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Quedarse bloqueado o en blanco: así es el fenómeno 'punta de la lengua'

Todos hemos experimentado alguna vez este desconcertante fenómeno que nos impide recuperar una palabra o un nombre que conocemos bien. Descubre por qué te pasa y el mejor método para evitarlo

(Foto: Squaredpixels/Getty Images)
La Letológica o incapacidad de recordar la palabra correcta es un concepto atribuido popularmente al psicólogo Carl Jung y fue descrito por primera vez en un diccionario médico en 1915. (Foto: Squaredpixels/Getty Images)

¿Te has cruzado con alguien por la calle y has evitado saludarle porque no recordabas su nombre? ¿Te quedas sin palabras cuando estás explicando algo? ¿Sabes quién es ese actor pero no recuerdas el nombre de la película que le hizo famoso? ¿Cuando ves Pasapalabra no te sale la respuesta aunque la sabes?

Como si lo viera, lo tienes en la punta de la lengua pero por mucho que te esfuerzas tu cerebro no es capaz de recordarlo ni de procesar la orden para que tu boca pronuncie esa maldita palabra en voz alta. Ya, ya sé que da mucha rabia. Pero no te preocupes, no es raro ni tampoco grave, lo que te ocurre es que sufres bloqueos en la recuperación de recuerdos.

Es completamente normal. De hecho, ocurre con tanta frecuencia (al 90 por ciento de los parlantes), que según explica el lingüista Chiu Luu en JSTOR Daily‘, hay un término específico para este curioso fenómeno léxico: Letológica‘, derivado del griego (lethe, olvido, y logos, lenguaje).

(Foto: Getty)
Las palabras olvidadas se corresponden casi siempre con nuestro vocabulario pasivo, es decir, aquel que no usamos demasiado a menudo. (Foto: Getty)

Los psicólogos definen este fenómeno ‘de la punta de la lengua’ (PDL) como un sentimiento que acompaña a la incapacidad temporal para recuperar información de la memoria. Puede ser frustrante cuando lo experimentas, pero una de las ventajas de la ‘Letológica’ es que ha permitido a los investigadores analizar diferentes aspectos de la memoria.

El lenguaje es un proceso increíblemente complejo. La mayoría de las veces se lleva a cabo de una forma tan natural que apenas reparamos en ello. Pensamos en algo, el cerebro asigna palabras para representar esas ideas abstractas y pronunciamos lo que tenemos en mente. Pero como este proceso es muy complejo, hay muchas cosas puede salir mal, incluidos los momentos PDL.

“Por un lado, podemos hablar de una parte a nivel de conocimiento (semántico). Sabemos que conocemos la palabra, tenemos la certeza. Y por otra parte, a nivel lingüístico (fonológico). Lo que se produce es una activación fonológica incompleta en presencia de una activación semántica total”, explica David Facal Mayo, profesor del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Santiago de Compostela (España) a ‘BBC mundo‘.

“La recuperación léxica se compone de capas a las que accedemos en secuencia, de modo que al formar nuestros pensamientos, elegimos la semántica correcta y codificamos la sintaxis de lo que queremos decir antes incluso de que comencemos a decirlo. La capa final consiste en articular el sonido de la palabra, pero con el fenómeno de la ‘punta de la lengua’ esa codificación se rompe, normalmente cuando no se suele utilizar o no se ha accedido recientemente”, añade Luu.

Por tanto, las palabras que almacenamos pero no utilizamos son más difíciles de recordar a corto plazo porque aún no hemos creado los enlaces necesarios que hacen que nuestra mente las recuerde de forma más rápida

Esto… ¿cómo empezaba?

En 1966 se realizó el primer estudio empírico sobre el tema y se observó que las personas podían recordar muchas cosas acerca de la palabra que tenían en la punta de la lengua y también que la podían reconocer en cuanto se les presentaba. Además, los investigadores descubrieron el efecto de la ‘hermana fea’, que consiste en la recuperación repetida de palabra equivocada o diferente en el proceso de búsqueda de la palabra correcta en nuestra memoria.

Las ‘hermanas feas’ se parecen mucho a la palabra olvidada porque tienen una similitud superficial, y se utilizan con mayor frecuencia que la palabra que ha quedado bloqueada.

La falta de accesibilidad a la palabra y la sensación de inminencia respecto a su recuperación son dos de las características clave que definen el fenómeno de la PDL.

(Foto: amphotora/Getty Images/iStockphoto)
Estos lapsus de memoria suceden porque el ser humano cuenta con un vocabulario muy amplio y recordar todas las palabras a veces es una ardua misión para nuestro cerebro, que organiza la información de forma selectiva, y decide qué se recuerda y qué se olvida. (Foto: amphotora/Getty Images/iStockphoto)

Cuando sucede, sentimos que la información está ahí, pero fuera de nuestro alcance. Sabes que conoces la información, pero parece estar temporalmente bloqueada detrás de algún tipo de muro mental. De repente algo activa la recuperación de la memoria o alguien nos ofrece la información que faltaba para completar el puzzle, y entonces se hace palpable el alivio de esos sentimientos de frustración.

