Un carísimo jardín privado para el rey

El rey Jorge II de Inglaterra se encaprichó de un parque. El objeto deseado por el rey no era un jardín cualquiera sino el londinense y famoso parque de Saint James. El monarca estaba decidido a convertirlo en su jardín privado. Jorge II quería acotar el bello recinto para su uso personal. Caprichos de un rey que había llegado a la corona ya mayor para la época. Jorge II tenía bien cumplidos los 42 cuando le colocaron la corona sobre la cabeza en 1.727. Pero, menos mal que antes de acometer la privatización real del parque, el rey escuchó un sabio consejo del conde de Chesterfield. El conde de Chesterfield le dejó clara la difícil situación a la que se enfrentaría con una simple frase. Una frase muy ingeniosa. Una frase que hizo historia.

George II, 1683-1760, King of England, Benoit Arlaud, 1706, Portrait miniature (Photo by: Sepia Times/Universal Images Group via Getty Images)
George II, 1683-1760, King of England, Benoit Arlaud, 1706, Portrait miniature (Photo by: Sepia Times/Universal Images Group via Getty Images)

Al rey Jorge II se le ha juzgado duramente a lo largo de la historia, se le ha juzgado con desdén, incluso. Durante más de dos siglos se ha considerado a Jorge II como un monarca grosero, un rey sin verdaderas cualidades. Su fuerte carácter y sus numerosas amantes han ocupado las mayor parte de las crónicas sobre él, sin dejar espacio para sus logros. Sin embargo, en los últimos años los historiadores han llegado a la conclusión de que su legado fue bastante más provechoso de lo que históricamente se había evaluado. Recientemente se le tiene en mucha mejor consideración. Pero si el rey pudo llegar a reinar, mejor o peor, fue en parte gracias el célebre político británico Philip Domer Stanhope, cuarto conde de Chesterfield. El rey Jorge II se había encaprichado de los jardines de Saint James. Quería hacer una obra de remodelación en el parque y cerrarlo al público. Quería el jardín para su propio, y único, disfrute. Jorge II estaba entusiasmado con la idea, pero antes de llevarla a cabo consultó al conde Philip. Y menos mal que lo hizo.

LONDON, ENGLAND - OCTOBER 20: Mudlark Jason Sandy holds out a coin dated 1737, from the reign of Britain's King George II, after discovering it during a search of the shoreline of the River Thames for historical items on October 20, 2018 in London, England. Moving to London eleven years ago, US-born Jason Sandy fell in love with the history that was available to explore on his doorstep and now has over 35,000 followers on his instagram feed

El monarca preguntó al conde por el coste que llevaría la reforma del parque para convertirlo en un jardín para su uso personal. El conde de Chesterfield no titubeó al responder: “Le costará sólo una corona, señor”, le dijo. Jorge II comprendió al instante la indirecta de su asesor y la gravedad de su respuesta. Las obras no se realizaron, el jardín se quedó como estaba y la corona también.