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Tiros, corridas y explosiones en una obra teatral sobre Severino Di Giovanni

Ariel Núñez di Croce, en Un hombre peligroso, sobre la vida de Severino Di Giovanni y el movimiento anarquista en la Argentina
Sebastián Romero Bernhardt

Hace pocas semanas llegó a la redacción un mail del actor, director, autor y productor Ariel Núñez Di Croce. Luego de leerlo y casi de inmediato surgió la frase “¿le hacemos una nota?”. El texto decía así: “¿Cómo están? Quería contarles que ahora mismo tengo mi espíritu, mi corazón, mi cuerpo y mi cabeza puestos al servicio de mi nueva experiencia teatral llamada Un hombre peligroso, sobre Severino Di Giovanni y el movimiento anarquista en la Argentina. Hace poco más de cuatro años comencé a soñar esto y después de casi año y medio de ensayo (con pandemia de por medio), hoy, a las 20, verá la luz en nuestra sala Sigue la Polilla, del barrio de Boedo ”. Y continuaba: “¿por qué es una experiencia? Al público se le enviará un acertijo que al resolverlo encontrarán la dirección exacta a la que deberán concurrir . Los puntos de encuentro son tres, todos a una cuadra de nuestra sala. Una vez ahí, dos “anarquistas” actores se acercarán al grupo, les pedirán que entreguen sus ‘aparatos’ (celulares) algo que no van a hacer, entonces se les va a pedir que los apaguen. Se les proveerá de un sobretodo a cada uno y, luego de caminar unos metros, los meterán ‘clandestinamente’ en la sala. Ahí comenzará un viaje, en el que el público pasará a formar parte activa del espectáculo, junto a los protagonistas de la obra. Experimentarán la sensación de estar presos, presenciarán un altercado en el teatro Colón, pasearán por el Parque Centenario. Esta experiencia teatral contiene disparos, explosiones, una intensa banda sonora y todo sucede en escenarios cambiantes que se van transformando como en un set de cine en nuestra sala”.

Dos poses del personaje real y el actor que lo encarna
Sebastián Romero Bernhardt


Dos poses del personaje real y el actor que lo encarna (Sebastián Romero Bernhardt/)

La propuesta del director, actor y autor es atractiva y cuenta con un equipo de 14 intérpretes, que darán vida a personajes extraídos de la vida real. Así en el amplio multiespacio de la calle Castro Barros e Independencia, el público, que no conoce la historia de Di Giovanni, se enterará quién fue ese obrero, linotipista, escritor, periodista y poeta anarquista, que nació el 17 de marzo, de 1901 en Chieti, Italia, llegó a la Argentina en 1922 y fue fusilado el 1° de febrero de 1931, a los 29 años. Fue al grito de “¡Preparen!, ¡apunten!” por un grupo policial, mientras la víctima gritaba “¡Evviva l’anarchia!”, en uno de los paredones de la ex Penitenciaría, ubicada donde hoy es el predio de Coronel Díaz y Las Heras. El hecho quedó registrado en una crónica exquisita que redactó Roberto Arlt y salió publicada en Policiales del diario Crítica.

Los hechos que se suceden en la pieza fueron extraídos de una investigación que realizó Nuñez Di Croce, en la que tuvo una primordial importancia el libro El idealista de la violencia, de Osvaldo Bayer. De allí que la escena contará con personajes-actores con un gran parecido físico a los que poblaron la historia argentina. Además de Di Giovanni (interpretado por el mismo Ariel Núñez Di Croce), su amada América Scarfo y sus hermanos, de la escena participarán el periodista y escritor Roberto Arlt, Diego Abad de Santillán y Emilio López Arango, del diario anarquista La Protesta e integrante de la FORA (Federación Obrera Regional Argentina), además de Rodolfo González Pacheco, del diario La Antorcha, entre muchos otros nombres históricos. El equipo actoral contará con una única actriz, Luján Blaksley, junto a Gael González Costa, Cristian Di Fulvio, Juan Manuel Oviedo, Felipe Corrado, Oliver Carl, Pablo Faletti, Adrián Santagata, Horacio Romero, Luca Baldana, Bernardo Artica, Mauro Puppo y Pablo Ortolani.

