Rosa Malospelos: "No necesitas vivir segura y feliz para tener buena autoestima"
Qué pasaría si te dijeran que no necesitas vivir sin inseguridades ni estar siempre feliz para tener una buena autoestima? Rosa Malospelos, psicóloga experta en autoestima y dependencia emocional, nos propone cambiar la forma en que vemos este tema. En su libro No eres tú, es tu autoestima (Ed. Alienta), Rosa nos explica cómo las redes sociales y la "psicología pop" nos han vendido una idea errónea y dañina de lo que es quererse a uno mismo, llevando a muchas personas a la frustración y la autoexigencia. Con su experiencia, tanto personal como profesional, nos guía en cómo podemos liberarnos de relaciones tóxicas, abrazar la soledad sin miedo, perdonarnos por los errores del pasado y aprender a valorarnos, no por ser perfectas, sino por ser quienes somos. De entrada, la psicóloga nos adelanta que con el tema de la autoestima nos la han liado, pero bien.
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Este es un libro diferente sobre la autoestima, ¿qué te animó a escribirlo?
Mi inspiración para escribir este libro vino de ver cómo nos la han liado con el tema de la autoestima… Las redes sociales y la “psicología pop” nos han vendido una versión idealizada, casi de película, sobre lo que es quererse a una misma. Me di cuenta, a través de mis pacientes, de que esto causaba frustración y autoexigencia y, en vez de ayudarnos, mermaba aún más nuestra autoestima (lo que viene siendo: la pescadilla que se muerde la cola). Supe que necesitábamos hablar claro sobre lo que de verdad es una autoestima realista, con todo, lo bueno, lo malo y lo regular.
Al mismo tiempo, mi propia vida es un drama. Como muchas de mis queridas lectoras, que seguramente se sentirán reflejadas en el libro, pasé por relaciones donde sentía que mi valor dependía de cómo me trataban, hasta que un día entendí que el problema no era la otra persona, sino la poca importancia que yo misma me daba. No nos damos cuenta de lo rota que está nuestra autoestima hasta que decidimos empezar a valorarnos de verdad. Y ahí fue cuando pensé: "Oye, esto hay que contarlo". Quiero que todas sepan que podemos reconstruirnos, sanar y volver a brillar, sin tener que esperar a que nadie nos dé permiso para hacerlo.
Tener autoestima no es vivir siempre en la cresta de la ola, es aprender a surfear las olas cuando llegan
Todo ello te ha conducido a darnos un 'toque' y recordarnos que quizá estamos equivocados en cuanto a qué es tener autoestima...
El mayor malentendido sobre la autoestima es que nos venden la idea de que tener una autoestima sana significa vivir sin inseguridades, sin dudas, y que siempre debemos sentirnos seguras, confiadas y felices. Es una trampa del negocio que se ha montado alrededor del concepto de autoestima, que nos exige estar perfectas y felices todo el tiempo, como si ser vulnerables o tener días malos fuera un fracaso…
Este malentendido es muy dañino porque nos lleva a castigarnos cuando no cumplimos con esa expectativa irreal. Nos sentimos culpables por no estar siempre bien, por no cumplir con esos estándares inalcanzables... Pero la verdad es que una autoestima realista acepta las caídas, los días de duda y las inseguridades. Tener autoestima no es vivir en la cresta de la ola, es aprender a surfear las olas cuando llegan, sin ahogarnos en ellas.
¿Qué nos puedes decir de otro de los conceptos de los que se está hablando mucho: las relaciones tóxicas y la dependencia emocional?
Mi consejo es que huyas si estás a tiempo, es decir, que no entres en ellas (jeje).
Pero, si ya estás dentro, mi consejo es que aceptes que nunca vas a ser feliz dentro de una relación tóxica, y que si un día estás muy bien y otro día muy mal, eso es un refuerzo intermitente que destruye tu salud mental y tu autoestima. Sé que es duro porque lo he vivido pero, cuando lo sientas, empieza por ponerte a ti misma en el centro de tu vida, porque tú eres la prioridad, no los demás.
El primer paso para salir de una relación tóxica es entender que no tienes que salvar a nadie ni demostrar tu valor sacrificándote. Liberarte no es fácil, pero comienza haciéndote estas dos preguntas clave: "¿Qué merezco?" y "¿Qué necesito para ser feliz sin depender de nadie?". Desde ahí, pon límites, aunque te cueste. Sé amable contigo misma, y recuerda: si ya te has dado cuenta de que esa relación te hace daño, ¡enhorabuena! Eso significa que ya has empezado a salir de ella.
Leer: Test de personalidad: ¿sabes poner límites a los demás?
¿Cómo puede la autoestima ayudar a alguien a abrazar la soledad en lugar de temerla?
