Quistes en el ovario: en vez de extirparlos ahora se observan

No te extrañes si el médico dice que no te quita ese quiste en el ovario. Es una nueva estrategia médica que está generando confusión en pacientes y profesionales. Aquí tienes las razones

Un estudio rebate la idea de que las mujeres tengan que someterse a una cirugía para ‘sacarse’ los quistes ováricos no cancerosos, evitando así posibles complicaciones quirúrgicas. (Foto: Getty)
Un estudio rebate la idea de que las mujeres tengan que someterse a una cirugía para ‘sacarse’ los quistes ováricos no cancerosos, evitando así posibles complicaciones quirúrgicas. (Foto: Getty)

Siempre ha existido cierta ‘obsesión’ (por parte médica y también de los pacientes) a eliminar cualquier bulto o cuerpo extraño que se detecta en nuestro organismo, fuera o no cancerígeno; sobre todo si rondaba el aparato reproductor femenino. En estos casos se optaba por la extracción para evitar males mayores.

Sin embargo, de un tiempo a otro parte ocurre todo lo contrario: sólo se opera bajo una clara certeza de malignidad, y ni siquiera la posibilidad de que ese bulto mute y se vuelva cancerígeno es suficiente para someterse a una cirugía. Es decir, los procedimientos quirúrgicos, solo si hacen falta.

Generalmente, estos quistes no producen síntomas y suelen ser diagnosticados de forma casual en una revisión ginecológica
Generalmente estos quistes no producen síntomas y suelen ser diagnosticados de forma casual en una revisión ginecológica. (Foto: GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / YAKOBCHUKOLENA)

Un nuevo enfoque que cuenta con el respaldo de muchos profesionales (que consideran que dado el carácter invasivo de este procedimiento, es importante reservarlo para casos muy específicos) y de la investigación. Instituciones como el‘Imperial College London’, en Reino Unido, y‘KU Leuven’, en Bélgica, han publicado un estudio en ‘The Lancet Oncology’ que respalda la llamada ‘espera vigilante’, una nueva alternativa a la cirugía.

El trabajo duró dos años en los que se realizó un seguimiento a 1.919 mujeres de 10 países diferentes, incluidos Reino Unido, Bélgica, Suecia e Italia, que fueron diagnosticadas con quistes ováricos no cancerosos.

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Sin embargo, puede manifestarse con alteraciones en la regla, con crecimiento de vello en diversas partes del cuerpo o, en casos más graves, con una rotura en la pared del quiste o con una hemorragia intraabdominal, lo que causaría mucho dolor en el abdomen y malestar generalizado. (Foto: Getty)

¿Qué es un quiste ovárico?

Los quistes ováricos son sacos llenos de líquido que se desarrollan en el ovario de una mujer o sobre su superficie, y normalmente desaparecen espontáneamente o con una ligera medicación.

Son muy comunes y generalmente no causan ningún síntoma. Sin embargo, a veces pueden provocar dolor pélvico, distensión abdominal e infertilidad. Por eso se suele realizar una ecografía vaginal para clasificar los quistes como tumores benignos o cancerosos. En caso de sospecha de cáncer, los quistes siempre se eliminan y se analizan.

En el caso de los quistes que se consideran benignos también se solía recomendar la extracción quirúrgica para eliminar el riesgo de complicaciones graves como la ruptura del quiste o la ‘torcedura’ de los ovarios. Y sobre todo, por la preocupación de que los quistes benignos pueden “volverse cancerosos” al dejarlos en su lugar o que un quiste haya sido clasificado erróneamente en la ecografía inicial.

En qué consiste la ‘espera vigilante’

La opción más amable es la de observar los quistes. Los quistes ya no extraen, sino que los médicos controlan su tamaño y apariencia con ecografías regulares. Esto se debe a que muchos quistes se encogen y desaparecen o no cambian con el tiempo.

La opinión aún está dividida sobre la espera vigilante, y muchos médicos en todo el mundo creen que se deben extirpar quirúrgicamente los quistes benignos en la mayoría de los casos. Este último estudio es el más grande hasta la fecha sobre el enfoque de “espera vigilante”, siguiendo a casi 2.000 mujeres a medida que se les realizaban ecografías en los años posteriores a un diagnóstico de quiste benigno.

De las 1.919 mujeres en el ensayo, una de cada cinco (20 por ciento) tenía quistes que desaparecieron solos, y el 16 por ciento se sometió a cirugía. En general, en el 80 por ciento de los casos, el quiste se resolvió o no necesitó intervención. La edad promedio de las mujeres en el estudio fue de 48 años, y el tamaño promedio del quiste fue de 4 cm.

Solo 12 mujeres fueron diagnosticadas posteriormente con cáncer de ovario, lo que hace que el riesgo de cáncer sea del 0,4 por ciento. Sin embargo, los investigadores advierten que esto puede deberse a que los tumores se diagnosticaron inicialmente como no cancerosos en la ecografía inicial, en lugar de que un quiste benigno se volviera canceroso.

La tasa de otras complicaciones, como la torsión ovárica o la ruptura del quiste fue del 0,4 por ciento y del 0,2 por ciento, respectivamente. El equipo de investigación dice que estos riesgos deben evaluarse junto con los riesgos de la extirpación quirúrgica. El riesgo de complicaciones, como la perforación intestinal, en el caso de la extirpación quirúrgica de los quistes en mujeres de 50 a 74 años de edad, se encuentra entre el 3 y el 15 por ciento.

A pesar de que estos riesgos quirúrgicos son pequeños, si las mujeres de este grupo de edad se sometieran a una cirugía en nuestro estudio, entonces podríamos especular que de 29 a 123 de ellas podrían haber sufrido complicaciones quirúrgicas graves. Solo 96 de ellas se sometieron a cirugía, lo que significa que se pueden haber evitado complicaciones graves entre 29 y 123 mujeres”, explica el profesor Dirk Timmerman, autor principal de ‘KU Leuven’.

Este estudio sugiere que la espera vigilante es adecuada para la mayoría de las mujeres cuando un quiste ovárico se clasifica inicialmente como benigno: “Nuestros resultados pueden llevar a un cambio de paradigma que resulte en menos cirugía para el ovario no canceroso con quistes: con la condición de que examinadores de ultrasonido entrenados excluyan de manera fiable el cáncer”, concluye el profesor Tom Bourne, investigador principal del ‘Imperial College London’.

¿Qué parece la nueva alternativa? ¿Consideras que es segura?

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