El auténtico Severino di Giovanni y el actor Ariel Núñez di Croce, quien lo encarna en Un hombre peligroso
Nacho Lunadei


El auténtico Severino di Giovanni y el actor Ariel Núñez di Croce, quien lo encarna en Un hombre peligroso (Nacho Lunadei/)

“Pibe, lo tuyo es la comedia”, le decía Hugo Midón, su primer maestro de actuación, a Ariel Núñez Di Croce, cuando tenía catorce años. “La comedia me gusta mucho, pero siempre preferí meterme con personajes incómodos, que se atrevieran a cruzar límites: asesinos, violadores, piromaníacos, aunque también hice de Manuel Belgrano y Manuel Dorrego”, agrega. En su vasta trayectoria también estudió con Ricardo Bartis, Lito Cruz y Julio Chávez. A fines del año pasado filmó la serie en inglés Ringo, en la que hizo el papel del asesino de Bonavena, para la señal Star+. En ese idioma también filmó la coproducción chileno-alemana Colonia Dignidad, junto a Emma Watson y Daniel Brühl , dirigidos por el alemán Florian Gallenberger. Actuó bajo las órdenes de Juan José Campanella (Entre caníbales) e hizo el papel de corredor –a diez metros de altura–, en Fuerza bruta... y su currículum continúa. Pero hubo dos hechos que lo marcaron. Uno fue meterse en la piel de un joven con Síndrome de Tourette, para concientizar sobre este trastorno neurológico, en el video Vamos para el mismo lado (con Tourette en el subte), que filmó con una cámara oculta en un vagón de subte y le permitió observar las reacciones de la gente. El video fue visto por miles de personas y emitido por varios canales de televisión. El otro fue Ícaro, de Matías Payer, en el que se caracterizó como una persona en situación de calle y casi lo llevan preso, al ser denunciado por el dueño de un restaurante, porque le molestaba su presencia a pocos metros de su local .

“Para mí el teatro exige compromiso, entrega –dice este inquieto artista–. Volviendo a Un hombre peligroso, me pregunto ¿qué pasaría si realmente pudiéramos vivir esa experiencia inmersiva que nos sumerja en los mitines secretos anarquistas y en todo el movimiento revolucionario de comienzos del siglo XX, en la Argentina. Y si esta posibilidad trascendiera los límites del teatro tradicional y nos invitara a formar parte de la resistencia atravesando en persona y en tiempo real, los mismos hechos que sucedieron en aquella época? Severino Di Giovanni fue considerado el hombre más maligno que pisó nuestro suelo. Él peleó contra el fascismo y todos los poderes constituidos para lograr una sociedad ideal, en la que no existan oprimidos ni opresores y en donde la libertad, la justicia y la solidaridad sean los protagonistas del porvenir . Para perseguir ese ideal trabajó como tipógrafo, imprimió diarios de batalla, acaparó asambleas de trabajadores, formó grupos expropiadores, robó bancos, puso bombas y enfrentó a la sociedad con sus mismas armas. Esta es la segunda producción que nace y sale de Sigue la polilla, mi espacio. La anterior fue La agencia, que refería al marketing y la política y en la que también pusimos en práctica el concepto de teatro inmersivo”.

Ariel Nuñez Di Croce, en la escenografía de Un hombre peligroso
DAVID FERNANDEZ


Ariel Nuñez Di Croce, en la escenografía de Un hombre peligroso (DAVID FERNANDEZ /)

¿Cómo llegás a interesarte por Severino Di Giovanni?

