Ryan Gosling es el vivo ejemplo de que una infancia problemática no define tu vida

Ryan Gosling vuelve. El popular actor de La La Land lleva un tiempo alejado de la pantalla, pero ya orquesta su regreso, y será por todo lo alto. Primero lo veremos encabezando el thriller de Netflix El agente invisible, que se estrena este verano, y el próximo año será Ken en la esperada película de Barbie que protagoniza Margot Robbie.

A pesar de no haber estrenado ninguna película desde 2018, Gosling sigue siendo uno de los actores más admirados de Hollywood, y para muestra, el enorme impacto que ha causado su primera imagen oficial como el muñeco de Mattel, que ha dejado a medio Internet boquiabierto. La suya es una historia de ascenso meteórico, pero no de la noche a la mañana, sino labrada desde la más tierna infancia y no sin sus baches. De niño rebelde a chico Disney y más tarde galán del cine, Gosling es un ejemplo fehaciente de que ser un niño problemático no tiene por qué definir tu vida ni tu trayectoria profesional.

Ryan Gosling en los 24th Annual Critics' Choice Awards en Barker Hangar el 13 de enero de 2019 en Santa Monica, California. (Foto de Jeff Kravitz/FilmMagic)
Ryan Gosling en los 24th Annual Critics' Choice Awards en Barker Hangar el 13 de enero de 2019 en Santa Monica, California. (Foto de Jeff Kravitz/FilmMagic)

A sus 41 años, Gosling es uno de los actores mejor situados de Hollywood. Admirado en todo el mundo tanto por sus papeles como por su atractivo y su actitud cool, el actor se ha labrado un nombre en el cine con una filmografía bastante digna que incluye películas tan queridas y aclamadas como El diario de Noa, Drive, Half Nelson (por la que obtuvo su primera nominación al Oscar), La La Land (por la que recibió la segunda), La gran apuesta o Blade Runner 2049. Además, es músico (sacó un disco con su banda Dead Man’s Bones) y lo ha intentado como director, aunque con menos suerte, con su primer largometraje, Lost River (2014), que no fue muy bien recibido. Aun así, él ha seguido en lo más alto.

Más allá de sus personajes y pese a estar bajo el foco de la fama, Gosling es un hombre de misterio. En lo personal, lleva más de diez años con su pareja, la también actriz Eva Mendes, con la que tiene dos hijos, pero la parte más interesante de su biografía nos la encontramos en sus inicios, en el seno de una familia religiosa cuyo camino decidió evitar, situándose desde bien temprano en el sendero hacia el mundo el espectáculo y siguiendo sus propios latidos.

Gosling nació en Ontario, Canadá, en 1980, hijo de Donna, una secretaria, y Thomas, empleado de una fábrica de papel. Y pocos conocen este dato, pero creció en el seno de una familia mormona. Lo contó en una sincera entrevista con The Guardian hace ya quince años, pero desde entonces, es un tema en el que no ha solido profundizar. Fue en 2007, durante la promoción de uno de sus films independientes mejor valorados, Lars y una chica de verdad, trabajo clave de su filmografía. “Crecí mormón. En realidad yo no era mormón, mis padres lo eran”, declaró en su día. Claro que, en lugar de adoptar la religión de sus progenitores, como ocurre en muchas familias, Gosling se dio cuenta desde niño de que no era lo que quería.

“Nunca me sentí identificado con ella”, confesó el actor, que sin embargo, creciendo supo sacar partido a la religión: “Hay cosas buenas de ir a la iglesia. Ser mormón me ayudó a socializar desde pequeño”. Fue sobre todo su madre, quien le inculcó la fe mormona a él y a su hermana mayor, Mandi. “Nos educaron mucho en la religión. Mi madre lo admite. Me suele decir, ‘Te crió una fanática religiosa’. Ahora ha cambiado, pero por aquel entonces, la religión formaba parte de todo. Lo que comían, cómo pensaban…”.

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Y como suele ocurrir también muchas familias religiosas, Gosling atravesó una fase rebelde en la escuela, quizá como reflejo o respuesta a lo que estaba viendo en casa. Su padre viajaba mucho debido a su trabajo, lo que llevaba a la familia a mudarse a menudo. Debido a esa inestabilidad, Gosling vivió una infancia solitaria que lo llevó a tener problemas en el colegio. Fue víctima de acoso escolar en primaria, siempre estaba metiéndose en peleas, sacaba malas notas y nunca prestaba atención en clase.

Uno de los incidentes más surrealistas (y perturbadores cuando lo pensamos) ocurrió en primero, cuando llevó cuchillos de carne a la escuela y se los lanzó a otros alumnos, según él influenciado por Rambo después de ver Acorralado. “Me expulsaron. Mis padres estaban aterrorizados. Pensaron, ‘No podemos dejar que vea películas demasiado violentas” (The National Post, via ScreenRant). De ahí que se ganara el apodo de “Trouble” (Problema).

Gosling era un niño problemático y sus padres pronto se dieron cuenta de que no era como los demás. “No quería trabajar y no quería seguir en la escuela”, confesó también a The Guardian. “Odiaba ser un niño. No me gustaba que me dijeran qué tenía que hacer. No me gustaba mi cuerpo, no me gustaba nada. Ser niño, jugar y todo eso me sacaba de quicio. Durante esa época, se le diagnosticó trastorno por déficit de atención y tuvo que tomar medicación y asistir a clases para estudiantes con necesidades especiales.

