Las tazas reusables y 100% biodegradables hechas con borra de café

En EEUU, cada persona consume 3 tazas de café al día en promedio y un 36% lo hace fuera de su casa, por lo que hay una gran probabilidad de que lo beban en un recipiente de plástico. Imagina el daño medioambiental que se genera y solo en un país.

Foto: Watson_images/iStock
Foto: Watson_images/iStock

Alemania no se queda atrás. Es uno de las naciones de mayor consumo en Europa, donde una persona ingiere aproximadamente 14 libras de granos de café por año. Alrededor del 99% de las tazas de papel y/o plástico terminan en la basura, y pueden tardar más de 20 años en descomponerse.

A raíz de esto, Kaffeeform, una compañía alemana, se dispuso a aportar su granito de arena (o de café) para que dejemos de usar plástico indisicriminadamente y creó unas tazas 100% biodegradables, a partir de la reutilización de la borra del café.

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Todas las mañanas, desde la empresa recogen en bicicleta la borra de café usado en bares y restaurantes de Berlín. Luego, en un taller, clasifican y limpian los restos recolectados y los transportan a otro sitio en el cual se lleva a cabo el proceso de secado y mezcla con fibras vegetales, resinas naturales y otros componentes sustentables.

Una vez que la mezcla está lista, se moldea bajo calor y presión. Para producir una taza de café espresso y su plato se utilizan aproximadamente 6 tazas de granos. El resultado final es un recipiente hecho en un 40% de borra de café y 100% biodegradable.

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Además de eco-friendly, los recipientes son bonitos y súper prácticos. Se consiguen a través de la tienda en línea de la empresa a un valor aproximado de 14.90 euros por una taza de café y su plato. También, están disponibles en 20 cafeterías de Berlín y en 150 proveedores en toda Europa.

Son, además, tan duraderos como una taza de vidrio. Se pueden utilizar incontables veces y hasta introducir en el lavavajillas.

El objetivo final de sus creadores es producir todo tipo de productos a partir de café, como muebles y objetos de decoración. Suena genial, ¿verdad?