La sonrisa de Camila al convertirse oficialmente en reina

La coronación de la reina Camila credit:Bang Showbiz
La coronación de la reina Camila credit:Bang Showbiz

Camila ha dejado atrás para siempre la coletilla de 'consorte' para convertirse en la reina que nadie esperaba. La esposa de Carlos III ha sido coronada oficialmente tras ser ungida por el arzobispo de Canterbury Justin Welby en la abadía de Westminster, y ha recibido su insignias reales: el anillo, la vara y el cetro.

La nueva reina de Inglaterra ha sido coronada con mayor rapidez que el nuevo soberano: a ella, por ejemplo, no se le ha pedido que realice un juramento. Pero aun así se le ha colocado la corona de rigor que, en su caso, era una pieza que ya existía en la colección real y que se diseñó para la reina María, abuela de la difunda Isabel II y bisabuela por tanto de Carlos. Camila no ha querido estrenar una nueva pieza para la ocasión por respeto a la visión de "sostenibilidad y eficiencia" que su esposo había ideado para todo este fin de semana de celebraciones.

Carlos, por su parte, ha utilizado la misma corona que llevó su madre en su coronación de 1953: la corona de San Eduardo.

La pieza que ha lucido hoy Camila está decorada con dos mil diamantes más pequeños y tres piedras más grandes: los diamantes Cullinan III, IV y V que pertenecen a las joyas personales de la difunta reina Isabel II. Anteriormente la corona de la Reina María incluía una piedra preciosa muy controvertida: un diamante de 108 quilates conocido como el Koh-i-Noor, que fue un regalo que el sultán Abdulmedjid le hizo en 1856 a la tatarabuela de Isabel II, la reina Victoria. A lo largo de los años este diamante ha sido reclamado en varias ocasiones por la India alegando que fue robado y sacado de forma ilegal del país, y además existe una leyenda que afirma que está maldito y que acarreará desgracias a cualquier hombre que se atreva a lucir. Eso explica que hayan sido las mujeres de la realeza británica quienes lo han utilizado en el pasado: la reina Victoria lo incluyó en el Regal Circlet, y más tarde la Reina Madre lo lució en la corona que se le fabricó para la coronación de su esposo.

Aunque a lo largo de los años ha habido distintas voces que han cuestionado si Carlos debería o podría ocupar algún día el trono, lo cierto es que en el fondo él siempre había estado destinado a ser rey. La idea de Camila como reina era algo muy diferente; hace un par de décadas nadie habría apostado porque algún día podría serlo. La prensa británica se está refiriendo a este histórico momento como el inicio de la era de Carlos y Camila. La imagen más comentada de la nueva reina la muestra sentada en el interior de la abadía, con la corona ya colocada en su cabeza y una media sonrisa que se ha interpretado como una de triunfo tras pasar años luchando por su polémica, sí, pero sólida historia de amor con el rey.

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