–Nunca me interesó la política, hasta que me dije: quiero saber quién maneja el mundo, cómo, qué dicen cuando dicen. Así llegué hasta la lectura de la conferencia Desobediencia civil, de Henry David Thoreau (Estados Unidos, 1817-1862), un abolicionista que estaba en contra de la Ley de Esclavitud. Luego continué con Emerson, que era amigo de Thoreau y fui profundizando hasta llegar a Osvaldo Bayer. A través de él descubrí la anarquía. Luego leí a Malatesta, Kropowsky, Bakunin. Los anarquistas eran un grupo individualista, pero todos tiraban para el mismo lado, ninguno medía más que el otro. Severino estaba en contra de las organizaciones, porque decía que alguien se iba a corromper, e iba a buscar intereses personales más allá del grupo. También se refería a la eliminación de clases, apostaba por el amor libre. Él en Italia se casó por iglesia con María Teresa Masciarelli “Teresina”, con la que tuvo tres hijos y lo hizo para allanarle las dificultades a ella ante su familia. No le preocupaba el tema de lo que digan, porque en el fondo creía en este amor por la justicia, por la verdad, por no callarse nada. Los anarquistas tienen mala prensa, se dice que son todos tirabombas, pero en ellos descubrí que hay una filosofía, que habla de la solidaridad, el cooperativismo. Mi intención con la obra es descubrirme anarquista, decir yo soy esto. Quizás haya un montón de gente que piensa igual y no lo sabe.

De alguna manera estás contando el camino del héroe, que es Severino Di Giovanni. ¿Cómo armaste esta travesía para que a la gente le quede clara su historia. La mayoría no lo conoce, aunque quizás escuchó hablar de él.

–Primero quise armar un unipersonal, después me dije que era más divertido jugar con otros. Leonardo Favio también tuvo el anhelado proyecto de llevar al cine a Di Giovanni. Quiero contar la historia de Severino y los obstáculos que tuvo que enfrentar en su corta vida y por qué lo admiro. Ensayamos en pandemia y fue arduo porque somos catorce actores y detrás de escena hay un mecanismo de relojería impresionante para poder cambiar y trasladar al público de un escenario, o una ambientación, a otra. Es la primera vez que trabajo como en el cine con un storyboard, dibujé las imágenes que tenía en la cabeza y luego pensé como llenarlas . Me sumergí en el libro de Bayer y armé la obra como si fuera una película. El espectáculo comienza por el final, cuando Severino se quiere suicidar porque está acorralado, perseguido por la policía . Luego continúo con lo que pasó en el juicio, su defensa, el fusilamiento y los discursos. Hay escenas en la cárcel, persecuciones, discusiones en asambleas, se escuchan tiros y los efectos son muy buenos . Busqué todo lo que fuera teatralizable, que en este caso es cómo meter un elefante en una caja de zapatos. Está la escena del teatro Colón, en 1915, cuando él, en una función de gala y en presencia del embajador de Italia y el Presidente Marcelo T. de Alvear, ingresa gritando: ¡asesinos, ladrones! Y lo persiguen los Camisas Negras y la policía. Aparece Roberto Arlt, que escribe esa crónica brutal sobre el asesinato a Di Giovanni. Tratamos de mantenernos con un público de no más de 30 o 35 personas por función para mayor comodidad de todos. Porque mientras la acción se ubica en un escenario, ya se está preparando el siguiente que puede ser un parque con un lago, una escena en la calle. Todo se va armando a medida que sucede, el público eso no lo ve. Tratamos de estimular de todas las maneras posibles a los espectadores . La obra es una excusa para contar quién fue Severino Di Giovanni.

Ariel Nuñez Di Croce, protagonista de Un hombre peligroso, en su espacio escénico Siga la polilla
DAVID FERNANDEZ


Ariel Nuñez Di Croce, protagonista de Un hombre peligroso, en su espacio escénico Siga la polilla (DAVID FERNANDEZ /)

¿El público lo va a admirar o a odiar a Severino, al terminar la función?

–Ojalá que lo admiré, hay cosas que los va a hacer dudar, porque con las bombas y los atentados en los que participó murió gente inocente. Yo lo tomo como un héroe en función a la voluntad de querer cambiar las cosas, ojalá que suceda eso.

¿Por qué decidiste crear este multiespacio?

