Té verde no sólo hay uno: conoce las 12 variedades japonesas
Seguramente has probado el té verde, quizás hasta seas fan del matcha, que se ha puesto muy de moda en nuestro país, pero debes saber que además de estos dos, hay otras 10 clases.
Así que, si de verdad eres amante del té y de la cultura japonesa, vale la pena que te des una vuelta por tu mercado asiático favorito y pruebes todos los tés verdes que se cultivan en Japón.
Sencha
Significa té tostado o cocido a fuego lento y es el más consumido en Japón. Según la leyenda, un monje lo introdujo en Japón a fines del siglo XVI.
Pero, en lugar de moler las hojas de té hasta convertirlas en un polvo fino, infusionó las hojas en agua hirviendo directamente en la tetera. Su sabor es refrescante, herbal y astringente, y tiene un tono casi verde neón.
Tencha
Son las hojas de té que se utilizan para el matcha antes de triturarlas. Contiene teanina que imparte al té un sabor sutil y suave. La tencha es turbia y de color verde pálido.
El método tradicional para cultivar hojas de té a la sombra se llama honzu e implica erigir un dosel de paja sobre las plantas, aunque ya casi no se usa debido a su naturaleza laboriosa. Si bien la mayoría de la tencha se muele en matcha, también se puede beber como té macerado.
Matcha
La pieza central de la tradicional ceremonia japonesa del té. Son hojas de té verde tencha molidas en hasta obtener un polvo fino. El polvo se bate en agua caliente en lugar de remojarlo.
Es el primer tipo de té verde que apareció en Japón: cuando el monje Eisai regresó de China, trajo consigo no solo semillas sino también el nuevo conocimiento sobre cómo preparar té verde en polvo. Hoy en día, el matcha se usa en todo el mundo para dar sabor a helados, café, pasteles, batidos e incluso barras de Kit Kat.
Shincha
Está hecho de las hojas más jóvenes y tiernas de la planta. Es el de más alta calidad y se recolecta en primavera. Durante los meses de invierno se acumulan aminoácidos en sus hojas, lo que les da un sabor más dulce y menos amargo.
Gyokuro
Significa rocío de jade en japonés. Es el grado más alto y el más caro. Su característica más importante es que se cultiva a la sombra hasta 30 días antes de la cosecha. Al igual que la tencha, el gyokuro tiene una mayor concentración de teanina y fructosa, lo que da como resultado un té suave y dulce con sabor a umami.
Bancha
Cosechado de las mismas plantas que el sencha, el bancha tiene el más bajo porque se cosecha más tarde en la temporada después del primer o segundo brote o porque las hojas que se recogen están más abajo en el brote.
Allí, las hojas tienden a tener una textura gruesa, mientras que las hojas más delicadas cerca de la parte superior del brote se consideran de mayor calidad. En Japón se considera un té de todos los días
Hojicha
Sus hojas se tuestan después de ser cosechadas y cocidas al vapor. El tostado elimina el amargor, impartiendo al té un sabor terroso y ahumado y un distintivo tono rojo oscuro.
Se cosecha típicamente en Kioto a partir de hojas de té bancha, lo que lo convierte en un grado ligeramente más bajo que otros tés verdes. Debido a que es bajo en cafeína, a menudo se sirve durante la cena o antes de acostarse.
Fukamushi
Significa profundamente al vapor. Sus hojas se cuecen al vapor durante unos un minuto o minuto y medio antes de secarse, un proceso llamado sassi, que detiene la fermentación y la oxidación.
Las hojas suavizadas conservan un sabor más dulce y audaz, y una textura que a veces se describe como cremosa. El color es verde oscuro y turbio. Las hojas más suaves son más frágiles y pueden acumularse como sedimento en el fondo de la taza.
Genmaicha
Se agregan granos de arroz integral a las hojas de bancha a medida que se secan. A veces, los granos revientan durante este proceso, lo que le valió a genmaicha el apodo de “té de palomitas de maíz”.
Según la leyenda, un sirviente del siglo XV estaba sirviendo té verde y dejó caer arroz integral en una de las tazas. Cuando un samurái tomó un sorbo de su té, descubrió que el arroz tostado agregaba un sabor terroso y con cuerpo al amargo té verde.
Guricha
Es un té raro pues las hojas de guricha no se cuecen al vapor después de recogerlas, sino que se fríen en una sartén, una técnica más común en la producción de té chino.
Así, las hojas adquieren una forma enrollada. Es refrescante y ligero, y se produce principalmente en la isla de Kyushu.
Kukicha
Está elaborado con los subproductos del proceso de producción del té: tallos y ramitas. Es suave, cremoso, con sabor a nuez y bajo en cafeína. Su color puede ser naranja pálido.
Kabusecha
Es el punto medio entre el sencha y el gyokuro. Cultivado a la sombra durante tan solo 10 días, es más dulce y tiene un sabor menos herbáceo. Es más raro que sencha y gyokuro, y representa menos del cinco por ciento del té verde cultivado en Japón.
El té verde para los japoneses
El amor de Japón por el té verde es como una “casi obsesión”. Aunque beben más café que té. El japonés promedio bebe 925 gramos de té verde (ryokucha) al año, es el más consumido en Japón.
La forma más popular de beber té verde es de una botella, frío y refrescante, pero también se infunde en helados, macarrones, galletas y panqueques dorayaki.
La fascinante historia del té verde
Todo se remonta al siglo IX y está en el corazón de uno de los rituales más sagrados del país: la ceremonia del té.
Cuenta la leyenda que el maestro zen Yosai Myoan regresó de China alrededor de 1191 con semillas para plantas de té, que plantó en el monte Sefuri en Kyushu.
También entregó algunas de las semillas a un sacerdote llamado Myoe Shonin en el Templo Kozai-Ji para que pudiera comenzar a cultivar té en Kioto. Sin embargo, es probable que las plantas de té crecieran en Japón incluso antes del regreso de Yosai Myoan de China.
A finales del siglo XV surgió la ceremonia del té formalizada cuando los maestros del té incorporaron una profunda espiritualidad en la práctica, que aún pueden sentir los bebedores de té modernos.
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