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Paso firme de Maduro disipa expectativas de golpe en Venezuela

(Bloomberg) -- Cuando Juan Guaidó surgió como líder de la oposición venezolana, se le celebraba como si fuera una estrella de rock. Se reunió con líderes mundiales en Davos, recibió una ovación de pie en el discurso del Estado de la Unión de Donald Trump y encabezó protestas en Caracas que atrajeron a miles de simpatizantes que gritaban su nombre.

Cuatro años después, el esfuerzo que Estados Unidos respaldó para reemplazar al presidente autoritario Nicolás Maduro con Guaidó terminó en un fracaso humillante. Tras hacer a un lado a Guaidó, el movimiento prodemocracia dejó a un médico exiliado en España como su líder nominal. Ahora, la oposición pone sus esperanzas en las elecciones presidenciales de 2024.

El gambito marca un regreso a una estrategia que usualmente ha fracasado en los últimos 25 años. Aunque la oposición tuviera un candidato fuerte (que no lo tiene), las elecciones de Venezuela llevan tiempo ensombrecidas por acusaciones de fraude e intimidación de los votantes, lo que hace que una victoria a favor de la democracia sea, en el mejor de los casos, inverosímil.

Michael Penfold, profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración en Caracas, comentó que es un momento de profunda fractura para la oposición y que el dilema es si van a lograr reconstruirse.

La implosión de la oposición se da en un momento crucial para Venezuela. De cara a las elecciones del próximo año, Maduro, de 60 años, sigue tan consolidado como siempre. Está restableciendo las relaciones con otros Gobiernos latinoamericanos, y Estados Unidos ha marcado un giro radical con el levantamiento de algunas sanciones a su régimen, lo que a su vez le permitió a Chevron Corp. extraer más petróleo en el otrora poderoso petroestado.

Docenas de Gobiernos extranjeros habían dejado en manos de Guaidó, de 39 años, el control de activos estatales venezolanos en el extranjero, incluida la refinería Citgo Petroleum Corp. y US$1.000 millones en oro en el Banco de Inglaterra. Con su salida, están más cerca de volver a las manos de Maduro o de los acreedores. Si bien la crisis económica del país ha cedido, la inflación de tres dígitos se mantiene y no se vislumbra un final al éxodo de millones de venezolanos que huyen de la pobreza y la persecución política.

La nueva presidenta de la Asamblea Nacional liderada por la oposición, Dinorah Figuera, de 61 años, es una de tres legisladores exiliados que fueron elegidos este mes por los diputados. El fundamento del método radica en que hay menos probabilidades de que los líderes que vivan fuera del país sean acosados por el Gobierno. Aun así, se emitió una orden de arresto contra ellos y las casas que tenían en Venezuela fueron allanadas hace poco.

Para Figuera, la unificación tras la estrategia de máxima presión estaba “agotada” hace mucho tiempo, dijo por teléfono este mes desde Valencia, España, donde trabaja cuidando de una anciana mientras recibe su licencia médica española.

“La ruta es la electoral; es el camino que estamos diseñando”, comentó.

La oposición impulsa actualmente negociaciones con el Gobierno para ganar garantías electorales, como la presencia de monitores internacionales y el levantamiento de vedas a candidatos. Sin embargo, la última reunión entre ambas partes fue en noviembre en México y aún no se ha programado una nueva ronda de conversaciones.

La salida de Guaidó deja en el limbo miles de millones de dólares en activos del Gobierno venezolano en el extranjero. Un consejo de cinco miembros designado por la oposición ahora se encargará de supervisar dichos activos y también de evitar demandas que representan reclamos por alrededor de US$40.000 millones.

Por ahora, las sanciones estadounidenses y europeas protegen algunos de esos activos. Pero los Gobiernos están bajo presión para que dichas protecciones sean retiradas, poniendo en riesgo la propiedad de la oposición sobre ellas, dijo Yon Goicoechea, miembro del consejo y exasesor de Guaidó en cooperación internacional y protección de activos.

En el caso de Citgo, un juez de EE.UU. ya solicitó a un experto designado por el tribunal que organice la venta de acciones de la empresa matriz, PDV Holding Inc. La venta está detenida únicamente por las protecciones de Washington, que se renovarán en abril.

Es un giro radical desde los inicios de 2019, cuando Guaidó se declaró presidente interino y, con el aval de Trump, formó un Gobierno paralelo con personal y embajadores. Pero al no lograr ganarse al poderoso Ejército de Venezuela y cumplir su promesa de destituir rápidamente a Maduro, su popularidad comenzó a disminuir.

La caída en desgracia de Guaidó es una victoria para Maduro, quien sucedió al difunto Hugo Chávez hace una década.

Ante el colapso de la oposición, Maduro está a punto de recuperar la legitimidad en el escenario internacional. Aunque no reconoce oficialmente a Maduro, Washington envió el año pasado a representantes para entablar negociaciones con él, las cuales resultaron en un intercambio de prisioneros y el levantamiento de sanciones que ha permitido que la producción de petróleo de Chevron en Venezuela aumente en un 80%. Más cerca a sus fronteras, los presidentes de izquierda elegidos recientemente en América Latina vienen restaurando los lazos con su Gobierno.

“Alguien tiene que recoger los vidrios rotos en Washington”, dijo Maduro luego de la votación para destituir a Guaidó. “La política trumpista contra Venezuela de asaltar los poderes públicos, sustituirlos, nombrarnos un presidente, una Asamblea Nacional, un poder judicial, desde afuera, fracasó”.

EE.UU. continúa reconociendo a la Asamblea Nacional liderada por la oposición como la “única institución elegida democráticamente que queda en Venezuela hoy”, dijo Ned Price, portavoz del Departamento de Estado, anteriormente este mes.

“Apoyamos al pueblo venezolano en su deseo de una restauración pacífica de la democracia a través de elecciones libres y justas”, comentó Price.

Guaidó tildó su destitución de “inconstitucional”, aunque dice que acatará la decisión. A diferencia de años anteriores, cuando lideró boicots a las elecciones, se anticipa que participará en primarias que la oposición planea realizar este año.

Pero enfrenta probabilidades bajas. El apoyo a Guaidó cayó al 12% en diciembre desde alrededor del 60% en enero de 2019, según la encuestadora Delphos, con sede en Caracas.

“El apoyo no era a la figura, el apoyo era a la esperanza, a la posibilidad de cambio”, dijo Félix Seijas, director de Delphos.

Sin su condición de presidente interino, Guaidó es más propenso a ser arrestado debido a las investigaciones que el Gobierno ha abierto en su contra. No se le permite salir del país y tiene prohibido presentarse a las elecciones, aunque la oposición está presionando a Maduro para que levante dichas prohibiciones.

“El exilio lo entiendo perfectamente, todos lo hemos vivido y sufrido. Pero mi decisión es estar y quedarme aquí, en Venezuela, porque también el terreno de lucha hay que defenderlo”, dijo Guaidó en una entrevista el 12 de enero.

En un discurso el jueves, Guaidó reconoció que bajo su liderazgo, la oposición no logró su objetivo de destituir a Maduro.

Indicó que quedaba pendiente la tarea de acabar con la dictadura. Mientras hablaba desde un escenario en Caracas cerca del lugar de las manifestaciones masivas que había dirigido hace unos años, un apagón dejó a oscuras el teatro.

Nota Original:Trump-Backed Dream of Venezuela Coup Dies as Maduro Gains Power

--Con la colaboración de Nicolle Yapur.

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