No deberías dejar que la sorpresa triste de 'Sexo en Nueva York' te aleje de la serie

ATENCIÓN: este artículo contiene spoilers de los dos primeros capítulos de And just like that…

Sexo en Nueva York ha vuelto con aires frescos y desempolvando nostalgia a través de una serie cargada de sorpresas. En apenas dos episodios estrenados en HBO Max hasta el momento, And just like that…, tuvo la valentía de ser explícita y explicar la ausencia de Samantha dentro de la historia (tras el rechazo de Kim Cattrall de volver a la serie), y nos dio un soplo renovado al pintar un retrato carismático sobre el paso del tiempo, las arrugas y las canas a través de un mensaje sobre la individualidad y belleza femenina dando la espalda a estereotipos sociales arcaicos. Incluso dejó claro que está dirigida exclusivamente a sus seguidores de siempre, incluyendo cameos y referencias a la serie original. Sin embargo, el reboot esconde una sorpresa que ha roto el corazón de miles de espectadores.

Se trata de un acontecimiento triste, una pérdida inesperada para algunos fans, que se aleja por completo del tono amable y superficial que caracterizó a la serie de HBO, y que, por ende, está provocando reacciones viscerales entre muchos espectadores que incluso están gritando a golpe de teclado que no piensan seguir viéndola. No obstante, vengo a contarles por qué no deberían dejar que esta triste sorpresa abrume las ganas de volver a la serie.

ATENCIÓN: comienzan los spoilers a continuación. Estás avisado.

Mr. Big (Chris Noth) y Carrie (Sarah Jessica Parker ) en 'And just like that...' (Craig Blankenhorn; cortesía de HBO)
Mr. Big (Chris Noth) y Carrie (Sarah Jessica Parker ) en 'And just like that...' (Craig Blankenhorn; cortesía de HBO)

Carrie está de luto. Ya lo sabemos. Después de ser testigos del buen momento que atraviesa la protagonista con Mr. Big a lo largo del primer episodio, habiendo sido cómplices en pandemia, creando tradiciones en pareja y siendo más felices que nunca, su gran amor sufre un paro cardíaco cuando termina de hacer ejercicio en una bicicleta estática. Y es que Mr. Big (o John Preston) no solo tenía antecedentes tras sufrir un ataque en la serie -un evento que acerca a los personajes a través de la amistad cuando estaban separados- sino que jamás dejó de disfrutar de los placeres de la vida que más complicaban su estado de salud, como fumar puros, beber vino tinto en cada cena y ser un apasionado de la carne roja. Su muerte deriva entonces en un segundo capítulo dedicado exclusivamente a los preparativos del funeral, el dolor de Carrie y la lealtad de sus amigos, cada uno a su manera. Es decir, después de un primer episodio que abre las puertas a una bienvenida colorida y que se esfuerza en romantizar el matrimonio y su buen momento, la serie da una puñalada tomando un rumbo diferente, el más sombrío jamás visto en su historia hasta ahora. Y es que si bien vimos un buen puñado de funerales a lo largo de sus seis temporadas, ninguno provocó tanto impacto como este. Ni siquiera los episodios dedicados al cáncer de pecho de Samantha partieron tantos corazones gracias a la positividad que el personaje irradiaba en su lucha.

Y he de decir que la noticia no ha caído bien a una gran mayoría de espectadores debido al lugar que ocupa Mr. Big como figura icónica dentro de la historia. Ha estado presente en la vida de Carrie desde el principio, sirviendo como reflejo de un hombre emocionalmente inaccesible que lleva a la protagonista por el camino de la amargura en varias ocasiones. Hay romance, noviazgo, traición, celos, affaire, amistad… la relación pasa por diferentes estadios hasta un final de comieron perdices en París, para luego contraer matrimonio en la primera película. Es decir, los fans han vivido esta relación como uno de los grandes amores del mundo de las series de finales de los 90s y principios del nuevo siglo. Por eso, tras llevar 11 años esperando el retorno de Sexo en Nueva York (la última película fue en 2010) y haber soportado dos películas que perdieron por completo el espíritu de la serie (y que muchos preferimos hacer de cuenta que no existen) muchos fans están viviendo la muerte de Mr. Big como una traición en toda regla.