Por esta razón, sus padres decidieron sacarlo de la escuela y educarlo en casa, tarea que recayó en su madre, que se divorció de su padre cuando él todavía era un niño. Con el tiempo regresó al sistema escolar, pero la experiencia le hizo vivir una etapa preadolescente difícil en la que se sentía desplazado y no tenía amigos. Por el lado bueno, ser educado por su madre junto a su hermana en casa, le llevó, según él, a aprender autonomía y apreciar los personajes femeninos fuertes, al verlos como ejemplo en su propia vida.

Desde pequeño, Gosling mostró un claro interés por las artes escénicas, actuando, bailando y cantando con su hermana en bodas. Él siempre ha contado que la actuación fue una válvula de escape que le proporcionó confianza en sí mismo y le ayudó a salir del cascarón de una infancia lejos de lo ideal. Todo cambió a los 12 años, cuando se presentó a un casting en Montreal, donde consiguió un puesto en el famoso programa infantil estadounidense The Mickey Mouse Club, que lo obligó a mudarse a Florida. A partir de ahí, su ascenso a la fama dio comienzo.

Gosling se convirtió así en chico Disney y compartió experiencia en el programa con futuras superestrellas de la música como Britney Spears, Christina Aguilera y Justin Timberlake. Sus vídeos en el club de Mickey bailando y cantando se han hecho virales en muchas ocasiones. Al parecer, Gosling también era el más rebelde y descarado del grupo de Mouseketeers (que era como se hacían llamar los presentadores infantiles del programa) y solía hablar de sexo a sus compañeras. “Yo solo les contaba lo que había oído, sobre posturas y esas cosas. Me siento algo responsable por lo sexual que es ahora. Cuando la veo con una serpiente alrededor del cuello, pienso ‘¿Hice yo eso?’”, dijo Gosling sobre la cantante de Oops!… I Did It Again en 2007.

Su paso por Disney le enseñó que su sitio estaba en la industria del espectáculo, pero a la vez, la experiencia que vivió como estrella infantil le hizo saber desde bien pronto que no quería vivir una vida de lujo y privilegio tan alejada de la realidad, por lo que se prometió mantener los pies en la tierra. Tras varios papeles en series míticas de los 90 como Pesadillas, El club de medianoche o Kung Fu, Gosling se mudó de Los Ángeles a Nueva Zelanda para protagonizar la serie El joven Hércules, precuela de Hércules. Los viajes legendarios, que le dio uno de sus primeros roles destacados y que aun muchos recuerdan.

No fue mucho más tarde, en 2004, cuando protagonizó junto a Rachel McAdams el drama romántico El diario de Noa, película que marcó un antes y un después en su carrera. Y en su vida. Desde entonces, no hizo más que escalar profesionalmente, primero haciéndose un hueco en el cine indie y poco a poco saltando a la primera fila hasta convertirse en uno de los galanes imprescindibles de Hollywood, siempre buscando proyectos interesantes, como Drive, otro gran punto de inflexión para él, y trabajando con directores estimulantes, con los que ha desarrollado relaciones artísticas muy fructíferas y personales (Nicolas Winding Refn, Damien Chazelle, Derek Cianfrance).

Como adelantaba al principio, el 22 de julio lo veremos en el thriller de acción de los hermanos Russo El agente invisible (dicen que es la superproducción más cara de la historia de Netflix), coprotagonizado por Chris Evans y Ana de Armas, y más adelante será el nuevo Hombre Lobo de Universal, donde volverá a trabajar a las órdenes de su colaborador habitual Derek Cianfrance. Pero ningún proyecto tan esperado y llamativo como Barbie, la película de acción real sobre la muñeca de Mattel que dirige Greta Gerwig (Lady Bird, Mujercitas), con Margot Robbie como protagonista y productora.

Ryan Gosling como Ken en una imagen promocional de 'Barbie' (Warner Bros.)
Ryan Gosling como Ken en una imagen promocional de 'Barbie' (Warner Bros.)

La colorida primera imagen promocional de Gosling como Ken, bronceado, luciendo cabello rubio oxigenado, conjunto vaquero, ropa interior personalizada y con los abdominales al descubierto, ha revolucionado Internet, ganándose todo tipo de reacciones (positivas y negativas) y desencadenando miles de memes. Y desde luego, no es para menos. Es una foto para no dejar indiferente y para esperar lo más loco de la película, que promete algo realmente único.

A pesar de sus cuatro años de descanso, Gosling no ha perdido un ápice de su gancho con la audiencia. Mucho ha pasado desde sus inicios en Disney, sí, pero ha sabido madurar con elegancia, sin perder ese espíritu pícaro y rebelde que lo caracterizó de niño y le dio tantos quebraderos de cabeza a sus padres. El suyo es un ejemplo claro de que una infancia problemática no tiene por qué definir el resto de tu vida, y que si sabes jugar tus cartas, puedes convertir lo que un día fueron debilidades en tus mejores armas.

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