The Old Man: misterios y persecuciones que crecen a lo largo del tiempo en una de las mejores series de 2022

Jeff Bridges y sus únicos amigos confiables en The Old Man
Jeff Bridges y sus únicos amigos confiables en The Old Man - Créditos: @Prensa Star+

The Old Man. Creadores: Robert Levine y Jonathan L. Steinberg, basada en un libro de Thomas Perry. Fotografía: Sean Porter, Jules O’Loughlin y Armando Salas. Música: T-Bone Burnett y Patrick Warren. Edición: Matthew Colonna, Scott Turner, Amy Fleming, Maria Gonzales y John M. Valerio. Elenco: Jeff Bridges, John Lithgow, Amy Brenneman, Alia Shawkat, E. J. Bonilla, Gbenga Akinnagbe, Bill Heck, Hiam Abbass. Disponible en: Star+. Nuestra opinión: muy buena

Ya pasaron ocho años desde la aparición de True Detective. Esa extraordinaria temporada inicial nos reveló por primera vez lo bien que puede funcionar el formato de una miniserie al servicio de un thriller (o un relato policial) cuyo arco narrativo se extiende a lo largo de varias décadas.

The Old Man, una de las mejores series estrenadas en 2022, es la más reciente demostración de cómo pueden aprovecharse a la perfección esas mismas herramientas. Estamos frente a otra historia que tiene como tema central el paso del tiempo. Un tiempo que parece imposible de medir, porque comienza 30 años atrás en la áspera y montañosa geografía de Afganistán y no sabemos hasta cuándo va a seguir y hasta dónde va a llegar.

“Este juego no tiene reglas. Son acertijos sin solución. Sólo nos llevan a otros acertijos”, dirá un personaje clave de la trama en uno de los episodios iniciales. La única certeza que se desprende de ellas es que parece interminable. La persecución eterna entre un gato y un ratón, ambos ya septuagenarios.

De un lado está el perseguido. Dan Chase (Jeff Bridges), un exagente de la CIA que parece estar pagando hoy las cuentas pendientes de alguna conducta muy cuestionada en aquel pasado de conflictos lejanos con peligrosas consecuencias geopolíticas. Del otro lado, el perseguidor. Harold Harper (John Lithgow), la impecable autoridad del FBI que ve, a pesar de sus esfuerzos, cómo una presa tan codiciada y a veces tan próxima consigue escabullirse una y otra vez.

Jeff Bridges, uno de los más grandes actores estadounidenses, encarna al protagonista
Jeff Bridges, uno de los más grandes actores estadounidenses, encarna al protagonista - Créditos: @Prensa Star+

Este desplazamiento permanente a través de un tablero lleno de ambiciones, codicias, necesidades, deudas y dolores que dejan huellas muy marcadas puede no ser demasiado original, pero que adquiere en The Old Man algunas resonancias muy distintas a las acostumbradas.

Por lo pronto, el ritmo. Una de las explicaciones del atractivo que tiene esta historia. Chase conserva buena parte de la velocidad y la destreza de sus mejores tiempos y las utiliza certeramente para sacarse de encima a quienes lo buscan y lo persiguen para cazarlo. Pero es al mismo tiempo es un septuagenario con achaques y unas cuantas penurias físicas y psicológicas. Entre ellas, el recurrente recuerdo de su esposa, víctima no demasiado lejana del Alzheimer.

Es fascinante ver en The Old Man cómo las acciones transcurren con una cadencia propia de la edad de los personajes interpretados por Bridges y Lithgow. Las escenas más intensas, sobre todo los enfrentamientos y peleas mano a mano entre Bridges y sus perseguidores son completamente distintas a las de otros policiales. Tienen otra duración y un volumen distinto al habitual, sobre todo en relación con las tensiones de la lucha y el efecto de ellas en los cuerpos de quienes combaten. Adquieren otro efecto, mucho más denso, ante los ojos del espectador. Jon Watts, el director de las últimas películas del Hombre Araña, muestra todo este entramado a la perfección en los dos brillantes episodios iniciales.

Seguimos desde allí el resto de la trama desde otra perspectiva. Prestamos más atención a las largas escenas desde las cuales se nos configura la personalidad de los protagonistas, y entendemos mejor qué es lo que motiva y justifica ciertas decisiones. Lo que en algún momento parecen tiempos muertos no hacen más que develar buena parte del sentido de una persecución que en apariencia no tiene destino. De hecho, hasta se nos insinúa que Harper podría brindarle secretamente algún tipo de ayuda a Chase para sacarse de encima a quienes están seguros de atraparlo.

Si Chase es un personaje atractivo por naturaleza, Bridges enriquece todavía más esa certeza al entregarle toda su enorme sabiduría de actor clásico. Hay nobleza, honestidad y también muchísimo misterio en este hombre maduro que hace todo lo posible por frenar la condena impuesta por el destino, la de una huida permanente. El actor se entrega por completo a ese compromiso, dejando a la vista inclusive algunas de las huellas de la grave enfermedad que le tocó sortear mientras llevaba adelante el proyecto.

John Lithgow en The Old Man
John Lithgow en The Old Man - Créditos: @Prensa Star+

A su lado, Lithgow ratifica una vez más su autoridad interpretativa en un papel no menos interesante, sobre todo porque detrás de la exactitud de sus movimientos y su irreprochable profesionalismo esconde más de una inquietante debilidad. En el medio se mueven algunos otros personajes que nos hablan de otra clase de luchas. El más interesante de todos es la mujer divorciada, magníficamente interpretada por Amy Brenneman, que empieza a involucrarse con Chase en una relación con incómodas derivaciones.

El resto tiene una connotación deliberada, mucho más terrenal y por momentos hasta pueril, frente a la dimensión del conflicto central. Allí aparecen dos figuras que se ubican mucho más allá del bien y del mal según las definiciones convencionales. Así lo vienen haciendo estas historias desde la feliz aparición de True Detective. T Bone Burnett, como en aquel momento, vuelve a acertar aquí con la elección de los mejores climas desde la banda sonora. Ecos de una nueva historia llena de acertijos sin solución. Inextinguibles.