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Sundance 2022 | RESEÑA | Piggy: la venganza y el slasher para combatir la gordofobia

Sundance 2022 | RESEÑA | Piggy: la venganza y el slasher para combatir la gordofobia
Sundance 2022 | RESEÑA | Piggy: la venganza y el slasher para combatir la gordofobia

Casi siempre, los héroes y heroínas del cine de terror son hombres y mujeres actúan por valentía y un sentido del deber para detener las amenazas que arrasan con las vidas de inocentes a su alrededor o que se ven forzados a combatirlos para tratar de sobrevivir. En Piggy, película española que forma parte de la programación de Sundance 2022, esas convenciones se ponen de cabeza al servicio de una fábula contra el bullying y el acoso contra personas con sobrepeso y obesidad.

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Dirigida por Carlota Pereda, Piggy (Cerdita, en español) es la historia de Sara (Laura Galán), una joven con sobrepeso que es acosada por un trío de chicas. Tras intentar ahogarla en una piscina pública, la protagonista ve a sus victimarias ser secuestradas por un hombre desconocido. Cuando la ausencia del grupo se hace notar, y otra serie de asesinatos azota su pueblo, deberá decidir si valdrá la pena para ella decir lo que sabe y ayudar en su rescate o si encuentra en su silencio una salida fácil al dolor que se le inflige.

De forma muy similar a la antiheroína titular de Carrie: Un Extraño Presentimiento (92%), en este filme Pereda aprovecha un relato de género para denunciar el bullying aunque no de una forma simplista. La construcción de personajes, y el entramado que realiza de sus relaciones, da matices al desarrollo de la historia y, por supuesto, al de su protagonista, misma que desafía los clichés del subgénero slasher, los cuales eventualmente se asoman en la película.

En primera instancia, Piggy subvierte las reglas del género al dar protagonismo, antes que pronta muerte, a una mujer de talla grande. A diferencia de Halloween (94%), Viernes 13 (58%), Scream: Grita Antes de Morir (78%), películas en las que las actrices principales responden a estándares tradicionales de lo que se considera “bello”, Pereda y Galán no temieron hacer de la chica gorda que supera sus propios miedos e inseguridades la heroína de esta fábula en la que su deseo, de vivir libre de bullying, se cumple con un perverso giro a su favor.

Aquí cabe hacer mención del trabajo de Galán, quien pasa, con gran convicción, de interpretar a Sara como una joven con severos problemas de ansiedad a la decidida “final girl” que se enfrenta al asesino. Dos polos que, por diametralmente opuestos, sólo podría conseguir una actriz con preciso control sobre su papel. Este trabajo actoral se beneficia y parte también de la complejidad emocional que la premisa y la construcción de otros personajes le dan a sus varios intérpretes para jugar y explorar las cuestiones morales que presenta.

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En ese sentido, Richard Holmes, quien interpreta al desconocido asesino, merece otra mención aparte. Esto ya que entendió muy bien que el libreto, en otro brillante giro de tuerca al género, le imprime un carácter compasivo a su personaje cuando interactúa con Sara, ya que es el único que la trata con cariño. Se puede notar en su mirada ese lugar débil que tiene por ella y aunque sus escenas juntos son pocas, la empatía que tienen uno por otro se transmite con claridad. Carmen Machi, la actriz que hace a la mamá de Sara, es otro papel notorio por la contradicción que encarna: le molesta la fragilidad de su hija en lo privado, y es fuente de otro tipo de acoso que sufre la protagonista en su propio hogar; pero desea protegerla en lo público y la defiende de otros cuando se vuelve una sospechosa de las desapariciones.

Temáticamente, Piggy utiliza esos contrastes para avanzar el desarrollo de su protagonista, pero también su moraleja sobre el bullying. En un sentido muy claro, el asesino es una advertencia para Sara respecto a lo que puede suceder con ella si se deja llevar por el odio y el deseo de retribución que siente hacia sus acosadoras. Ya se descubrirá si ese deseo de venganza le resulta demasiado seductor.Esto en una escena casi al final de la película cuando la directora juega, a través de la edición, para sugerir la inclinación del público hacia lo que piensan de una decisión u otra.

Al volver a su protagonista una mujer con sobrepeso atrapada entre dilemas morales y personajes que tienen algo más allá de lo que sus acciones revelan en apariencia, Pereda demuestra que los slashers pueden ser más un mero entretenimiento sangriento. Y se pueden usar para revelar lo aterrador de temas urgentes como el bullying por gordofobia o el llamado “fat-shaming” o “body-shaming”. Piggy todavía no tiene fecha de estreno en América Latina.

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