¿Pero por qué sucede?

El fenómeno PDL tiene más probabilidades de ocurrir cuando estamos cansados, tal y como explica a ‘Mental Floss‘ la experta en psicolingüística y profesora de la McMaster University de Ontario (Canadá), Karim Humphreys; aunque pueden influir otras características de la memoria, como la forma en que se codificó la información o la presencia de cualquier otro factor ‘distorsionador’.

Es decir, como nuestra mente funciona de manera asociativa y se construye en base a modelos de información interconectada, la posibilidad de recordar una palabra dependerá de esos patrones o asociaciones con otras partes importantes de información. En tanto no se hayan formado los enlaces necesarios entre las palabras y otras informaciones importantes que hacen que sean fácilmente recuperable para nuestra memoria, más nos costará recordarla.

Por otro lado, una explicación metacognitiva del fenómeno sugiere que los momentos PDL sirven como una especie de alarma para alertarnos sobre un problema potencial que deba ser abordado.

De acuerdo a esta teoría, los PDL no son en sí mismos un problema sino una ventaja porque te indican que algo sucede con tu ‘sistema de recuperación’ y te permiten corregir el problema. Si experimentas PDLs repetidamente antes de un examen o una presentación importante, entonces sabrás que podrías necesitar estudiar más la información para consolidarla mejor en tu memoria.

Sin embargo, otros investigadores han descubierto que luchar para tratar de recordar la información puede ser problemático. Si bien puede ser tentador esforzarse para encontrar la respuesta, los psicólogos Karin Humphreys y Amy Beth Warriner demostraron con este experimento que cuanto más tiempo pases tratando de recordar una palabra bloqueada en la punta de tu lengua, más probabilidades tendrás de volver a olvidar esa misma palabra en el futuro.

“Es como si estuvieras haciendo girar tus llantas en la nieve”, explicó Humphreys en una entrevista a ScienCentral News. “En realidad lo que consigues es cavar en lo más profundo”.

3 cosas interesantes que los investigadores descubrieron sobre la Letológica:

  • El fenómeno de la punta de la lengua es universal. Las encuestas sugieren que alrededor del 90 por ciento de los parlantes de diferentes idiomas de todo el mundo reportan momentos en los que los recuerdos parecen momentáneamente inaccesibles. “Esto es universal y >le pasa a todos los hablantes de diferentes lenguas. No discrimina ni por edad ni por sexo”, afirma al Confidencial Lise Adams, profesora de Ciencias Lingüísticas y Cognitivas del Pomona College, California (Estados Unidos).

  • Estas lagunas son muy comunes y la frecuencia aumenta con la edad. Las personas jóvenes suelen tener momentos de punta de la lengua una vez por semana, mientras que a los adultos mayores puede ocurrirles una vez al día.

  • Cuando nos ocurre solemos recordar partes parciales de información. Por ejemplo, la letra con la que comienza la palabra que estamos buscando o el número de sílabas que contiene.

¿Cómo prevenirlo?

Leer y escribir (mucho) te ayudará a no tener que pasar por esta desconcertante situación tan a menudo porque son actividades que mantienen activo el cerebro y porque la repetición constante que se produce al realizarlas ‘enriquece’ tu vocabulario.

Aficionarte a juegos de estrategia como el ajedrez o realizar alguna actividad artística o que no implique un trabajo mecánico y/o rutinario también te ayudará a mejorar tu capacidad lingüística.

Incluso puedes imitar a los mejores atletas de memoria en el mundo que para mejorar su memoria se imaginan lugares conocidos y los llenan de objetos imaginarios que relacionan con lo que quieren recordar. Con este método, conocido como ‘el palacio de la memoria’, puedes lograr que los recuerdos se fijen al aprovechar algo en lo que los humanos somos buenos por naturaleza: el aprendizaje y la navegación visual. Aquí tienes otras de sus técnicas: recitar largas secuencias de unos y ceros, memorizar mazos de cartas, asociar lista de nombres con sus rostros.

¿Por qué no lo intentas? Prueba a aprender una palabra nueva y asociarla con un lugar o situaciones, personas o experiencias que conozcas muy bien,visualiza símbolos o imágenes que tengan importancia para ti, ¡se te quedará grabada para siempre!

Si esta técnica te parece demasiado complicadas, prueba con este truco infantil para acordarte de todo, y ten en cuenta que puedes incluir muchos ingredientes y alimentos cerebroactivos en tu dieta para reforzar tu memoria como el café, los frutos rojos o el curry.

¿Tienes muchos momentos PDL? ¿Cómo consigues acordarte de las palabras olvidadas?

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