La soledad puede ser aterradora si no te soportas a ti misma, pero cuando fortaleces tu autoestima, empiezas a disfrutar de tu propia compañía. La autoestima te permite entender que estar sola no significa que algo esté mal contigo, sino que puedes disfrutar del tiempo contigo misma. Aprender a estar a solas es un acto de amor propio; es reconectar contigo, hacer cosas que te gustan y conocerte mejor. En lugar de ver la soledad como una falta, empiezas a verla como una oportunidad para crecer.
Ahora bien, que tengas una buena relación con la soledad no significa que no puedas desear tener pareja. Es completamente normal anhelar compañía, pero la diferencia está en que, con una autoestima sana, no buscas una relación por miedo a estar sola o para llenar un vacío, sino porque te sientes bien contigo misma y estás lista para compartir tu vida sin depender de otra persona para sentirte completa.
Otro de los temas que tratas en tu libro es el perdón, sobre todo, perdonarnos a nosotras mismas
Perdonarnos a nosotras mismas es clave porque, seamos sinceras, tendemos a cargar con culpas y errores del pasado como si fueran una mochila gigante, como las de Glovo. Nos pasamos la vida dándole vueltas a lo que deberíamos haber hecho de otra manera, pero la realidad es que estamos todas aprendiendo sobre la marcha. Perdonarte te da el súperpoder de soltar esa carga y avanzar hacia un futuro más ligero, donde no eres lo que te pasó, sino lo que decides construir a partir de ahora. Es como quitarte un peso de encima que no te deja respirar. Es un acto liberador que te reconcilia contigo misma y te permite seguir adelante con mucha más paz y alegría. ¡Y oye, que te lo mereces!
También quería hablar del instinto de superación y la autoestima, ¿están relacionados?
¡Totalmente! Cuando tienes una autoestima sana, te das cuenta de que puedes superarte, enfrentar lo que venga y aprender de cada desabro. El instinto de superación no nace de machacarte con la autoexigencia, sino de valorarte lo suficiente como para querer mejorar por y para ti. Es más bien un "¡Venga, puedo con esto!" dicho con cariño, que una presión constante de "tengo que hacerlo todo perfecto" (ay, el perfeccionismo). Es avanzar porque te quieres cuidar mejor, no porque sientas que tienes que ser una máquina de productividad.
Parte de ser resiliente es aceptar el dolor, el fracaso o la pérdida como algo natural del camino
¿Cómo podemos desarrollar la resiliencia cuando nos enfrentamos situaciones difíciles?
La resiliencia se empieza a desarrollar cuando aceptas que la vida, por mucho que lo intentes, no siempre va a salir como tú quieres… ¡y no pasa nada! Eso no te define. Parte de ser resiliente es aceptar el dolor, el fracaso o la pérdida como algo natural del camino, y entender que esos momentos son claves para que te hagas más fuerte. No se trata de evitar el sufrimiento, sino de aprender a levantarte después de cada caída. La clave está en ser amable contigo misma: darte permiso para fallar, aprender de eso y seguir adelante cuando se pueda.
- Leer: ¿Eres una persona resiliente o te agobias con facilidad?
Y ya que hablamos de caídas... ¿Qué papel juegan los fracasos en la construcción de una autoestima sana?
El fracaso, aunque nos reviente aceptarlo, es uno de los mejores profesores para la autoestima. Lo que pasa es que muchas veces el miedo a equivocarnos es lo que realmente nos frena y define nuestras decisiones, y eso puede acabar fastidiando nuestro amor propio. Vamos por la vida temiendo tanto el error que ni nos damos la oportunidad de aprender de él. Pero cuando fallas, es cuando realmente aprendes a ser más honesta contigo misma, a ver qué puedes mejorar, y lo más importante, a entender que fallar no te quita valor. De hecho, la superación personal se construye justo en esos momentos donde las cosas no salen como planeabas. Lo clave es cambiar la narrativa: no eres tu fracaso, solo es parte del proceso, y ese proceso te hace más fuerte y consciente de lo que puedes lograr. ¡El miedo a fallar no puede definirte!
¿Cuáles son los primeros pasos que una persona puede dar para mejorar su capacidad de superación?
El primer paso es aceptar que eres vulnerable, humana y perfectamente imperfecta, ¡y no pasa nada! Los baches en el camino no te definen, así que date tiempo para procesarlos sin prisa. Lo siguiente es rodearte de gente que te apoye de verdad, que te haga sentir bien contigo misma, porque eso es clave. Y por último, ponte metas pequeñitas y realistas que te hagan sentir capaz. No tienes que hacer todo de golpe ni convertirte en la versión "super" de ti misma de la noche a la mañana. Empieza con cositas que puedas manejar, y poco a poco verás cómo tu capacidad de superarte se va fortaleciendo. ¡Pasiño a pasiño se hace camiño!