Anuncios

Siete hábitos que pueden ser peligrosos en la cocina

Hoy en día todo el mundo aspira a ser un auténtico cocinillas. Quien más, quien menos, se siente capaz de preparar un solomillo Wellington o un sushi de atún tras haber visto un par de programas de Jamie Oliver por televisión. Pero, ojito, porque la cocina oculta más peligros de los que nos creemos. Hay determinadas conductas en la cocina en las que caemos a diario y que pueden ser peligrosas para nuestra integridad física. Aquí van algunas de las más comunes.

No comas la masa de galleta cruda.
No comas la masa de galleta cruda.

Te comes la masa de las galletas o del bizcocho sin hacer. Esto es algo que todos hemos hecho de niños. Estás preprando unas deliciosas galletas y metes el dedo en la masa sin cocer. No solo puede darte un dolor de estómago, sino que además, al llevar huevo crudo, corres el riesgo de acabar con una salmonelosis. Aguanta la tentación. Es difícil, lo sabemos.

Usas el móvil o la tableta como libro de recetas. No nos engañemos: hemos cambiado el recetario en papel de toda la vida por Internet, donde podemos encontrar desde cómo freír un huevo hasta hacer una tarta de merengue de tres pisos. El problema es que la pantalla del móvil o de la tableta pueden estar llenas de bacterias que terminen pasando a la comida. Procura mantener limpios tus dispositivos cuando te los lleves a la cocina (y lávate las manos de vez en cuando).

Lavas el pollo crudo antes de cocinarlo. Lo vamos a repetir una última vez: no se debe lavar el pollo crudo antes de cocinarlo. Si hacemos esto, lo único que conseguimos es esparcer por la cocina todas las bacterias que puede tener la carne.

No lavas tu bolsa de tela. Ya lo sabemos, ahora toca cambiar las bolsas de plástico de toda la vida por una de tela que reutilicemos una y otra vez. Pues bien, hay que mantenerla lo más limpia posible. Imagínate que un zumo derrama unas gotas en el interior y que luego metes una lechuga… ya tienes preparada una fiesta para las bacterias, que se pondrán a expandirse a lo loco por el tejido y por todos los alimentos que lleves en ella.

Es conveniente limpiar bien la tabla de cortar.
Es conveniente limpiar bien la tabla de cortar.

Cortas todo en la misma tabla. El problema de usar una misma tabla de madera para cortar pescado, carne roja o carne blanca es que, al ser porosa, pueden quedar restos en ella que es muy difícil quitar. Intenta fregarlas concienzudamente y con agua bastante caliente. Además, es mejor que tengas una tabla para cada tipo de alimento. Así evitarás la contaminación cruzada.

Dejas los restos de comida durante demasiado tiempo en el frigorífico. A todos nos pasa: cocinamos más de lo que necesitamos y acabamos llenando la nevera de recipientes con pequeñas raciones que acaban siendo tapados por un muro de yogures, frascos, etc. Esos restos que no se comen acaban poniéndose malos y constituyendo una fuente de intoxicación. Si no se come en un par de días, a la basura.

No afilas tus cuchillos de vez en cuando. Es un gesto que no cuesta nada hacer y que nos puede salvar de más de un corte. Cuando un cuchillo no está todo lo afilado que debiera, corta peor, y nos obliga a hacer más fuerza, con lo que aumenta la posibilidad de que nos acabemos cortando. Recuerda esto: es más fácil acabar haciéndose daño con un cuchillo mal afilado que con uno que tenga el filo en perfectas condiciones.