Solo hay que hacer un repaso por las redes sociales para comprobarlo, topándonos con reacciones viscerales en diferentes países, pero sobre todo en EE.UU. donde la serie marcó un antes y un después en el mundo de las series. Que si dejarán de ver la serie, que si han arruinado el regreso, que si los han traicionado. La negatividad es honestamente abrumadora.

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Sin embargo, no creo que debamos darle palos ni los merezca. Por un lado, porque la idea de “matar” a Mr. Big llevaba tiempo circulando y a más de uno no nos pilló por sorpresa. Y es que según los rumores de los últimos años, esa era precisamente la idea principal de la tercera película que hizo que Kim Cattrall rechazara formar parte del proyecto, derivando en tantas idas y venidas que al final lo terminaron cancelando. Según las malas lenguas, a la actriz no le gustaba que incluyeran este arco dramático porque suponía entonces que todo el protagonismo recaía en Carrie o Sarah Jessica Parker. Por lo tanto, la muerte tampoco debería sorprendernos tantos. Estaba ahí, en las noticias, desde hace tiempo.

Y por otro lado porque, con esta muerte, Sexo en Nueva York abre la puerta a una renovación de tono e historia. A primera vista podríamos pensar que quitando a Big de la ecuación, Carrie volvería a estar soltera y así repiten la historia de nuevo, recuperando aquel mundo de citas y anécdotas románticas o sexuales del principio. Pero creo que deberíamos tenerle más confianza o, al menos, darle el beneficio de la duda.

Carrie (Sarah Jessica Parker) y Mr. Big (Chris Noth) en 'And just like that...' (cortesía de HBO)
Carrie (Sarah Jessica Parker) y Mr. Big (Chris Noth) en 'And just like that...' (cortesía de HBO)

Digo esto porque en esos dos episodios And just like that… demuestra que no llegó para ser un reboot comercial al uso que solo pretende estirar el fenómeno de antaño. Al contrario, creo que llega para elevar a sus protagonistas como esos referentes de mujeres independientes que fueron allá por 1998 pero desde la perspectiva de los 55 años, con otras influencias culturales rodeándolas continuamente -como la identidad sexual, la cancelación, el clima woke, etc.- empoderando la autenticidad de quienes son, de donde vienen y a dónde van, siendo ellas mismas en todo momento, con sus errores, meteduras de pata, crisis personales (Miranda y sus escenas con el alcohol, por ejemplo), lágrimas y diferentes capítulos de vida.

Charlotte y Miranda son madres y cada una lidia con la relación familiar a su manera. La segunda, sin ir más lejos, busca seguir aprendiendo, vuelve a estudiar y coloca nuevas metas en su vida. Carrie debe afrontar la pérdida como ese ciclo natural de la vida rebuscando en su identidad ahora, de nuevo, sola y trabajando en un podcast que le pide ser más abierta, todavía, en la conversación sexual.

Charlotte (Kristin Davis), Miranda (Cynthia Nixon) y Carrie (Sarah Jessica Parker) en 'And just like that...' (cortesía de HBO)
Charlotte (Kristin Davis), Miranda (Cynthia Nixon) y Carrie (Sarah Jessica Parker) en 'And just like that...' (cortesía de HBO)

Creo que, puestos a analizar el inicio de la serie, este regreso de Sexo en Nueva York augura un reboot diferente, que podría encaminarse más en acercar a los personajes desde ángulos más humanos y emocionales y, por lo tanto, menos superficiales, dándole una razón de ser más justificada. Y por eso la muerte de Big encajaría con este nuevo retrato, sirviendo de balanza para compensar la exageración privilegeada que les rodea, poniendo del otro lado arcos dramáticos que sirven para poner a Carrie, Miranda y Charlotte con los pies en la tierra.

Sin ir más lejos creo que esos dos episodios profundizan y van más lejos que nunca, hasta el punto de avergonzar a las dos películas que recurrieron a una parafernalia que terminó siendo ridícula. Por eso, me inclino a pensar que la muerte de Mr. Big es una puerta que podría traernos un reboot digno de descubrir. Incluso me atrevería a decir que And just like that... podría terminar dando la nota como uno de los reboots más originales e inesperados en mucho tiempo.

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