Yahoo Estilo Un mal jefe podría convertirte en uno muy bueno
El día a día con un mal jefe podría desanimarte: abusos verbales, pobre comunicación, desprecios y humillaciones. Sin embargo, toda esa mala experiencia podría servirte en un futuro para ser un mejor jefe, encontró un estudio. Descubre más.
Malos jefes te convertirían en mejor persona
Al parecer, los empleados que sufren las presiones y malos tratos de un jefe tendrían la conducta opuesta al convertirse ellos mismos en líderes, halló un estudio reciente publicado en la revista científica Journal of Applied Psychology.
“La lección no es contratar a más managers abusivos, por supuesto, pero sí intentar alentar a la gente que ha sido abusada, entre otras cosas, a que diga: ‘mira, yo no soy como mi jefe'”, indicó la profesora Shannon Taylor, una de las autoras del estudio, según Science Daily, y agregó: “Tú puedes tomar partido, no solamente reportando la mala conducta, sino rechazando activamente este estilo de liderazgo abusivo”.
Cómo ser un mejor jefe
Y si no sabes por dónde empezar a convertirte en un buen líder, te damos algunas pautas compartidas en la revista Entrepreneur por Brian Hamilton, presidente y fundador de la compañía Sageworks:
Interésate genuinamente en tus empleados.
Esto es, descubre qué quieren en la vida y trata de servirles de la mejor forma de acuerdo a eso.
2. Hazles saber si están haciendo las cosas bien o mal
“Las personas tendrían una necesidad inherente de enterarse cuando están haciendo las cosas bien”, indicó Hamilton. Si no les dices que van bien o mal, ¿cómo esperas que lo sepan?
3. Tómate tu rol de jefe con responsabilidad
Tu tarea como emprendedor o dueño de una compañía no se termina en satisfacer clientes. Tienes, además, el deber de aprender a ser jefe y de mejorar en ello cada día. Este sería, según Hamilton, un trabajo aparte.
4. Trabaja con gente que sea compatible
Lo ideal es que descubras esa compatibilidad durante el proceso de contratación y no sobre la marcha. Es decir, intenta emplear gente que tenga un estilo de trabajo similar al tuyo. Es mejor tomarse ese trabajo antes, que contratar a alguien que te desagrada. Si aún así trabajas con alguien talentoso que no tiene tu mismo estilo, intenta encontrar los puntos en común.
5. Recuerda: tus empleados no son dueños del negocio… ¡tú lo eres!
Esto es, tú eres la persona que ganará o perderá más con la compañía. Por ende, no puedes esperar que a tus empleados les importe en igual medida que el negocio crezca. Ponte en el lugar de tu empleado y piensa cómo serías tú en ese caso.
Y tú, ¿qué tipo de jefe tienes? ¡Cuéntanos!
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