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'Todo va a estar bien', la serie que muestra lo que realmente significa el matrimonio y la familia en 2021

Creada, escrita, producida y dirigida por Diego Luna, 'Todo va a estar bien', la nueva serie 100% mexicana que se estrena en la plataforma digital Netflix es un muy original tratamiento acerca de la noción del matrimonio y cómo éste se ha mezclado con la idea del amor romántico a lo largo de los siglos. De hecho, el lema de la serie aparece en una secuencia animada en el primer episodio, donde uno de los personajes principales señala: "El matrimonio, al institucionalizar el amor, lo mató".

Todo va a estar bien
Flavio Medina y Lucía Uribe Bracho en 'Todo va a estar bien' (Netflix)

La acción en el primer capítulo abre en una oficina burocrática donde una pareja de mediana edad es interrogada por separado para llenar un formulario justo antes de una audiencia de custodia en una corte familiar en Ciudad de México.

Es así que conocemos a Ruy (el siempre espléndido Flavio Medina) y a Julia (Lucía Uribe Bracho), quienes responden preguntas sobre cuántas parejas sexuales han tenido, cuántos años tenían cuando se casaron y si hubo algún abuso en su relación conyugal. Las respuestas están entrelazadas como si estuvieran hablando entre sí y no con interlocutores externos. Hay un flashback a tres meses antes, cuando todo parece perfecto en su hogar de clase media urbana en una colonia tranquila de la capital mexicana.

Julia es una diseñadora gráfica que trabaja para una agencia a punto de conseguir un gran contrato y Ruy trabaja en una estación de radio y son padres de Andrea (Isabella Vázquez Morales), una niña despierta y desenvuelta. A lo largo del capítulo vemos a Ruy coqueteando vagamente con una productora llamada Rebeca (Ruth Ramos), que está programada para ser DJ en la fiesta de compromiso de su cuñada. Cuando él va a la escuela por Andrea, ella tiene dolor de muelas, la lleva con su dentista Fausto (Pierre Louis), quien está más que feliz de ayudar, porque simpatiza mucho con la familia. Todo parece ideal, hasta que en la fiesta de compromiso, descubrimos que Ruy y Julia están realmente separados; todavía viven juntos para no traumatizar a Andrea, pero Ruy duerme en un colchón de aire en su dormitorio, mismo que tiene que esconder cada vez que su hija tiene una pesadilla.

Este es solo el comienzo de la historia; esta y otras situaciones que van de lo hilarante a lo estremecedor dan pie a uno de los programas más interesantes que ha ofrecido México desde que empezó el boom de las series en plataformas digitales; aunque excéntrica y a veces chocante, 'Todo va a estar bien' le gana de calle a otros productos como 'De brutas nada', 'Cómo sobrevivir soltero' y la sobrevaloradísima y muy mal escrita serie de Luis Miguel.

Todo va a estar bien
Una escena de 'Todo va a estar bien' (Netflix)

Y es que hay que verla con atención: hay un concepto fascinante en el corazón de esta serie: ¿Por qué contraemos matrimonio cuando en realidad tiene más que ver con un arreglo legal que con un amor romántico? ¿Y por qué es tan difícil desenredarse cuando las cosas se ponen feas? Es obvio que Ruy y Julia tienen que participar en la vida del otro, ya que son padres de Andrea. Pero también parece haber diferentes niveles de deseo trabajando aquí. Ruy, a pesar de su inclinación por el coqueteo, todavía siente algo por su esposa de quien admira su naturaleza ligera y artística; Julia, por otro lado, parece estar harta de la adolescencia tardía de Ruy y sus inmaduras (pero a veces encantadoras) payasadas.

Esto funciona muy bien especialmente dada la tensa pero innegable química entre Medina y la Bracho, que están rodeados de personajes memorables como Idalia (Mercedes Hernández), la leal empleada doméstica que trabaja con la familia, quien entiende perfectamente que Julia florecido con su separación, mientras que Ruy se ha sentido cada vez más infeliz. Pero el tema de lo que realmente significa el matrimonio y la familia en 2021, ya sea en México o en cualquier otro lugar del mundo, permanece al centro y en primer plano.

Es especialmente interesante (y desternillante) ver cómo Julia y Ruy intentan ocultar cosas a Andrea, a pesar de que están a punto de ser descubiertos mientras celebran su cumpleaños, y piensan que de alguna manera ella no lo sabe (aunque por supuesto, Andrea es ingenua pero no tonta).

Así es entretenido y sustancial ver cómo Ruy y Julia llegan hasta ese punto y cómo se aseguran de que la metralla de sus conflictos no golpee a Andrea en el proceso. En esta encomienda, los acompaña un espléndido elenco de soporte que incluye a algunos de los mejores actores del México actual, como la formidable Úrsula Pruneda (de la inolvidable cinta 'El sueño de Lu'), Vicky Araico, Hernán del Riego, Carmen Beato, Verónica Langer. Silverio Palacios y el siempre entrañable Alberto Lomnitz, se presta para que Luna muestre con certeza y maestría el desarrollo de una historia que inquietantemente se parece cada vez más a lo que nos pasa a todos.

Parece que los padres, en su intento de 'proteger' a su pequeña de sus errores no siempre tendrán éxito, lo que se parece bastante a lo que ocurre en situaciones similares en la vida real, pero esto está contado tan bien, que el saber cómo es que —y en qué condiciones— llegará esta familia al final de la temporada es algo que esperamos con ansias.