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“Sentí que el señor tocó mis genitales”: mujeres de Juárez cuentan sus experiencias de acoso en el transporte público

En el 2016 la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (CONAVIM) realizó una encuesta a 808 mujeres usuarias del transporte público en Ciudad Juárez para medir el nivel de acoso sexual que sufrían en estos espacios. Como resultado se obtuvo que el 58.9 por ciento de las mujeres fueron víctimas de violencia de género durante su trayecto en el camión.

El 48 por ciento afirmó que el acoso sexual es el tipo de violencia más común dentro del transporte urbano. Para exponer el sentir de las víctimas, YoCiudadano recopiló más de cinco testimonios de mujeres de diferentes edades y ocupaciones que han sufrido acoso sexual al interior de una rutera.

Lucía tenía 16 años cuando se dirigía a la preparatoria en tiempo de invierno. Llevaba puesto un pantalón negro de pana y era de las primeras veces que se iba sola a la escuela. Recuerda que tomó la ruta Tierra Nueva y se fue parada durante todo el trayecto. Enfrente de ella, en los asientos que quedaban de manera lateral, iban dos o tres albañiles que tenían las manos manchadas con yeso.

“De repente sentí que el señor tocó mis genitales por encima del pantalón. No lo sentí tanto porque mi pantalón era grueso. Cuando volteo, veo que tiene su mano ahí y me dio mucho asco porque tenía la mano llena de yeso; no sé porqué me dio mucho asco eso, no sé explicarlo, realmente creo que hubiera sido lo mismo si no hubiera traído yeso pero se me quedó muy marcado que tuviera las manos sucias”.

Durante varios minutos Lucía se quedó inmóvil. El acosador seguía tocándola sin voltear a verla mientras actuaba “como si nada pasara”. Cuando Lucía pudo reaccionar, ya era momento de bajarse de la rutera; cuenta que no se atrevió a denunciar lo sucedido.

La encuesta del CONAVIM detectó que la edad promedio de las usuarias del transporte público era de entre 12 a 74 años de edad y que el 65.9 por ciento de las mujeres no realizó ningún tipo de denuncia.

Jimena también fue víctima de acoso sexual una vez que se dirigía al Centro Histórico. Ella comenta que iba sentada en el asiento que da a la ventana del camión cuando un hombre se sentó a su lado a pesar de que había más lugares vacíos.

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“Yo comienzo a notar que el muchacho viene moviéndose, volteo de reojo y el chico se estaba tocando al lado mío, agitando su miembro. Lo que yo hice fue quedar en shock, pero ya quedaban como dos semáforos para que me bajara. Cuando me tenía que bajar lo empujé, él hizo cara de sorprendido, se metió su miembro y yo me bajé”, dice.

El pasado 25 de agosto, el Instituto Municipal de las Mujeres (IMM) anunció el lanzamiento de una campaña contra el acoso sexual callejero en la Zona Centro, cuyo objetivo es sensibilizar a la población sobre esta grave problemática.

Previo al arranque de la campaña, el IMM realizó una investigación mediante el levantamiento de encuestas a las mujeres que transitan por el Centro; con estos estudios encontraron que el 70 por ciento de las mujeres han tenido que cambiar algunas cosas de su cotidianidad antes de salir a la calle, como optar por usar el transporte privado en lugar público, aunque esto represente un mayor gasto.

Debido a ello, el IMM también ha realizado intervenciones en los camiones y en algunas paradas del primer cuadro de la ciudad pues en su investigación, fueron referidos como unos de los principales puntos donde ocurre el acoso.

La parada del Monumento a Benito Juárez y la de la calle Velarde, en la esquina con Vicente Guerrero, fueron las identificadas con mayor incidencia, mientras que las rutas intervenidas fueron la Poniente Sur, Universitaria y la Juárez Zaragoza.

En total, indica la coordinadora de Comunicación Social del IMM, Alejandra Rodríguez Matamoros, han llevado a cabo 20 intervenciones en cada una de las líneas y otras 10 en las unidades del Ecobus.

Las intervenciones consisten en la colocación de stickers y posters en los camiones con leyendas que buscan prevenir el acoso sexual, como “rechazar el acoso sexual callejero también es sana distancia” y “no tocar a una mujer sin su consentimiento también es sana distancia”. Además han repartido cubrebocas con las mismas frases.

La mayoría de las mujeres que brindaron su testimonio aseguraron sentirse solas y desprotegidas puesto que no recibieron apoyo de las personas que estaban en el camión. Tal es el caso de Adriana, quien fue acosada sexualmente por el ayudante del chofer.

“Yo iba parada y el chofer le hizo señas para que fuera a traer algo de atrás. Yo seguía agarrada del pasamanos, con música en los audífonos y el muchacho se arrimó hacia mí y me empujó pero con una connotación sexual. El muchacho se fue para atrás y riéndose de lo que había hecho”, menciona.

Como esto ocurrió dos veces, Adriana fue a quejarse con el chofer, quien en lugar de ayudarla se burló y le dijo “están muy buenos los arrimones”.

También está el caso de Claudia, quien optó por defenderse de su agresor y, al darle una patada cuando este se levantó, recibió malas miradas de todas las personas del camión.

“Después del golpe y cómo me miró la gente, yo fui la que se sintió mal, como culpable, porque ellos no sabían lo que había pasado y yo quedé como alguien grosera pateando a alguien en el camión”, agrega.

De acuerdo con los resultados de la encuesta Así Estamos Juárez 2019, la población otorgó una calificación de 5.52 —siendo 1 reprobatoria y 10 aprobatoria— al transporte público y una de 7.15 al Vivebus.

Aunque el segundo obtuvo una mejor calificación, también es un espacio público en el que ocurre el acoso. Valeria lo sufrió la semana pasada, cuando lo abordó en la estación de Gran Patio.

“Yo traía falda y dos señores que iban tomando cerveza empezaron a decirme cosas. Cuando el camión empujaba por la inercia, uno de ellos aprovechaba para tocarme las piernas. Yo hacía todo lo posible para evitar el contacto pero descubrí que él se movía hacia mí para tocarme, y hasta que se bajaron no dejaron de hablarme o hacerme preguntas incómodas”, lamenta.

En los otros testimonios, la mayoría de las veces las mujeres que fueron acosadas iban en el asiento de la venta y recibieron tocamientos sin su consentimiento en las piernas; los sentimientos que vivieron fueron de angustia, shock, enojo e impotencia.

*Nota: los nombres de las víctimas fueron cambiados para proteger su identidad.

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