Quejarse tiene sus beneficios y te los contamos

Foto:fizkes/istock
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Quejarse, podríamos decir, es parte de la esencia de todo ser humano. Nos quejamos por las medidas gubernamentales, por el tráfico en hora pico o por características que no nos agradan de nuestra pareja. Sin embargo, y aunque quejarse goza de mala prensa, podría tener su lado beneficioso.

De acuerdo con Robin Kowalski, profesora de psicología en la Universidad de Clemson, EE.UU., la clave para sacarle máximo provecho al hecho de quejarse, es saber hacerlo bien.

"Primero, es importante comprender cómo la palabra quejarse suele utilizarse para describir una variedad de comportamientos, algunos más perjudiciales y/o útiles que otros", explica en The New York Times.

Algunos de los comportamientos que engloba la palabra 'quejarse' son: ventilación, resolución de problemas y reflexión. "Saber en qué comportamiento estás participando y con qué propósito puede ayudarte a establecer hábitos que no solo harán que tu queja sea mucho más estratégica, sino que también ayudarán a mejorar tu salud emocional y a construir relaciones más fuertes con las personas que te rodean", aclara Kowalski.

Ventilar las quejas (algo que todos solemos hacer bastante seguido), tampoco sería tan malo. Según cuenta en el periódico, Angela Grice, patóloga del habla y lenguaje, este hábito puede ayudarnos a ganar perspectiva y poner en palabras nuestros sentimientos. "Cuando se hace de manera efectiva, puede ayudarte a darte cuenta claramente de lo que, específicamente, te está molestando sobre una situación", específica. Así es: el simple hecho de nombrar tus sentimientos reduciría la angustia que te generan. "Reconocer los sentimientos es saludable, es bueno para ti fisiológicamente y es bueno para tu salud emocional", sostiene la psicoterapeita Tina Gilbertson.

Además, los que nos rodean nos pueden ayudar a comprender si nuestra queja tiene sentido (o no) o a identificar el trasfondo de la misma.

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"Cuando estamos demasiado cerca de una situación es común ver solo nuestra propia perspectiva y distorsionar y magnificar los problemas. A veces es útil contarle a un amigo de confianza lo que estamos enfrentando y detectar si hay algo que no estamos viendo o si hay una forma diferente de observar la situación. Si estamos abiertos a escuchar nuevos aportes puede ser bastante útil salir de nuestro propio punto de vista y ver lo que otros piensan de nuestras quejas. A veces, mirar algo de una manera diferente puede disolver nuestra ira y nuestras frustraciones, o puede abrir nuevas soluciones y posibilidades de afrontamiento", aclara Elizabeth Scott, coach de wellness especializada en manejo del estrés y problemas de calidad de vida, en VeryWellMind.

Y hay más: cuando estamos frustrados o nos sentimos perjudicados, quejarnos y sentir la validación emocional de otra persona "puede actuar como un ungüento para nuestros egos magullados", según la experta.

Aprende a quejarte

Para empezar, Kowalski opina que es fundamental prestar atención a la frecuencia con la que te quejas y con quién lo haces. "No puedes modificar el comportamiento hasta que te des cuenta de él", aclara la profesora de psicología.

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"Se ha demostrado que el mindfulness es muy efectivo para disminuir la queja", cuenta en el periódico, Margot Bastin, quien se desempeña en el departamento de Psicología y Desarrollo Escolar en Contexto de la universidad belga KU Leuven. El mero hecho de prestar atención a nuestros hábitos es el puntapié para empezar a cambiarlos.

"Si tomas un respiro antes de llamar a un amigo para desahogarte o reflexionas rápidamente acerca de si realmente necesitas quejarte, serás más consciente de tu comportamiento y podrás tomar decisiones en consecuencia", sostiene.

"Es crucial, si te estás desahogando, saber que estás desahogándote y decirle a la persona que estás desahogándote", sostiene Tina Gilbertson. Es decir, aclarar lo que deseas de la interacción hará que el receptor de tu queja esté más cómodo y lo preparará mejor para brindarte el apoyo que necesitas.

Por último, una buena alternativa para canalizar la queja puede ser mantener un diario. "A veces tenemos sentimientos y no estamos muy seguros de dónde provienen. Por eso, permitirse un poco de espacio y tiempo para sentarse y organizar los propios pensamientos puede ayudar a autorregular las emociones y descubrir cómo expresarlas y trabajarlas", sostiene Angela Grice.

Para quejas más pequeñas, escribir en un diario es útil para eliminar los sentimientos de nuestro sistema, y ​​para las más grandes, el papel es ideal para documentar y encontrar tendencias que te gustaría cambiar.