Redes sociales, la hoguera de las vanidades

Para millones de personas en todo el mundo, las redes sociales forman parte de su cotidianeidad y, en cierta medida, la condicionan. Según la manera en que transcurren las vidas virtuales, muchos se sentirán tristes o alegres. Con cierto grado de narcisismo, los numerosos likes que obtenga una publicación o la cantidad de veces que sea compartida afectará el estado de ánimo del usuario. Están también la envidia y los celos de por medio al comparar el perfil propio con los de los contactos, aunque sean queridos y se esté feliz cuando a estos les va bien.

Según un estudio reciente de la compañía de seguridad Kaspersky Lab, que entrevistó a 16.570 personas de diversos países, el 59% se siente infeliz cuando ve a sus amigos publicar acerca de una fiesta a la que no fue invitado. Claro, se podrá decir que en la vida real y no virtual a nadie le gusta no ser invitado a un festejo o una celebración, pero en muchos casos ni siquiera se entera de que se realizó. El pecado de la envidia está presente, y el 45% de los entrevistados reveló que las imágenes de amigos felices en sus vacaciones influyen negativamente en ellos. Es más, ver las propias publicaciones de momentos felices en el 37% genera sentimientos de tristeza.

¿Por qué la gente vive la virtualidad de las redes sociales? En el estudio de esta compañía de origen ruso, el 65% lo hace para mantenerse en contacto con amigos y conocidos, mientras que el 60%, para ver publicaciones divertidas. El 43% lo hace para mostrar a sus followers los buenos momentos pasados en fiestas y vacaciones. Según otra investigación de la misma compañía, el 78% de sus usuarios han pensado en abandonarlas alguna vez por considerarlas una pérdida de tiempo (39% de este universo) o por temor a ser monitoreados por las grandes corporaciones propietarias de las redes sociales (30%). Si no lo hicieron es en muchos casos por miedo a perder imágenes, videos, textos y contactos.

De lo que no habla el estudio, es del porcentaje de los que paulatinamente se aburren de las redes sociales. O de los que nunca se subieron a la ola.

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