Anuncios

¿Un sonido puede 'drogarte'? mi experiencia con los pulsos binaurales

Los investigadores han encontrado que los pulsos binaurales pudieran tener efectos positivos en el alivio del dolor, la reducción de la ansiedad y el fortalecimiento de la memoria. Pero aseguran que todavía no cuentan con suficientes datos científicos y estudios doble ciegos para comprobarlo. (Getty Images).
Los investigadores han encontrado que los pulsos binaurales pudieran tener efectos positivos en el alivio del dolor, la reducción de la ansiedad y el fortalecimiento de la memoria. Pero aseguran que todavía no cuentan con suficientes datos científicos y estudios doble ciegos para comprobarlo. (Getty Images).

Antes de escribir esta historia, escuché durante varios días grabaciones de los sonidos binaurales para probar si soy susceptible a esta nueva ola de “drogas digitales” que cada vez acaparan más la atención de la comunidad científica y los buscadores de nuevas experiencias.

Quería comprender en carne propia de qué se trata esta “ilusión auditiva perceptual” que aparentemente ocurre cuando cada oído percibe tonos puros en frecuencias ligeramente diferentes.

“Estos dos tonos luego se procesan dentro de nuestro cerebro para que suenen como una tercera frecuencia. Se cree que esta tercera frecuencia produce una variedad de efectos, que incluyen relajación y atención”, explica un artículo reciente en The Conversation.

Y aunque algunos alarmados padres achacan el surgimiento de esta nueva droga al desarrollo de la tecnología, el fenómeno de los "binaural beats" fue descubierto por el físico y meteorólogo prusiano Heinrich Wilhelm Dove en 1841 y descrito por primera vez en la literatura científica en 1973.

Tengo que admitir que me sorprende el impulso humano por alterar sus estados de conciencia. Desde la antigüedad, no perdemos oportunidad de masticar, chupar, oler y hasta inyectarnos sustancias que nos permitan evadir nuestras emociones y pensamientos.

Buscamos a toda costa evadir nuestra realidad aunque para lograrlo perjudiquemos nuestro bienestar.

Así que, con un poco de temor, decidí emular la experiencia de periodista Josie Adams de la publicación neozelandesa The Spinoff y entregarme a la experiencia sonora de moda.

El primer aspecto positivo es que no hay que realizar ninguna transacción ilegal para obtenerla. Puedes encontrar los ritmos binaurales en cualquier rincón del mundo digital. A mí me bastó con googlear las palabras binaural beats para tener acceso a una larga lista de vínculos hacia las pistas en plataformas de streaming y YouTube.

Lo segundo es que no lo percibí como una situación amenazante. Sólo necesitas reclinarte en tu sillón para percibir estos sonidos que, en teoría, inducen cambios en el cerebro, gracias a la forma en que nuestro sistema sensorial interpreta las diferentes frecuencias bajas cuando son escuchadas por separado en cada oído.

Lo primero que pensé es que había transitado inadvertidamente por los caminos de las drogas digitales desde hacía tiempo, porque no puedo reconocer la diferencia entre esos sonidos y las piezas de relajación y meditación que colocan en los spas y centros de yoga.

La música siempre ha servido de bálsamo para el alma pero los sonidos bineurales no son música. Sin embargo, se encuentran dentro de las terapias auditivas que generan una ‘Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma’ (ASMR, según sus siglas en inglés).

El portal Psicoactiva explica que el ASMR es un neologismo usado para denominar la experiencia sonora que desencadena un tipo de hormigueo en la piel, que comienza en cuero cabelludo y baja hasta la columna cerebral.

Después de tratar durante varios días reproduciendo listas binaurales tituladas como peyote, DMT, cocaína, Adams tuvo una revelación interesante: “Si bien nunca me drogué, las horas de escuchar frecuencias bajas y palpitantes fueron fantásticas para la productividad”, escribió.

Aún no logro etiquetar mi sensaciones. Asumo que soy una persona altamente sugestionable, que no consumo drogas y que me pongo nerviosa con tan solo tomar café.

Dicho esto, admito que la mayoría de las pistas me provocaron una especie de escalofrío y visualizaba imágenes calidoscópicas de colores brillantes si tenía los ojos cerrados. También vi redes o especie de raíces amarillas, azules y rojizas que se esparcían y se entrelazan sobre un oscuro fondo de mi imaginación .

No diría que me sentía dopada pero sí me producía una especie de agudización de los sentidos. Pero esa sensación de excitación sensorial no duraba mucho tiempo. En pocos minutos, sentía sueño y comenzaba a bostezar.

Habla la ciencia

Un poco más del 5 % de los encuestados en una investigación académica internacional sobre drogas dijo haber incursionado en el uso de ritmos binaurales en algún momento del últimos año.

La Encuesta Mundial sobre Drogas 2021 se tradujo a 11 idiomas analizó 30. 896 respuestas de 22 países. Fue realizada para la Sociedad Profesional Australasia sobre el Alcohol y otras Drogas y publicada en marzo del 2022 en la revista Drug and Alcohol Review.

La muestra, cuyos participantes tenían una edad mediana de 27 años y el 60,5 % eran hombres, arrojó que el 5,3 % escuchó sonidos binaurales para experimentar estados alterados, especialmente en Estados Unidos, México, Brasil, Polonia, Rumania y el Reino Unido.

Los encuestados utilizaron con mayor frecuencia los sonidos binaurales para "relajarse o quedarse dormidos" (72,2 %) y "para cambiar mi estado de ánimo" (34,7 %), mientras que el 11,7 % informó que intentaba "obtener un efecto similar al de otras drogas".

El resultado de la investigación indicó que la mayoría buscó conectarse con ellos mismos (53,1%) o con “algo más grande que ellos mismos” (22,5%) a través de la experiencia. Y la manera de acceder a estos ritmos binaurales fue través de aplicaciones sitios de streaming en teléfonos móviles.

En las conclusiones, el artículo “establece la existencia del fenómeno de escuchar latidos binaurales para provocar cambios en el estado físico y psicológico”.

Mónica Barratt, autora principal del estudio y profesora de la Universidad RMIT en Melbourne, Australia, dijo que las personas que buscaban sentirse drogados con los sonidos binaurales también eran los que usaban con frecuencias sustancias psicodélicas.

"Al igual que las sustancias ingeribles, algunos usuarios de ritmos binaurales perseguían un subidón", dijo. "Pero eso no es su único uso. Mucha gente los ve como una fuente de ayuda, como terapia del sueño o alivio del dolor", expresó Barrat para Science Daily.

Los científicos creen que todavía queda por delante un largo camino para comprobar el verdadero efecto de estas drogas sonoras en el cerebro.

Yo ni uso ni abogo por el uso de sustancias ilícitas para ampliar la consciencia. Pero más allá de los episodios temporales de somnolencia, escuchar ritmos binaurales no me produjo ningún tipo de malestar ni resaca. No me siento atraída a prolongar la experiencia pero no creo que sea particularmente nocivo para mi salud.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

Todo lo que deberías saber sobre los hongos alucinógenos