–A Sigue la Polilla lo definimos como un Centro de Resistencia Cultural. No estoy yo solo, somos un grupo los que lo llevamos adelante. Lo nuestro es utilizar la cultura y el arte como armas que contribuyan al desarrollo cultural y espiritual de cualquier persona. La idea surgió después de un viaje que hice, en 2016, a Machu Picchu. Yo le tenía pánico a las polillas y, luego del viaje y de leer Relatos de poder –el tercer libro de Carlos Castañeda–, donde Don Juan, el chamán que educaba a Castañeda, que además era actor, le dice que las polillas son las guardianas de la eternidad, perdí el temor y sentí que esa idea del insecto podía ser una guía. El teatro y el fútbol, además de la música, es lo que más amo y nuestra idea es ganar públicos diversos. Hacemos casamientos, bautismos, milongas, flamenco, clases. Con los eventos sociales ganamos bien y eso nos permite mantener el lugar. El público y los subsidios permiten mantener el teatro . No creo que ningún gobierno nos vaya a cuidar, ni ayudar. Severino Di Giovanni lo dice: “hace 200 años que vienen sucediendo los mismos problemas. La Argentina está podrida de corrupción y eso no va a cambiar hasta que la justicia no cambie”.

La figura del anarquista visto a través de otros autores

Otros autores argentinos también se interesaron por la vida del anarquista Severino Di Giovanni. Ariel Núñez Di Croce destacó que se inspiró en El idealista de la violencia, el libro de Osvaldo Bayer, para construir su “experiencia teatral”. Pero previo a él, en 2002, el actor Daniel Ritto también escribió una versión teatral para dos personajes apoyada en el libro de Bayer, a la que tituló Severino Di Giovanni y en la que ponía en escena al anarquista y a la mujer que fue el gran amor de su vida, América Scarfo. Aquella pieza fue representada en el Auditorio ATE, de la Asociación de Trabajadores del Estado, en Belgrano 2527 y la dirigió Pablo Silva.

En 2006, el autor Marcelo Camaño estrenó en Korinthio teatro, Severino, la otra historia, un unipersonal dirigido por Norberto Trujillo, con el protagónico de Pablo Razuk, que la crítica de Pablo Gorlero, en LA NACION, la calificó como “muy buena”. El texto de la reseña consigna: “Marcelo Camaño descubre al hombre que hay detrás del arquetipo. El mismo Severino relata su historia, desde que escapa de Italia hasta su muerte. Y deja descubrir sus miedos, secretos y contradicciones”. Se destaca “el gran mérito del director Norberto Trujillo en la dirección”, mientras que de su protagonista, Razuk, “se valoriza su trabajo físico y emocional encomiable”.

Gabriel Fernández en La imagen fue un fusil llorando
Gabriel Fernández en La imagen fue un fusil llorando


Gabriel Fernández en La imagen fue un fusil llorando

Más tarde, en 2009, el actor, director, autor y docente Julio Molina observó la vida de Severino Di Giovanni, desde la óptica de la crónica que escribió Roberto Arlt, luego de presenciar el fusilamiento del anarquista. Molina tituló su pieza La imagen fue un fusil llorando, que también en formato de unipersonal contó con el protagónico, en una emotiva actuación, de Gabriel Fernández. La pieza, entre otras salas, se presentó en La Carbonera, de Balcarce al 900, y de ella se destaca la belleza y el conmovedor lenguaje con el que Molina detalla los últimos instantes en la vida de Di Giovanni.

Dos años después, en 2011, el autor y director Pablo Soler presentó Severino Di Giovanni ¡libertad o muerte!, una crónica sobre los principales instantes en la vida del protagonista, que contó con un elenco de once actores y con una puesta en escena totalmente despojada, sin escenografía, que fue ampliamente aplaudida por el público. La obra primero se representó en el teatro Arlequino y luego hizo varias temporadas en el Centro de difusión cultural Rosa Luxemburgo, ambas salas en el barrio de San Telmo.

Pablo Razuk, en Severino, la otra historia
Pablo Razuk, en Severino, la otra historia


Pablo Razuk, en Severino, la otra historia

Para agendar

Un hombre peligroso, de Ariel Núñez Di Croce

Los sábados, a las 20,

en Sigue la Polilla, Castro Barros 874, entradas en https://tinyurl.com/hombre-peligroso