Rosalía: la cantante criticada por muchos que todas las niñas quieren imitar

MIAMI, FLORIDA - AUGUST 30: Rosalia performs live on stage during the Spotify ¡Viva Latino! Live on August 30, 2019 in Miami, Florida. (Photo by Alexander Tamargo/Getty Images for Spotify)
Rosalía cantó en vivo en el evento de Spotify ¡Viva Latino! el 30 de agosto de 2019 en Miami, Florida. (Alexander Tamargo/Getty Images for Spotify)

Las críticas incesantes han perseguido a Rosalía desde que la artista catalana fue catapultada a la fama con su álbum “El Mal Querer” en 2018.

A Rosalía Vila Tobella aún tiene un largo camino para demostrar si está hecha de la madera necesaria para sobrevivir y triunfar en una industria cultural feroz, tras el éxito de su segunda producción musical que realizó de manera independiente y luego impulsó la poderosa Sony.

Pero el astronómico ascenso de la carrera de la músico que cumplirá 26 años el próximo 25 de septiembre ha generado tal idolatría entre sus fans y un rechazo tan visceral de sus detractores que rememora la relación amor-odio de los medios con Madonna, quien no solo fue denunciada como una provocadora, sino como un ícono de la apropiación cultural.

Rosalía ha alcanzado en un año una exposición internacional a la que pocos cantantes españoles han accedido y eso ha herido egos y susceptibilidades. Cuando en diciembre cierre su gira del "Mal Querer" contará con dos Grammys por la mejor fusión/interpretación urbana y la mejor canción alternativa por su sencillo Malamente, y dos premios MTV por la mejor coreografía y la mejor canción latina por Con altura, que grabó junto con el reguetonero colombiano J Balvin.

Los que la odian

Rosalía genera polémica por todo lo que hace. Su potente segundo álbum "El Mal Querer" es un trabajo conceptual que cumplió el doble propósito de ser el proyecto de grado para culminar su formación en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) y de apalancar su carrera artística.

Para lograrlo no sólo debía demostrar a sus maestros que era una músico competente, sino que también tenía que transformar su imagen y acompañar sus composiciones con un narrativa visual que convirtiera sus canciones en éxitos.

Su visión estética y musical era revolucionar el flamenco. Para ello se valió de la productora barcelonesa Canadá, que la ayudó a darle una segunda vida al sencillo Malamente para garantizar su popularidad en Spotify y en YouTube.

Pese a esos antecedentes, hay quienes dicen que Rosalía es sólo otro producto comercial.

La primera transgresión de Rosalía fue adoptar un estilo "choni", término peyorativo usado en España para describir a mujeres de poca educación, de clase trabajadora, que son estigmatizadas como "putas" por su maquillaje exagerado y ropa estrafalaria o vulgar.

Rosalía creció en una zona de polígonos industriales a las afueras de Barcelona y así se presenta: con larguísimas uñas decoradas, las manos repleta de aros dorados y chándales, como se le dice en España a los conjuntos de topa deportiva.

En la Península Ibérica lo que "mola" es ser pija, una chica sofisticada, que no sólo usa ropa de marca sino que sabe elegirla según la ocasión, que conoce el límite exacto de lo socialmente aceptado. Rosalía viste con orgullo un estilo "choni", que muchos consideran inadecuado y chocante, pero que a ella la empodera.

Y mientras el efecto "Rosalía" comenzaba imponer su look "poligonero", la publicación en unas fotos en Instagram usando abrigos de piel animal colmó la tolerancia de los activistas. Las imágenes causaron tal revuelo que hasta algunos de sus seguidores más fieles le criticaron que usara ropa confeccionada con piel de cordero y zorro ártico.

Otro asunto que ha causado airados comentarios es su origen étnico. A simple vista sería imposible diferenciar su lugar de nacimiento. Con su curvilínea figura, su tez clara pero no rubia, cabello oscuro y facciones corrientes bien podría ser de cualquier país de América o España.

Pero el público iberoamericano sabe que Rosalía nació en Cataluña y eso no se les olvida a los que no aprueban que la artista sea premiada y distinguida como una artista latina.

El candelero de críticas se encendió cuando la edición mexicana de Vogue destacó a Rosalía en la portada de agosto de 2019 y la incluyó en una lista de destacados artistas latinoamericanos.

Su triunfo como artista latina en MTV Music Awards también causó irritación entre los que desean diferenciar claramente a los hispanoparlantes nacidos en el continente americano de los españoles de la Península Ibérica.

Medios estadounidenses anglosajones han reseñado la controversia con curiosidad y extrañeza porque para ellos la discusión está zanjada desde el momento en que asignan las categorías a los álbumes y clasifican como latina a toda producción musical con más de la mitad (51%) de la letra cantada en español.

