Anuncios

5 prácticas higiénicas básicas para comer seguro

La pandemia ha hecho que nos tomemos más en serio la seguridad alimentaria, y es que aunque no debemos obsesionarnos ni pensar que todo resulta peligroso, al menos sí debemos incorporar buenas prácticas en nuestra rutina habitual

A veces las frutas y las verduras crudas contienen microbios dañinos, como <em>Samonella, E.Coli </em>y <em>Listeria</em>. Lo mejor es lavarlas bajo agua corriente, aunque no planees comer la piel porque las bacterias que están en la cáscara pueden ingresar en el interior al cortarlas. (Foto: Getty)
A veces las frutas y las verduras crudas contienen microbios dañinos, como Samonella, E.Coli y Listeria. Lo mejor es lavarlas bajo agua corriente, aunque no planees comer la piel porque las bacterias que están en la cáscara pueden ingresar en el interior al cortarlas. (Foto: Getty)

Hay mucha gente a la que le cuesta tirar los restos de comida, y es entendible; sin embargo, esta vieja costumbre de aprovechar las sobras pudiera poner en riesgo tu salud. Y no estamos hablando del típico dolor de tripa, los vómitos o la gastroenteritis. Las intoxicaciones alimentarias pueden complicarse y acabar provocando patologías graves, como ocurrió con la listeria.

Así lo explica Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y autora del libro ‘Come seguro comiendo de todo’, de Planeta: Hay que quitarse la idea de que las intoxicaciones alimentarias son leves y no priorizar el hecho de aprovechar una comida por encima de la salud, porque no sólo te arriesgas a un fuerte dolor de tripa, sino que te expones a algo más peligroso”, cuenta en declaraciones a La Razón.

La dietista señala que “si hacemos las cosas mal y nunca nos ha pasado nada, tan sólo es cuestión de suerte, no porque deje de ser peligroso”.

En la tienda o el supermercado escoge <a href="https://www.cdc.gov/foodsafety/es/communication/steps-healthy-fruits-veggies.html" rel="nofollow noopener" target="_blank" data-ylk="slk:frutas y verduras;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas" class="link "><em>frutas y verduras</em></a> que no estén magulladas ni dañadas. (Foto: Getty)
En la tienda o el supermercado escoge frutas y verduras que no estén magulladas ni dañadas. (Foto: Getty)

“A veces no hay alteraciones organolépticas en el alimento (no tiene mal aspecto ni huele mal) pero sí que está en mal estado. Por eso debemos ser precavidos y respetar unas pautas básicas a la hora de manipular y conservar los alimentos”, explica la dietista-nutricionista.

En este sentido, Robles señala que es importante evitar coger productos que haya manipulado previamente otra persona, que no están en su sección (por arrepentimiento de otro cliente) o que estén manchados por productos de la misma categoría. Esto también pasa con la fruta, cuando hay una naranja mala que haya manchado a las demás, o un mango, mejor no llevarse ese pack”.

Lavarse las manos

A veces, por la simplicidad de la cuestión, pasa muy desapercibida y le quitamos importancia. Pero este es uno de los hábitos que nunca debemos pasar por alto. Además, hay que lavar los utensilios de cocina y limpiar las superficies donde se preparan los alimentos (incluidas las tablas para cortar y las encimeras) antes, durante y después de preparar frutas y verduras. Pero, ¡ojo! Lavar algunos alimentos, como el pollo o los huevos, puede ser contraproducente. Y tampoco conviene usar jabón o detergentes; en cuanto a la lejía, "es importante que no la usemos de manera directa porque puede ser agresiva", apunta Marián García, más conocida como Boticaria García, doctora en Farmacia y graduada en Nutrición Humana y Dietética, y en Óptica y Optometría.

Respetar la cadena de frío

La temperatura es el factor principal en el control de los microorganismos patógenos, tanto frías como calientes. Cualquier elemento que nos ayude a mantener la temperatura fría o a alcanzar las temperaturas calientes en el cocinado, va a ayudar a evitar esos riesgos. “A veces ponemos el frigorífico a temperaturas que no nos fijamos. Tenemos que programarlos siempre a 4 grados como máximo y el congelador a 18 grados bajo cero o inferior", apostilla Robles.

Descongelar el alimento completamente

La parte interna de algún producto puede quedarse fría o congelada. El riesgo está en esto, que esa parte no alcanza la temperatura suficiente para matar a los microorganismos.

Calentar de manera uniforme

El microondas es un electrodoméstico seguro si lo utilizamos bien. Si calentamos sobras lo mejor es remover. Sacarlo, ver si está caliente, y sino remover y volverlo a meter.

Tirar lo que se cae al suelo

La regla de los cinco segundos no siempre se cumple. Aunque lo recojamos al momento, puede que se le hayan pegado bacterias o virus del suelo. Si es una fruta podemos solucionarlo al lavarla, pero si es un sándwich o cualquier otro alimento es más difícil.

“Donde más nos equivocamos es en lo relacionado con el mantenimiento de las temperaturas de los alimentos, ya que resulta habitual no respetar la cadena de frío y dejar fuera del frigorífico la comida durante demasiado tiempo. Descongelar en la encimera es una práctica de riesgo que puede resultar muy peligrosa”, concluye Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y autora del libro ‘Come seguro comiendo de todo’, de Planeta.

Más historias que pueden interesarte:

El problema de la comida para llevar no acabada y la gastroenteritis que puede provocar

Esto es lo que pasa cuando comes (e inhalas) alimentos con moho

Así debes colocar la compra para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos