan en boca de todos ahora por En el corazón del mar y Dirty Grandpa. Antes de que nadie se vuelva loco y empiece a cuestionar la afirmación, dos casos por cada uno de ellos. El primero, el australiano que ya no parece Thor porque se ha quedado casi en los huesos para su último papel a las órdenes de Ron Howard, estaba mucho más que solvente en Rush. Por eso no es de extrañar que el director de Una mente maravillosa haya vuelto a contar con él para su aventura marítima.

Quizá Hemsworth haya encontrado en Howard a un aliado que sepa sacar lo mejor de él como actor. Otro ejemplo de su capacidad que, por desgracia, quedó oculto al público, fue la escena del baño eliminada y luego filtrada de Thor en la última de Los Vengadores. En esos pocos minutos había más actuación que en todas las anteriores de la saga Marvel en las que dio vida al dios nórdico.

Le ha llegado el turno a Efron. Sí, la comedia se le da bien. Cuanto más gamberra, mejor. Y el drama romántico también es lo suyo. Sin embargo, cuando más ha brillado ha sido en El chico del periódico. En esa y en otra mucho menos conocida como fue Amor y letras, una romántica bastante olvidable dirigida por Josh Radnor en la que lo más memorable era Efron haciendo de ‘colgao’ existencial que va en pantalón corto y lleva gorro de punto.

(Foto: © 2014 - Home Box Office)

A Tom Hardy le han dado más oportunidades. No ha sido precisamente en Mad Max, donde apenas hablaba, sino en títulos como Locke. En este singular experimento era el único actor en cuadro. Otros entraban por teléfono, pero durante casi hora y media la película es él conduciendo e intentando resolver sus problemas vía telefónica. Con su mujer, con su jefe, con su rollo de una noche, con sus hijos… Henry Cavill aún espera ese papel jugoso, pero hay que reconocerle que como el Hombre de Acero era mucho más que una pose y superpoderes. Cierto es que (casi) cualquiera saldría ganando si se le compara con Brandon Routh, pero hay que reconocerle el mérito a Cavill. Su Clark Kent torturado, en plena crisis de personalidad y existencialista era de los mejores que se han visto en la pantalla.

(Foto: AXN)

Y ahora el turno para dos cachas, sin pasarse, pero que tienen talento para dar y tomar. De Matt Bomer ya lo sospechábamos, pero en The Normal Heart no solo estaba inmenso y cautivador. Su interpretación como enfermo de VIH era, simplemente, desgarradora. Tanto como para que le diesen un Globo de Oro. Acabamos este post con el más polémico de todos. Muchos, sobre todo quienes hayan visto Cincuenta sombras de Grey, no estarán de acuerdo con la inclusión de Jame Dornan. Pero, ¿han visto The Fall? La serie en la que interpreta a Paul Spector, un padre de familia asesino en serie y fetichista en la que Gillian Anderson se deja la piel para darle caza. No solo interpreta muy bien su papel, sino que, además, resulta todo lo inquietante, y más, que requiere el personaje.