Otro elemento que alborota el avispero es el eclecticismo musical de Rosalía. La fusión del flamenco con géneros musicales como la música electrónica y el pop disgustó de tal manera a defensores del flamenco y la cultura gitana que la acusaron de apropiación cultural.

La activista gitana Noelia Cortés descargó su furia contra Rosalía por lo que considera un irrespeto a la comunidad gitana y andaluza.

“Rosalía coge rasgos culturales ajenos, que son la resistencia de pueblos desfavorecidos históricamente, y los usa como quien se pone unas pestañas postizas. Desde su privilegio racial y económico puede vestirse de barrio bajo y de marginalidad sin sufrir lo que sufre la gente que sí vive esas cosas. Habría que plantearse por qué ahora en Malamente nombra a Undebel y se santigua, si es el Dios de los gitanos y a nosotros lleva tiempo ignorándonos o bloqueándolos al señalarle lo que no hace bien con nuestro pueblo”, dijo Cortés en una entrevista con el diario El Español.

Los catalanes también han expresado su enojo porque la artista no incluyó ninguna canción en catalán en su premiado álbum y luego la criticaron por la pronunciación incorrecta de algunas palabras cuando finalmente lanzó la canción Millonària en su lengua materna.

Hasta el diario británico The Guardian se metió en la diatriba al publicar que “el hecho de que la mayor estrella internacional de España sea una catalana que canta en español es una fuente de irritación para los nacionalistas catalanes, muchos de ellos preferirían una Catalunya monolingüe”.

Rosalía ha evitado manifestar lo que piensa sobre el espinoso tema del independentismo catalán. También evita etiquetarse como española o catalana mientras dice discretamente que es de Barcelona.

Los que la aman

Y mientras los "haters" inundan las redes sociales con post sobre lo que consideran la degradación musical de Rosalía por sus últimos éxitos reguetoneros como "Con Altura y "Yo x ti tú x mí", su público crece y sus maestros y críticos defienden su calidad musical.

El primero en defender la carrera y la propuesta musical de Rosalía es su maestro José Miguel Vizcaya, conocido en el mundo artístico como “Chiqui de la Línea, quien le dio clases de flamenco en el Taller de Músics de Barcelona y en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC).

El Chiqui describió a Rosalía como una alumna excepcional que aprende en una semana lo que a otros alumnos les cuenta tres. “Tiene una factura muy atractiva, un perfil de voz inusual por la rapidez de su vibrato” y un oído musical “muy sensible”, dijo a la publicación Barcelona Metropolis.

El cantaor le tocó calificar a “El Mal querer” luego de que Rosalía lo presentara como proyecto final para culminar su estudios musicales. El veredicto del jurado fue otorgar la matrícula de honor por su calidad artística, originalidad y su carácter “transgresor y revolucionario”, al mezclar la música electrónica con el flamenco. “Pocas cosas hay tan antagónicas”, sentenció.

A los que acusan a Rosalía de apropiación cultural, El Chiqui responde lo hacen por pura envidia y que la joven estrella no ha hecho nada que todos los cantaores no hayan hecho desde siempre, que es el uso de las palabras del pueblo gitano en sus interpretaciones.

La revista musical Pitchfork elogió El Mal Querer como una de las composiciones más reveladoras del año, en la que Rosalía usa los patrones rítmicos del flamenco para contar una historia de una relación maldita en 11 canciones, donde cada pieza es presentada como un capítulo. "Es uno de los álbumes más excitantes y más apasionantes en aparecer no sólo en la tradición mundial del Bass sino en las esferas del pop y la música experimental".

Otros críticos musicales reconocen la complejidad y riqueza de las composiciones y arreglos de las piezas. Jaime Altozano dedicó un video de casi 40 minutos para analizar los detalles de cada canción del disco "El Mar Querer", que califica como un trabajo lleno de genialidades.

"Rosalía está creando un puto universo con planetas, con estrellas y con satélites visual, musical, sonoro, con personajes, con emociones, con ideas nuevas en todos los ámbitos. En su música, lo primerísimo, pero también en sus directos, y en su imagen....Y nos está abriendo las puertas a todos nosotros.

El periodista Luis Abascal del diario El Plural defendió la "mezcolanza" de géneros que usa Rosalía y dijo que "pretender coartar las alas de la creación musical de cualquier artista tiene nombre: fascismo".

Pero sus principales defensores son los fanáticos que cantan y bailan sus canciones. Cientos de seguidores han publicados videos en sus redes sociales haciendo el #RosaliaChallenge, en el que imitan un paso flamenco de la cantante.

Desde la presentación de su disco, Rosalía no ha salido del ojo del huracán. "Pero espero que se mantenga como una diosa, en pie, controlando los vientos”, dijo su maestro El Chiqui.