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Flirtear con los compañeros de trabajo es bueno para tu relación

¿Quién dijo celos? La nueva estrategia para que no decaiga el amor es el coqueteo

Tontear con un colega refuerza los lazos con tu chico (ciencia dixit) pero cuidado con seguirle el juego, te puedes quemar. (Foto: Getty)
Tontear con un colega refuerza los lazos con tu chico (ciencia dixit) pero cuidado con seguirle el juego, te puedes quemar. (Foto: Getty)

En los albores de una relación, cuando una pareja ya está establecida y ambos están totalmente coladitos el uno por el otro (aunque no lo digan), las alarmas se encienden a la mínima. Y cuando uno de los dos dice algo tipo: “¿Sabes? Hoy he bajado a desayunar con el del marketing, ¡qué majo! A ti te caería genial” o “estoy tomando una birra con la de administración, enseguida voy para allá”. Es oír algo parecido y hacer ‘¡Glups!’, tragamos saliva, nos sonreímos y pensamos “pues muy bien, no pasa nada”.

Y es que en un pareja cada uno tiene su libertad de acción y hay que respetarlo. Hay quien necesita salir y socializar más, y quien prefiere focalizar toda su atención y su tiempo en la pareja (¡cuidado con esto!). El caso es que aunque todo esté bien entre vosotros esa ‘confraternización’ con el resto del mundo mundial (compañero de trabajo, antiguos colegas del cole o a uni, los ex…) en ocasiones nos puede llegar a poner pelín nerviosos, ¿cierto?

Pues no tiene por qué, al contrario, ser un poco ‘traviesa’ es bueno para vuestra relación de pareja y en concreto para vuestra vida sexual.

Así lo confirma una investigación del Laboratorio de la Salud Sexual de la Universidad de Kentucky: presumir, aparentar, ligar, lucirse, pavonearse, coqueteo, y hasta según en que situaciones, seducir… refuerza tu pareja.

¡Qué no! Así no mujer. Si te pone tu colega, no pasa nada, disfruta de la vista pero da rienda suelta a la pasión en casa, con tu pareja. (Foto: Getty)
¡Qué no! Así no mujer. Si te pone tu colega, no pasa nada, disfruta de la vista pero da rienda suelta a la pasión en casa, con tu pareja. (Foto: Getty)

Al parecer dejarse llevar por el tonteo con los compañeros de trabajo provoca que el deseo sexual por la pareja aumente de forma significativa. Y no se trata de un problema de desatención, ni significa que ya no sintamos pasión (ni respeto) por la pareja sino que, tal vez, después de un tiempo juntos, la capacidad de él o ella para despertar en nosotros el torrente de excitación haya disminuido. Por eso, dicen los expertos, acercarse a lo prohibido reaviva ese deseo.

“A veces, el hecho de flirtear con una tercera persona puede desencadenar en nosotros un estado de excitación que quizás no hayamos sentido durante mucho tiempo con nuestra pareja”, nos explica Kristen Mark, profesora y coordinadora del estudio.

La investigación se centró en las reacciones de 160 mujeres de entre 18 y 60 años, todas con pareja estable, que se exponen a los “tiros de caña” de amigos y compañeros.

Si cruzas la línea estás rompiendo el pacto con tu pareja y puede que no le quieras tanto como crees; quizás haya un problema de fondo. (Foto: Getty)
Si cruzas la línea estás rompiendo el pacto con tu pareja y puede que no le quieras tanto como crees; quizás haya un problema de fondo. (Foto: Getty)

Aunque Mark avisa de que existen unos límites: “Si el coqueteo no va a más y nuestra relación es sólida, lo que puede ocurrir es que seamos capaces de transferir esos sentimientos de emoción hacia nuestra relación oficial”.

Porque una cosa es que te tiren los trastos y otra que entres al trapo. Hay una línea infranqueable que si te atreves a traspasar arrasa con todo y te convierte de inmediato en una traidora y sí, digamoslo claro, en infiel.

Estamos hablando de un ‘tonteo’ sin malicia ni segundas intenciones, no de una excusa para ser desleal bajo el pretexto de tratar de fortalecer los lazos.

Se trata, más bien, de reconocer que a todos nos puede atraer otra persona en un momento dado, pero si quieres a tu pareja sabes que “se mira pero no se toca”. No estamos contando nada raro, la vida es larga y tarde o temprano a todos nos sucede, es difícil cumplir literalmente eso de tener ojos sólo para una persona resto de la vida. Lo que ocurre, es las personas emparejadas saben cuándo deben frenar.

Según afirma Mark: “es un juego peligroso que se debe mantener siempre bajo control y marca como límite, efectivamente, el sexo”.

Que alguien coquetee con nosotros refuerza nuestra autoestima pero el subidón por sentirte deseada no debe ser razón para alargar el tonteo y focalizarlo siempre en la misma persona, dando esperanzas de que vaya a pasar algo más.

Si sobrepasas la línea y te planteas tener una aventura, los pilares de la relación se tambalearán y puede que más que un simple juego sea el reflejo de un problema de fondo. Es decir, que una miradita subidita de tono no sería problema siempre que tengas claro (¡y la parte contraria tambien!) que no debes extralimitarte.

Los roces y las frases picantes no son más que tonteos y herramientas para, más tarde, reencontrarnos en casa con nuestra pareja y dar rienda suelta a la pasión contenida.

La clave dicen los expertos están en canalizar toda esa excitación hacia esa persona que nos espera en casa, y exprimir ese torbellino de adrenalina y dopamina con él.

Por cierto, no hace falte que cuentes nada, mejor cállate en serio. Decir en vo alta ciertas tonterías puede ser el primer paso de la obsesión. Los expertos invitan a dejarse llevar sin perder el control, y parar cuando de verdad consideres que estás haciendo algo que no te gustaría que te hicieran a ti, ¿entendido?

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